Durante la bienvenida a los nuevos estudiantes de posgrado autoridades de la universidad les instaron a participar en la construcción de una sociedad más justa.

«Como estudiantes de posgrado, ustedes deben de ir al fondo de los problemas y examinar con detenimiento lo que la situación exige, ya que todos los aquí presentes somos profesionales y lo que se espera de nosotros es más que una simple opinión o una acción sin discernimiento», señaló Catalina Morfín, directora general académica del ITESO, durante la bienvenida a los estudiantes que comenzarán a cursar un posgrado este semestre.

El ejercicio de discernimiento sobre lo que se debe hacer, detalló Morfín, tendría que inspirarse en los valores cristianos, respetando las opciones y determinaciones de las personas, además de comprometerse con la sociedad mexicana.

Durante la ceremonia de bienvenida, llevada a cabo el 6 de agosto pasado en el Auditorio Pedro Arrupe, SJ, Morfín les dio la bienvenida a los nuevos integrantes de la comunidad de un millón y medio de estudiantes de las universidades confiadas a la Compañía de Jesús y les compartió tres principios de las escuelas jesuitas.

El primero es que las necesidades sociales estén presentes en los diálogos académicos y con quienes toman las decisiones en torno al bien común. «En otras palabras, nuestra tarea como universitarios es convertirnos en una instancia crítica y creadora que señale nuevos caminos para que el rumbo que escojamos sea pacífico, legal y respetuoso de los derechos de todos».

Buscar que cambien las estructuras sociales, mentalidades y voluntades personales es el segundo principio de una universidad jesuita, el cual afirma que «es completamente legítima la búsqueda de la transformación de aquellas instituciones que frenan el pleno ejercicio de la justicia, ya sea en el campo político o económico».

El tercer principio, dijo Morfín, es que la objetividad se obtiene desde el conocimiento científico, «pero esto no niega que otros lenguajes como el artístico, el afectivo o el espiritual contengan una verdad existencial y social».

Ante la mentalidad moderna y la filosofía posmoderna que consideran que el lenguaje espiritual no tiene algo qué decir sobre los problemas sociales, la directora general académica del ITESO afirmó que para esta casa de estudios es imprescindible el compromiso con la sociedad y sus necesidades, debido a que empuja a «sostener y fortalecer las instituciones con la participación de todos, eliminando cualquier indicio de sometimiento o exclusión».

«Espero que en el inicio de sus estudios de posgrados todos ustedes, alumnos y profesores, se comprometan con la búsqueda de la verdad crítica y creadora, dialogante e incluyente, justa y comprometida a la luz de los principios y valores cristianos», recalcó.

En el mismo sentido, Carlos Luna, director de Información Académica y procurador de Derechos Universitarios, afirmó que el ITESO busca que sus estudiantes se desarrollen como personas comprometidos con la sociedad, que vayan más allá de su entorno de trabajo y de su vida familiar.

Es decir, que sean «personas capaces de asumir una actividad ciudadana, un compromiso con la vida pública y de participar en la construcción de una sociedad más justa, humana y reconciliada en el pleno sentido de la palabra», señaló.