Darío Alejandro Arias Muñoz, egresado de Ingeniería en Sistemas Computacionales del ITESO, se fue de intercambio a Seúl y antes de volver a México voló a Seattle para hacer su estancia en Microsoft

Darío Alejandro Arias Muñoz tuvo su primer acercamiento al mundo de los sistemas computacionales en el Centro de Enseñanza Técnica Industrial (CETI). 

“Me gustó sobre todo esta parte de abstraer ciertas ideas o tomar ciertos procedimientos abstractos y concretarlos en instrucciones que se ejecuten automáticamente, con simpleza”. 

Su carrera técnica estaba enfocada en ingeniería electrónica, así que comenzó programando cosas muy básicas, parecidas a los microprocesadores. Recuerda la emoción que sintió cuando, con sus escasos conocimientos, pudo diseñar un programa para comunicarse con una impresora en paralelo. 

“Recuerdo que era literalmente escribir las instrucciones una a una, con los registros, ponerlo en un ciclo y ver cómo se conectaba la impresora con tu microprocesador, y ver cómo se imprimía mi nombre hasta que se acabara el papel. Me parecía increíble”. 

Darío encuentra la carrera en Sistemas Computacionales parecida a la medicina: aunque las bases de programación pueden ser las mismas, hay muchos caminos — profesiones, carreras, puestos, retos — por donde puedes irte, y cada una te requerirá mucha especialización. 

“Encontré que una de las intersecciones entre electrónica y sistemas era programación de sistemas embebidos, que es como programación a un muy bajo nivel. Son microcontroladores que están en cosas cotidianas; una computadora de un carro, por ejemplo. Es una programación más optimizada para recursos más pequeños”. 

Aunque después cambiaron sus intereses, fue por la programación de sistemas embebidos que decidió enfocar sus esfuerzos en Sistemas Computacionales y vio al ITESO como su opción preferida para estudiar esta ingeniería. 

“Muchos de mis familiares estudiaron ahí y siempre hablaron muy bien de su experiencia –todo lo que aprendieron, la gente que conocieron–, y sentí que eso era justo lo que quería para mí”. 

Las expectativas a la hora de comenzar una nueva etapa siempre son altas. Darío cuenta que los primeros meses de la carrera fueron difíciles; el adaptarse a nuevas personas, socializar y manejar esto junto con sus nuevos aprendizajes, fueron cosas que en un principio le costaron trabajo.  

En el proceso de la carrera aprendió lo extenso que es el currículum, y las opciones que exigen distintas habilidades para implementar, operar y administrar proyectos de sistemas de información y plataformas tecnológicas.

“Muchos de mis familiares estudiaron en el ITESO y siempre hablaron muy bien de su experiencia –todo lo que aprendieron, la gente que conocieron–, y sentí que eso era justo lo que quería para mí”. 

La Ingeniería en Sistemas Computacionales se divide en dos líneas de conocimiento principales: ciencias computacionales e ingeniería de software. Estas a su vez incluyen el diseño y desarrollo de bases de datos, interfaces hombre-máquina, componentes de software, y arquitectura de redes e interfaces con hardware. 

“Lo bueno de que la carrera abarque generalmente todas estas áreas es que te muestra la amplitud del campo en el que te puedes desarrollar, y la perspectiva de lo que existe, y de ahí tú puedes elegir en lo que te gusta más enfocarte”. 

En esa variedad de opciones, encontró otras además de sistemas embebidos, así como afinidades que no sabía que tenía. “Por ejemplo, encontré con que me gustaba mucho trabajar con bases de datos y lenguajes que te dan posibilidades de manejar la memoria y optimizar los procesos. También cosas de web e infraestructura de una app, y cómo diseñarla para que esté disponible para muchos usuarios al mismo tiempo”. 

Con cada nuevo aprendizaje, encontró con qué podría servirle o interesarle para complementar sus conocimientos y preparar su futuro. 

Además, la estancia en el ITESO le permitió ampliar sus horizontes, no solo de intereses, sino geográficos. Se fue de intercambio un semestre a Corea del Sur, a la Universidad de Yonsei, ubicada en Seúl.  

“Fue una experiencia muy buena que todos deberían aprovechar. No es demasiado difícil, y el ITESO te lo facilita para que no sea tan caro como parece”. 

Inicialmente, se decidió por Seúl para aprender más sobre programación competitiva, un deporte mental en donde un grupo de participantes enfrentan problemas específicos a través de programas computacionales, reconocido por distintas empresas internacionales de software. 

La universidad cuenta con una Comunidad de Programación Competitiva del ITESO que coordina a las comunidades de Programación Competitiva de la región México, fundamentalmente en la organización de actividades relacionadas con el Concurso de Programación ICPC. Además, colabora con comunidades similares en Latinoamérica y el resto del mundo. 

Darío notó que los principales ganadores provenían de Corea, China y Rusia, y eligió este primer país para facilitar el introducirse en una cultura tan distinta a la mexicana. “Son los más occidentalizados, un poco hechos a la medida estadounidense, pero conservando su cultura asiática. Me pareció interesante aprender de ellos”. 

Sin embargo, lo que más recuerda de su experiencia académica fue, curiosamente, algo fuera de sistemas computacionales: disfrutó de una materia de filosofía y literatura asiática, en la que un académico de literatura compartía los valores de la cultura coreana a través de lecturas, discusiones y autores. 

También recuerda que, en 2019, cuando estaba cursando su intercambio, la película coreana Parasite había debutado en el Festival de Cannes, dirigida por Bong Joon-ho, que había estudiado algunos semestres en la Universidad de Yonsei, y cuenta que la universidad llenó de pancartas el campus con su imagen cuando ganó la Palma de Oro. 

Además, disfrutó de la vida, la cultura, la gente y la comida coreana. Es un país al que le gustaría algún día poder volver para vivir y desarrollarse.

“Lo bueno de que la carrera abarque generalmente todas estas áreas es que te muestra la amplitud del campo en el que te puedes desarrollar, y la perspectiva de lo que existe, y de ahí tú puedes elegir en lo que te gusta más enfocarte”. 

Después de su semestre en Seúl voló a Seattle, en Estados Unidos, para hacer su estancia en Microsoft. “Es un programa increíble, las empresas estadounidenses tienen mucho presupuesto y una misión, creo que bien intencionada, de tener gente de todas las partes del mundo en sus oficinas. Siento que tienen ese compromiso de hacer productos que todo el mundo utilice, y les gusta tener personas de otros países para ayudarse a cumplir su objetivo”. 

Aplicó desde Guadalajara, con apoyo del ITESO, y estuvo tres meses trabajando en un grupo multidisciplinario, con latinoamericanos, indios, japoneses, chinos y coreanos, y uno que otro europeo. La propia empresa va a la universidad a reclutar estudiantes para que apliquen a las estancias, dada la gran oferta laboral que existen en diversas áreas de programación. 

“Si tienes un buen perfil y portafolio de lo que hayas trabajado en la universidad, tú mismo puedes meterte a las páginas de carreras profesionales en Google, Facebook, Netflix, lo que sea, y enviarles tu currículum; y existen muchos programas de internship donde buscan talento de muchos lados del mundo. Es a ellos a quienes les interesa competir por el talento de los recién egresados. Aunque no tengas una experiencia laboral muy extensa, si tienes un buen perfil, es muy posible que entres a uno de estos programas”. 

Darío pasó el primer filtro en el ITESO, realizó sus entrevistas en la Ciudad de México, y fue admitido a las internships en Seattle. “Es increíble. Te dan un sueldo, dónde vivir, para el transporte… te consienten un buen, y es una muy buena experiencia para alguien de México, de ver las posibilidades laborales”. 

Lo más valioso, cuenta, no son nada más las prestaciones, aunque seas practicante: es la oportunidad de trabajar en proyectos reales, con objetivos serios y claros que son necesarios para el desarrollo de la empresa. 

Ahí surgió su interés en motores de bases de datos. “Es la cosa abstracta que se encarga de correr las bases de datos y que existan, y sean ejecutables y disponibles. Hay varios perfiles en sistemas: hay quienes se interesan por las cosas más prácticas: sitios web, aplicaciones móviles. Y hay quienes, como yo, se interesan por cosas más teóricas y abstractas de las ciencias computacionales”. 

La pandemia no fue mucho reto para él en cuanto a lo académico, ya que Sistemas Computacionales tiene la facilidad de transmutar a la versión en línea. Se graduó en el periodo de Primavera 2021 y tiene el objetivo de regresar a Seattle a trabajar en las oficinas de Microsoft en otoño.  

Le entusiasma continuar aprendiendo y trabajando alrededor de los motores de bases de datos. “En el mundo hay como cinco o seis motores de datos famosos; solo está el de Oracle, Amazon, un par de motores de código abierto, y el de Microsoft. Es un trabajo que me entusiasma y me parece muy importante, en el que trabajaré features para ese producto”. 

Microsoft tiene distintas opciones laborales para diversos perfiles: hay para aplicaciones web, front end, back end y project management. Y diversas empresas tienen ofertas laborales distintas, lo cual le entusiasma de este mundo profesional. “Siempre hay dónde, porque siempre hay trabajo y nuevas oportunidades, porque es un área que se sigue desarrollando constantemente”. 

Ante la creencia falsa de que hay que ser demasiado listo para desarrollarse en ciencias computacionales, Darío cree que es una ciencia como cualquier otra, que puede aprenderse, desarrollar el gusto, las habilidades y encontrar buenas oportunidades para crecer. Claro que se ha topado con personas con doctorados en Stanford, pero considera que es una carrera muy noble con gente común que puede comenzar de cero y hacer una carrera en estas empresas internacionales. 

“Si tú lo quieres, si tú te la crees, y estudias y te preparas, no te van a decir que no. De verdad todas estas empresas están siempre buscando nuevos talentos de todo el mundo para potenciar sus productos, Pero tienes que quererlo”. 

Quienes estudian Ingeniería en Sistemas Computacionales en el ITESO aprenden a diseñar soluciones innovadoras con el apoyo de la tecnología; desarrollan habilidades para implementar, operar y administrar proyectos de sistemas de información y plataformas tecnológicas; y adquieren conocimientos en dos líneas fundamentales: Ciencias Computacionales e Ingeniería de Software, las cuales a su vez incluyen el diseño y desarrollo de bases de datos, interfaces hombre-máquina, componentes de software, arquitectura de redes e interfaces con hardware. 

¿Te interesa la carrera? Ve el plan de estudios aquí: https://carreras.iteso.mx/ingenieria-sistemas-computacionales 

La información sobre becas la encuentras aquí: https://becas.iteso.mx/