Discriminación, abuso emocional, bullying, maltrato físico, consumo de sustancias, inseguridad en las calles. Cada vez hay más infancias creciendo en entornos violentos y viviendo las consecuencias. La exposición Nosotras Sobrevivientes: Sostener la vida juntas, en la galería Universitaria del ITESO, explora las posibilidades que ofrecen el arte y el trabajo colectivo para transformar esas realidades
Después de tantos años parece ya un lugar común, pero no por eso es menos cierto: el mundo vive tiempos difíciles y México no es la excepción. Diferentes violencias afectan a las personas en prácticamente todos los ámbitos de la vida y aquejan particularmente a las más vulnerables, específicamente niñas, niños y adolescentes: muchas de las infancias han vivido en carne propia los efectos de los abusos emocionales y físicos, el uso de sustancias, la discriminación, y otras tantas experimentan las consecuencias que dejó la llamada guerra contra el narcotráfico y que se ha traducido en violencia en las calles, secuestros, desapariciones. Sin embargo, incluso el túnel más oscuro tiene una rendija por donde se filtra la luz. Cuando no, hay que abrir esa rendija. Y para hacerlo nada mejor que hacerlo en colectivo. Quien visite la galería Universitaria del ITESO puede ser testigo de cómo sí es posible hacerlo con la exposición Nosotras Sobrevivientes: Sostener la vida juntas.
La muestra está integrada por fotografías, videos, instalaciones y piezas sonoras. En el conjunto de piezas se puede ver y escuchar a niñas y adolescentes que crecieron en entornos de violencia y que encontraron en el trabajo colectivo la manera de empezar a transformar sus vivencias. La exposición es resultado del estudio “Experiencias adversas durante la niñez: un estudio exploratorio con niñas, niños y adolescentes en contextos de violencia colectiva y drogas”, realizado desde 2022 desde el Departamento de Psicología, Educación y Salud (DPES) del ITESO y coordinado por Gabriela Sánchez López, quien durante la inauguración de la muestra dijo que el proyecto es “una investigación-acción participativa que busca construir conocimiento y, al mismo tiempo, construir cuidados colectivos”.
En el proyecto participaron 70 personas, de las cuales 40 son estudiantes del ITESO. Se trabajó con niñas, niños y adolescentes institucionalizados —se contó con la colaboración del DIF Guadalajara— y, entre otros datos, el estudio permitió constatar que 75 por ciento de las y los infantes que participaron han vivido por lo menos cuatro de las diez adversidades consideradas en el estudio —discriminación, violencia comunitaria, bullying, consumo de sustancias, abuso físico, violencia doméstica, entre otras—; el 44 por ciento ha crecido en lugares donde grupos del crimen organizado pelean por el control; 90 por ciento conoce a alguien o ha consumido sustancias. ¿Cómo explican las infancias esta violencia crónica? “Es como un nido que se convierte en una casa y se vuelve normal. Forma parte de nosotras. La violencia se transforma en una bola de nieve que no deja de crecer”, leyó Gabriela Sánchez como parte del texto de presentación de la exposición, escrito a partir de las voces de las personas involucradas.
En 2023 quince niñas y adolescentes de entre 7 y 17 años comenzaron a trabajar en lo que sería la exposición con un objetivo: “Difundir y crear conciencia sobre la gravedad de las violencias. Hablar para frenar los feminicidios y reducir la institucionalización de niñas, niños y adolescentes”, explicó Gabriela Sánchez y agregó que el colectivo Nosotras Sobrevivientes —que se conformó durante la investigación y la preparación de la muestra— “es un espacio que construimos juntas para el intercambio de sabres y prácticas, la colectividad es un lugar íntimo y seguro para despertar esperanza y sueños de supervivencia y cambio”.
El texto también fue leído por Hatsumi Morales Chávez, una de las quince participantes de la exposición, quien dijo que “hacer cosas bonitas es un acto de desobediencia cuando la vida se pone fea”, y continuó agregando que es necesario crear conciencia “sobre las consecuencias de las violencias”. Invitó a las personas presentes, así como a todas aquellas que visiten la exposición, “a escuchar, sentir y reflexionar con el corazón abierto”, y concluyó dedicando la muestra “a la memoria de Paola y Gaby y de todas las niñas, niños y mujeres que la violencia nos ha arrebatado”.
Diana Vargas Salomón, del DIF Guadalajara, mencionó el trabajo de colaboración que ha venido realizando la dependencia municipal con el ITESO, y destacó el hecho de que Nosotras Sobrevivientes: Sostener la vida juntas sea producto de un “ejercicio participativo y horizontal que involucra a niños, niñas, adolescentes, estudiantes, academia y gobierno”. Finalizó su intervención haciendo énfasis en el hecho de que el cuidado de las infancias “es una responsabilidad de todos, no sólo del gobierno”.
Por su parte, Alexander Zatyrka, SJ, rector del ITESO, dijo que la exposición en la galería Universitaria es “un llamado de atención a no ignorar lo que viven cientos de miles de mujeres y niños y niñas en el mundo”. También destacó que el nombre del colectivo, Nosotras Sobrevivientes, es valioso porque “es una frase que les presenta como responsables de sus vidas y de su destino”, y añadió que, con esto, “nos exigen una escucha atenta y libre de prejuicios para reconocer su agencia y conectar con su lucha”. Sobre la muestra, mencionó que esta representa “una oportunidad invaluable para hacer del arte un medio para la conexión entre las personas. El arte puede ser un puente entre el sentir individual y la experiencia colectiva; una fuente de reflexión profunda y una oportunidad para cultivar la empatía”. Concluyó su intervención invitando a las y los visitantes de la muestra a “abrir el corazón para que resuene, en la mente y el corazón, el mensaje de las creadoras”.
Nosotras Sobrevivientes: Sostener la vida juntas está integrada por fotografías de las quince niñas y jóvenes, la proyección de un video en el que cuentan sus historias y una instalación sonora que permite escuchar fragmentos de las entrevistas en las que narran los hechos de violencia que han vivido. También hay dibujos y una instalación que recrea el lugar en el que realizan las asambleas del colectivo, donde las y los visitantes pueden compartir sus reflexiones en post-it con forma de mariposa que pueden pegarse en toda la galería.
Además, en colaboración con la Cátedra Jorge Manzano, SJ, en el lobby del edificio V hay una instalación en la que, a partir de cinco preguntas del cuestionario de Experiencias Adversas en la Infancia (ACE, por sus siglas en inglés), las y los visitantes pueden hacer conciencia de cómo han vivido las violencias: diferentes papeletas están escritos los temas —discriminación, violencia comunitaria, abuso emocional, abuso de sustancias, violencia familiar y bullying— y sobre cada papeleta hay un gotero con tinta azul. Frente a la mesa, un contenedor con agua muestra un listado de palabras relacionadas con procesos de sanación. La dinámica es: leer la papeleta y, en caso de sentirse identificado con uno o más de los ítems, echar una gota de la tinta azul en el contendor. Esto se acompaña con una reflexión de Jorge Manzano, SJ, sobre el mal: él afirmaba que frente a este hay respuestas negativas y positivas. Las negativas estaban asociadas con la destrucción, mientras que las positivas eran una reafirmación de la vida. El agua poco a poco se ha ido tiñendo de azul.
Durante la inauguración se contó con la participación musical de Lengua de Mapa, que junto con Nosotras Sobrevivientes y la rapera Ría Dezner crearon el tema “Nosotras”, que se puede escuchar durante la visita en el recinto.
Nosotras Sobrevivientes: Sostener la vida juntas estará en exhibición hasta el 16 de octubre.
FOTO: Zyan André