El Rector del ITESO, Luis Arriaga, SJ, reflexionó sobre la labor de los defensores y defensoras de los derechos humanos.

«Tan solo una desaparición, una sola, constituye una ofensa a la humanidad, y además es un crimen de lesa humanidad”, afirmó Luis Arriaga, SJ, Rector del ITESO, en la misa que se oficia en Compartamos el pan, espacio que busca cultivar la interioridad y reflexión sobre temas de la actualidad.

El Rector centró la reflexión del jueves 14 de febrero en la lucha de los defensores y defensoras de los derechos humanos en Jalisco y México alineándola con las Bienaventuranzas, lectura seleccionada para esta eucaristía.

“Las Bienaventuranzas expresan la esencia de la claridad del servicio al prójimo, que es la fuente de la felicidad en una vida al estilo de Jesús. Esa esencia de servicio al prójimo es explícita en el trabajo de los y las defensoras de los derechos humanos”.

Al destacar la nobleza y sacrificio que implica ser un defensor de los derechos humanos en México, Luis Arriaga, SJ, señaló que es una tarea que incomoda a muchas autoridades y cuyo peligro se magnifica en zonas de conflicto, como lo es hoy Jalisco.

“Respecto de las desapariciones de los últimos años, Jalisco es el tercer lugar con más desapariciones en México, 3 mil 434 desaparecidos, que representan más del 9 por ciento del total nacional.

Pese al panorama social, con cifras alarmantes que muestran el deterioro de la situación de la desaparición en el país, quienes luchan por los derechos humanos, incluyendo aquí a los periodistas que denuncian esta realidad, son portadores de esperanza, a la manera de las bienaventuranzas: “La dedicación a este trabajo surge de opciones vitales y radicales. Es expresión de una apuesta por la dignidad humana, es, con toda plenitud, un acto total de amor, una respuesta a la interpelación del otro y de la otra”.

Compartamos el pan es una actividad eucarística mensual organizada por los escolares jesuitas de la universidad, la siguiente es el próximo jueves 14 de marzo.