Te invitamos a conocer el camino que Félix Velasco, SJ, Marcos Ortega, SJ, y Juan Pablo Gil, SJ, egresados de Filosofía y Ciencias Sociales del ITESO, recorrieron para llegar a ser ordenados sacerdotes el pasado 19 de junio
Félix Velasco estaba en la prepa cuando le dijo a su papá que sentía la inquietud de convertirse en seminarista. En ese entonces tenía un amigo que ofreció echarle la mano para ingresar al seminario diocesano. La consulta a su padre sirvió para que él le contara su historia con los josefinos y las cosas que sufrió. “Yo no tenía presente que él había vivido todo eso y él me compartió su experiencia”, relata el hoy jesuita. A pesar de su historia, el padre no buscó que Félix desistiera. Lo único que le dijo fue que estudiara una carrera universitaria para que tuviera un soporte para mantenerse laboralmente si la experiencia no prosperaba. Sin embargo, la experiencia sí prosperó y desde el pasado 19 de junio Velasco Cárdenas es sacerdote.
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La primera vez que Marcos Ortega Silva, SJ, sintió que algo en su vida lo había transformado fue cuando escuchó hablar del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Era 1994 y él cursaba la secundaria.
“En una de las materias, la profesora nos iba actualizando y reflexionábamos en torno al movimiento”, cuenta el jesuita. “Recuerdo que desde ese momento comencé a indignarme mucho por la injusticia, de las condiciones difíciles de muchas personas para realizarse, estudiar y trabajar, y que tuvieran que iniciar un movimiento así para defender su derecho a su propio modo de vida”.
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La vida religiosa no fue un camino obvio para Juan Pablo Gil Salazar, SJ, pero sin duda fue el correcto. A más de 15 años de haber tomado la decisión de formar parte de la Compañía de Jesús, el pasado sábado 19 de junio fue ordenado sacerdote.
Es el hijo “sándwich” de Roberto y Blanca, quienes formaron una familia en Hermosillo, Sonora y dieron a sus hijos una infancia llena de amor y valores, recuerda. Tal vez fue esa la nota que predispuso a Juan Pablo a buscar una manera diferente de vivir la vida, a través de la cual pudiese ser reflejo de ese amor.
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