Iván Osuna Motta, especialista en Arquitectura bioclimática de la Pontificia Javeriana de Cali, Colombia, es uno de los profesores que han sido invitados a impartir una materia en Verano Internacional.
La clave del éxito de un proyecto hoy es trabajar en equipos interdisciplinares, señala Iván Osuna Motta que en Verano Internacional de 2017 llegó al ITESO desde la Universidad Pontificia Javeriana de Cali, Colombia, para impartir a estudiantes de la Maestría en Proyectos y Edificación Sustentables el taller ‘Integración Profesional en Sustentabilidad: Propuestas de Tipologías de Vivienda Sustentable en Guadalajara’.
En el taller, explica el especialista en Arquitectura bioclimática, los estudiantes hicieron un proyecto de vivienda sustentable en una zona cercana al centro de Guadalajara.
“Hay que hacer un ejercicio práctico y vengo a poner mi punto de vista de cómo se haría en Colombia y cómo se enfocaría desde mi saber, cuenta. Cada verano, profesores y profesoras de distintas universidades del mundo, como Iván Osuna, llegan al ITESO a impartir materias innovadoras en inglés y en español, como parte de la currícula de materias de licenciatura y posgrado.
Tu perspectiva es desde la Arquitectura bioclimática, ¿qué es esto?
Estoy metido en la rama de Arquitectura y urbanismo bioclimático, más en la Arquitectura bioclimática que el urbanismo, pero estoy en las dos. Se trata de poder hacer que nuestra disciplina, la Arquitectura y el urbanismo tengan una conciencia mucho mayor de las condiciones del lugar, esto es hacer una cuidadosa lectura de ese clima, cuáles son las condiciones específicas y cómo hacer que la ciudad responda eso, que la gente tenga lo que se llama conforterm, esto es, que sea confortable en espacios cerrados o abiertos. Y, además, lograr un impacto menor sobre los recursos naturales y el ambiente. Es hacer Arquitectura y urbanismo más sostenible.
Hoy, ¿qué tan caro es pensar en este tipo de construcciones?
Hace unos 10 años esa idea de tener una conciencia ambiental en cualquier aspecto significaba hacer un sacrificio, pero en la medida en que la gente ha tomado una conciencia mucho más fuerte cada vez se siente menos como un sacrificio y esto ha hecho que la tecnología avance rápidamente y que hoy sea cada vez menos costoso.
Al final hay dos maneras de entender el problema en términos de la Arquitectura. Uno puede concebir edificios y espacios públicos que desde el inicio se tenga claro cómo deben orientarse, cómo hacer que el viento atraviese por ellos para que estén frescos. O, también, hacer acciones correctivas porque no se tuvieron previstas al principio, esto sí es muy costoso; pero cuando se tiene una concepción desde el inicio hay una cantidad de cosas que vale exactamente lo mismo hacerlo bioclimáticas o no.
Tienes varios reconocimientos como el Solar Decathlon por Casa Alero, ¿en qué consistió este proyecto?
Solar Decathlon, es una competencia internacional que busca que los estudiantes diseñen, desarrollen los planos y construyan con sus propias manos una vivienda que sea sostenible y que se alimente solamente de energía solar.
Hicimos un proyecto de arquitectura social para el tró- pico –que quedó en el segundo puesto en esa competencia– en el cual planteamos unas estrategias de vivienda completamente pasiva, esto quiere decir no tenía aire acondicionado, ni ventiladores.
Lo más importante de todo es que es un proyecto que fabrican los estudiantes, porque muy pocas veces habían tenido la oportunidad de construir, es algo que en nuestras escuelas de Arquitectura nos hace falta, trabajan mucho sobre planos, sobre utopías, sobre cosas que muchas veces son casi imposibles de construir.
¿Qué pasó con este proyecto?
Desarmamos la casa, la empacamos en 3 contenedores, nos la llevamos a la universidad y logramos integrarla con un proyecto que tiene como inspiración Capeltic. Desarrollamos un proyecto de comercio justo con una asociación de campesinos productores de café en la cual ellos comercializan el café dentro de la universidad. Entonces adaptamos la casa para que sea el primer punto de venta de ese proyecto que se llama café Garitea.
Arquitectura se integró a otros ámbitos
En ese proyecto de comercio justo participaron cuatro facultades distintas, se hizo en alianza con la asociación de campesinos y se realizó un trabajo interdisciplinar en el cual había profesionales de diferentes disciplinas logrando algo muy integrado, con un edificio apropiado para la marca, todo está en diálogo.
En Arquitectura, bueno para muchas profesiones hoy en día, el éxito de que un proyecto salga bien es el trabajo en equipos interdisciplinares y en la medida que uno logre esa integración de diferentes conocimientos va a hacer que las propuestas sean mucho más fuertes o mucho más consolidadas.