El Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo presentó un informe que documenta el fenómeno de los desaparecidos en Jalisco, uno de los estados con más casos en el país.

En 2015, Marco Fregoso salió de Guadalajara con rumbo a Mazamitla. Iba a visitar a sus hijos. Nunca llegó a su destino. No se ha vuelto a saber de él. Areli Fregoso, su hermana, narra cómo, luego de una buena atención en la Fiscalía del Estado, todo se empantanó cuando su expediente fue enviado a Mazamitla. “Ahí comenzó el calvario”, dice. Fregoso es integrante del colectivo Por Amor a Ellas y Ellos, que congrega a personas que tienen algún familiar desaparecido en Jalisco. Ella narró su testimonio durante la presentación del informe Frente a la Desaparición Forzada y la Desaparición por Particulares en Jalisco: La lucha por la Verdad y la Justicia, que tuvo lugar en el ITESO como parte del foro homónimo organizado, entre otras instancias, por el Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad).

Durante la presentación del informe, Ana Cabral Pacheco, del Cepad, recordó que en 2008 comenzaron a ofrecer las primeras asesorías a personas con familiares desaparecidos. De entonces a la fecha, dijo, ha venido ocurriendo “un aumento en las desapariciones, que son cada vez más visibles”, al grado de que Jalisco es ya “uno de los primeros lugares en el país” en la cifra de personas desaparecidas. Según los números, dijo Cabral Pacheco, hasta septiembre de 2016 se habían contabilizado 3 mil 462 personas desaparecidas.

El informe está integrado por trece capítulos. Desde un contexto sobre la situación de Jalisco de 2007 a 2016 hasta testimonios de personas que buscan a sus desaparecidos, pasando por la situación específica de los migrantes, las mujeres, cifras y marco legal.

En ese sentido, Álvaro Martos, de la sede en México de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), señala que la publicación del informe es algo importante porque “es la primera vez que el problema de los desaparecidos se refleja en toda su diversidad y con toda la pluralidad de aristas”.

Al hacer uso de la palabra, Enrique González, encargado de atención jurídica de FM4 Paso Libre, expuso la situación de las personas en tránsito, a quienes está dedicado uno de los capítulos del informe. Señaló que el fenómeno de los migrantes desaparecidos tuvo su pun- to de inflexión en agosto de 2010, luego de que se diera a conocer la matanza de migrantes en San Fernando, Tamaulipas. Explicó que es muy complicado hacer una numeralia de migrantes desaparecidos, ya que no hay un registro exacto.

Por otro lado, señala que también es un problema que el Instituto Nacional de Migración (INM) se haya convertido en un actor más de la estrategia de seguridad, en lugar de una instancia que resguarde los derechos humanos de las personas migrantes, situación que se vio reforzada con la instauración en 2014 del llamado Plan Integral Frontera Sur, con el que México pasó a ser un país de contención, no de protección.

Para Ana Cabral Pacheco hay una cosa suficientemente clara: “La violencia en Jalisco ha rebasado al Estado”. En esa línea, añadió, las autoridades tienen ante sí desafíos tales como “investigar los casos que se han venido acumulando y lograr mayor transparencia y congruencia en las cifras”. Y es que, como también dijo Martos, “en Jalisco están pasando muchas cosas, muchas atrocidades. Jalisco tiene una problemática grave”.