Emprendimiento, tecnología, derechos humanos; estos son algunos de los frentes desde los que las mujeres trabajan en red para caminar hacia la justicia y la equidad.
Por Perla Blas

En medio de una sociedad mexicana que, en lo general, no tiene sensibilidad ante la situación de desigualdad y violencia que vive el género femenino (en Jalisco, por ejemplo, se han triplicado los feminicidios en los últimos seis años, según el Estudio del Feminicidio en Jalisco de la UdeG), hay mujeres apoyando a otras mujeres a salir adelante.

Cada año, en distintos países, se conmemora el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo. No es una celebración del género femenino: es un recordatorio de la deuda histórica y cultural que se tiene hacia ellas en derechos humanos, y el trabajo que realizan mujeres para exigir igualdad, respeto y las mismas oportunidades que los hombres.

La ONU insta a los países a comprometerse para poner fin a la brecha en la igualdad de género con leyes, políticas, planes de acción e inversiones. En el caso de México el compromiso es no sólo mejorar la coordinación de medidas en pro de la igualdad de género, también a ampliar iniciativas en el tema de salud reproductiva.

Pero, más allá de las acciones gubernamentales, hay mujeres que ya están trabajando en red para apoyar a otras desde distintos ámbitos de la sociedad: justicia, derechos humanos, emprendimiento, por mencionar algunos.

 

Alejandra Cartagena López
Abogada, estudiante de posgrado en Derechos Humanos y Paz
Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (Cladem)

Alejandra Cartagena

Las mujeres vivimos bajo una estructura en donde está normalizada la violencia contra las mujeres así como las desapariciones, explica Alejandra Cartajena López quien, como hija de una desaparecida, comprende el proceso emocional y legal que esto significa. Su madre desapareció un 5 de enero de 1978, al igual que su abuelo, ambos pertenecían a la Liga Comunista del 23 de septiembre.

Ayudar a otras mujeres así como contribuir a la resolución de casos de mujeres desaparecidas y de feminicidios es lo que Alejandra Cartagena ha hecho desde su incorporación a Cladem (http://www.cladem.org/), en el año 2010.

“En este estado puede desaparecer cualquiera en cualquier momento. Jalisco es primer lugar en desaparición de jóvenes, en este grupo rondan entre los 8 y 20 años de edad”, Alejandra refiere que no se ha podido identificar el modus operandi en los casos de desaparición, pero en el caso de las jóvenes sí se ha podido detectar que para atraerlas se opera a través de Facebook.

Mediante el litigio estratégico, el monitoreo de casos, capacitaciones e impulso en la política pública, en Cladem trabajan, entre otras cosas, para que se les garantice a las mujeres una vida libre de violencia y el acceso a la justicia. “El acceso a la justicia es como el laberinto de la soledad cuando las víctimas se presentan a instancias como la Procuraduría o Fiscalía”, refiere.

La también Maestrante en Derechos Humanos y Paz del ITESO, cuyo tema de tesis es ‘Acceso a la justicia en los casos de desapariciones y feminicidios en el estado de Jalisco’, explica que la justicia no es solamente la sentencia y reparación del daño, sino en este acceso a la justicia, se deben tener las garantías de la no repetición y el derecho a la verdad.

Señala que es urgente que mujeres y hombres aprendan a relacionarse de forma diferente desde pequeños: bajo el respeto.

Actualmente integran Cladem 6 personas y 4 colaboradoras, y aunque la red comenzó solo con abogadas, hoy es un grupo diverso, participan diseñadoras, amas de casa, psicólogas, trabajadoras sociales, maestras, etcétera. “Lo que queremos es que mujeres apoyen a otras mujeres”.

 

Silvia Partida Rodríguez
Académica del ITESO
Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) «Impulso a proyectos productivos en cooperativas»

Silvia Partida

Empoderamiento, ampliar sus conocimientos y comprender el valor que tienen como mujeres, es como agrupa la académica Silvia Partida Rodríguez, el resultado de cuatro años de trabajo del PAP que tuvo como escenario La Laja, un pequeño poblado del municipio de Zapotlanejo.

El PAP tenía como finalidad que las personas dejaran de trabajar para las maquiladoras de ropa y que participaran en una cooperativa bajo un nuevo esquema de trabajo en el que mejoraran sus condiciones laborales. A través de este proyecto, del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano (DHDU), se logró beneficiar a 20 familias quienes se dedican a la maquila de ropa.

“Cuando yo llegué ninguna opinaba, era lo que la maestra dijera, no me cuestionaban. Ahora ellas ya se organizan, son capaces de delegar, podría decir que se empoderaron”, relata Silvia Partida al hablar de la evolución que tuvieron las mujeres que participan en la cooperativa.

Considera que voltearon a verse con otra mirada. “Cuando me integré a la cooperativa me di cuenta que las mujeres valemos, y mucho, como estemos, quienes seamos y con lo que tengamos”, le manifestó una de ellas.

“Emocionalmente les dio seguridad, algunas de ellas quieren hacer su propio negocio y están tratando de que sus hijas tengan un futuro diferente, que estudien y avancen”, refiere la académica, quien, en alrededor de tres meses dejará el proyecto para que sus integrantes tomen las riendas.

En cuanto a los beneficios de trabajar de forma colaborativa entre mujeres, refiere que los resultados fueron que pudieron producir un producto en todas sus fases (pues al principio sabían solo una parte), y se interesaron en aprender sobre otras áreas como la administración, saber sobre tendencias, moda, etc.

Replicar este modelo de cooperativa en otros proyectos es posible, Silvia Partida Rodríguez considera que lo ideal es que sean grupos pequeños de mujeres, no más de 20, además, afirma, al arrancar no es necesario tener tanto dinero, y explica que en este caso iniciaron aportando cada quien pequeñas cantidades, hasta que después una fundación apoyó para comprar máquinas de coser, por ejemplo.

De lo que me siento más contenta es que su calidad de vida ha cambiado. Me di cuenta de que a veces, lo que a la gente le falta es que le den una oportunidad”.

 

Alicia Gómez González
Alumna de Psicología e Ingeniería Financiera
Integrante del comité No estás Sola

Alicia Gómez

Con el compromiso de sacar adelante dos carreras universitarias en el ITESO, psicología e ingeniería financiera, Alicia Gómez González, se encuentra al frente de un fondo de inversión, tiene claros sus ideales sobre el feminismo y es impulsora de un proyecto que acompaña a mujeres para que ejerzan su derecho a la salud y libertad reproductiva y del comité No estás sola, cuya labor es acompañar y brindar asesoría sobre cómo reportar caso de acoso.

Alicia Gómez es directora de un fondo de inversión, a donde llegó por desarrollar previamente un programa social, y después la invitaron a trabajar, situación por la que decidió combinar dos carreras.

En este fondo de inversión, refiere, ha implementado muchos valores feministas y ha logrado impulsar que, por ejemplo, en las empresas que trabajan con este fondo, al menos 5 por cierto de la población sean mujeres.

“En los puestos directivos, por ejemplo, a las juntas llegaba yo y eran sólo señores mayores en donde querían que les sirviera el café”.

Afirma que muchas de las cosas que suelen cerrarle el camino a las mujeres dentro del mundo de negocios es un machismo que se quiere disfrazar con el discurso de “mejor enfócate en tus hijos y tu familia”.

En el ITESO conformó un club de autoconciencia de lectura feminista en donde se reúnen cada quince días para revisar algún texto. Además formó, junto con tres compañeras, un colectivo de salud y derechos reproductivos el cual acompaña con información oportuna a las mujeres que quieren interrumpir su embarazo.

Comparte que desde hace varios años aboga por el empoderamiento sexual de las mujeres, y dice que hay una necesidad de prevención que no se ha hablado lo suficiente, porque el aborto no debería ser la forma de controlar tu natalidad sino que hay otras, como de anticoncepción.

Convencida, Alicia refiere que el feminismo es su única alternativa  de vida, porque si no creyera en lo que el feminismo persigue y lo que propone como modelo de cuestionamiento, no podría estar haciendo nada de lo que hace, por ejemplo estudiando y pagándose dos carreras.

“El feminismo va a dejar de existir cuando ya no lo necesitemos, pero ahorita vaya que sí lo necesitamos”, afirma.

 

Verónica Madrigal
Diseñadora gráfica
GeekGirlsMX capítulo Guadalajara

Verónica Madrigal

La comunidad de GeekGirlsMX (http://geekgirls.com.mx/) en Guadalajara trabaja en red con cientos de mujeres a las cuales orienta e impulsa a que trabajen en equipos diversos por el interés de ayudar a otras mujeres en proyectos relacionados con la tecnología, las acompaña para que emprendan y generen sus propias alternativas laborales.

Las interesadas pueden saber de dónde obtener dinero, qué tipo de fondos se adaptan o si existen aceleradoras de negocio. GeekGirlsMX colabora con Mujer Emprende, una escuela de negocios en línea, con hackers and founders y otras asociaciones.

Lo inicios de esta comunidad, se remontan a 2010m cuando Karla Gradilla, comunicóloga egresada del ITESO, en conjunto con Oyuki Matsumoto trajo de Estocolmo el primer GeekGirl Meetup. Al año siguiente se integró Verónica Madrigal, diseñadora gráfica egresada de la UdeG, y es así como en conjunto con Karla quedaron al frente del capítulo Guadalajara.

Para Verónica Madrigal las empresas que existen están hechas para hombres y no hay una empatía con la situación de la mujer, “por ejemplo con las que quieren ser mamás y esto está relacionado con una problemática en la línea del crecimiento profesional de la mujer”.

Es por eso, explica, que a las chicas que están desarrollando su startup las convocan a que cuando sus proyectos ya se conviertan en empresas, piensen en las necesidades de las mujeres.

Esta comunidad virtual tiene alrededor 5 mil mujeres, aunque las que participan de forma más activa son alrededor de 700, y de éstas, el ochenta por ciento son de Guadalajara y el resto se dividen en la Ciudad de México y otras localidades.

Ser una mujer geek es alguien a quien le apasiona mucho un tema y obviamente está relacionado con la tecnología, puedes ser una geek de la fotografía, de la moda, de la animación, explica Verónica Madrigal.

La mayoría de las mujeres que integran esta comunidad rondan los 28 a 34 años, aunque existen perfiles de 16 años hasta mujeres de más de 50. Entre las profesiones que predominan, están: diseñadoras, ingenieras en distintas áreas, programadoras, finanzas e ilustradoras. “No pretendemos hacer un grupo con un solo perfil, al contrario, que sea diverso, porque la intención es poder lograr proyectos globales, trabajar en un verdadero networking”, refiere Verónica.

Cuerpos Parlantes es un espacio de talleres, charlas, música y todo tipo de encuentro con feministas que trabajan en red

 

 

Carolina Olivares Aceves y Bernadette Eguía
Egresadas de Psicología del ITESO
Asociación Tú y yo en Sinergia

Bernadette Eguía, psicóloga egresada del ITESO, ha trabajado muy de cerca con los migrantes y deportados en la frontera norte de México

¿Quién sufre más, el que se va o el que se queda?, en el proceso de migración las personas se separan físicamente, pero existen lazos que perduran; la familia continúa a pesar de la distancia. Llevar este proceso de una forma emocionalmente sana es uno de los proyectos en los que trabajan de forma conjunta la asociación Tú y yo en Sinergia y el Programa de Asuntos Migratorios del ITESO (PRAMI).

Carolina Olivares Aceves, está al frente de la asociación ubicada en el municipio de Zapotlanejo, el objetivo es ayudar a mujeres en temas de Derechos Humanos y Equidad de Género, en donde se procura el desarrollo humano integral.

Se unieron con el ITESO para trabajar la salud emocional de mujeres familiares de migrantes y desde primavera 2014 aplicaron la metodología de atención a la salud emocional desarrollada por el Servicio Jesuita a Migrantes de México.

Se organizaron grupos de autoayuda en los que han participado cerca de 100 mujeres. Además se trabajó en la capacitación de promotoras para que estas a su vez ayuden a otras mujeres, mediante el proyecto “Promoción de la salud sexual en mujeres familiares de migrantes”.

“Detectamos que ser familiares de migrantes las llevaba a situaciones vulnerables emocionalmente (duelos, resolución de conflictos, autoestima, sexualidad y violencia)”, explica Carolina.

La ausencia de un familiar igual la padecen madres, hermanas, hijas, etcétera; “El que está allá de alguna manera está presente aquí y viceversa, los que se quedan de alguna forma van acompañando al que se fue. Muchas veces unidos por lazos de amor y lealtad muy fuertes, y ambos sufren”.

Lo que viven las mujeres que se quedan va desde la depresión, angustia y ansiedad, se hacen cargo de sus hijos y de sus hogares. Además de que en algunas pesa el estigma de estar sola, “dejan de disfrutar su vida para no someterse al qué dirán”.

En conjunto con la asociación han trabajado desde el PRAMI, Sofía de la Peña, Iliana Martínez, Catalina González Cosio y Bernadette Eguia.

En el caso de Bernadette Eguia, egresada de Psicología, previo a integrarse al proyecto en Zapotlanejo colaboró durante 7 meses en la Iniciativa Kino para la Frontera (institución binacional), una organización de la Compañía de Jesús.

Ahí estuvo en el albergue para mujeres Casa Nazaret, esto le permitió observar cuál es el proceso de esta otra parte de lo que viven las mujeres migrantes y las que son deportadas.

Como parte del PAP, “Migración en la frontera México – Estados Unidos”, del Centro de Investigación y Formación Social del ITESO, Bernardette trabajó en la intervención de todo lo que significa este proceso, “Creo que como cualquier mujer migrante el hecho de trasladarse hacia otro lugar por diferentes cuestiones económicas, personales o de seguridad), habla de la esperanza que viven, de su fortaleza y de la determinación que tienen por modificar sus propias realidades”.

Por otra parte desde su experiencia en Zapotlanejo, refiere que las mujeres pasan por un duelo constante porque no saben qué está sucediendo con su familiar allá.

Para Carolina Olivares, egresada de Psicología del ITESO, el rumbo que llevará la asociación es favorecer la salud emocional de la mujer, que se sienta bien con ella, que se valore, que ayuden a sus hijos para tener una sana convivencia y apoyar para el empoderamiento económico.

En este sentido, después de pasar por el proceso de fortalecimiento emocional, se les está apoyando a las mujeres a través del PAP de Desarrollo de emprendimientos y proyectos productivos sociales, para que desarrollen sus negocios.