Desde un laboratorio de colaboración multidisciplinar, el ITESO realiza seguimiento sistemático a lo que sucede en redes sociales.

¿Un espacio para el estudio del comportamiento de las redes sociales? Signa Lab. ¿Un punto de encuentro para el pensamiento colectivo, la creación y la divulgación? Signa Lab. ¿Un lugar de colaboración multidisciplinar en donde confluyan estudiantes y egresados de diferentes carreras e incluso maestrías? De nuevo, Signa Lab.

Su nombre oficial es Laboratorio de Innovación Tecnológica y de Estudios Interdisciplinarios Aplicados del ITESO e inició operación en 2016, aunque desde 2013 se empezaban a tejer las redes que le darían forma, comenta Rossana Reguillo Cruz, profesora e investigadora del ITESO y coordinadora del proyecto.

Signa Lab es un espacio interdepartamental de la Universidad que mezcla la corriente actual de desarrollo tecnológico con grandes volúmenes de datos, echando mano de los saberes de las ciencias sociales, como psicología, comunicación y antropología, para generar una práctica crítica a partir del uso de datos.

A dos años de su inicio formal, Rossana Reguillo se dice impresionada del gran avance y consolidación que ha tenido el laboratorio. “En este tiempo hemos logrado scripts de desarrollo propio que no tiene ninguna universidad; tenemos metodologías de investigación, de reportes, publicaciones en medios nacionales e internacionales y un know how de cómo intervenir en ciertas cosas”, añade.

Entre los proyectos en los que ha participado Signa Lab está la plataforma M68 de la UNAM, la cual es un repositorio digital sobre los movimientos sociales que han marcado la historia en materia de reconocimiento de derechos en el país desde 1968.

El equipo de Signa Lab ITESO tiene una ambiciosa agenda por cumplir en los próximos meses. Uno de los más importantes, señala Rossana Reguillo, es la publicación de un libro que recopile la experiencia del laboratorio.

“En este libro queremos mostrar el músculo que hemos ido desarrollando y exponer nuestra comprensión de la ciencia de datos, la teoría de la era de la digitalización y de lo que es Signa Lab. También vamos a desplegar los distintos proyectos que tenemos en el laboratorio”, señala la profesora, quien además adelanta que el primer borrador se entregará al inicio de 2019.

Esta obra será el tercer libro de la colección Signa Lab del ITESO, ya que en 2017 se editó La internet y la calle, de Fabio Malini y Henrique Antoun. Un segundo título será la traducción al español de una obra del investigador Albert-László Barabási, considerado el padre de la ciencia de redes.

En tanto, integrantes de Signa Lab están en pláticas con el equipo de transición del futuro gobierno federal, “para ver de qué modo podemos participar en proyectos que tengan que ver con empoderamiento ciudadano y visibilización de ciertos problemas a través del manejo de datos”, comenta Víctor Hugo Ábrego Molina, coordinador creativo de Signa Lab y de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación del ITESO.

Otro eje de trabajo es el desarrollo y robustecimiento de una interfaz para ofrecer servicios de descarga de datos a terceros, a fin de alcanzar la autosustentabilidad del proyecto.

Tras la invitación del INE para colaborar en la definición de los temas que habrían de abordarse durante el tercer debate entre candidatos a la presidencia de la República, realizado el pasado 12 de junio, el equipo de Signa Lab cerró filas y trabajó por días completos en la sistematización de los cuestionamientos más frecuentes hechos a los candidatos a través de redes sociales.

Desde octubre de 2017, Signa Lab trabajó distintos mecanismos de búsqueda y sistematización de información, con miras a crear un acervo que, de acuerdo con el profesor Víctor Hugo Ábrego, podrá ser considerado como “uno de los más importantes del proceso electoral en términos digitales en el país”.

Más allá de la colaboración para el INE, Signa Lab hizo un exhaustivo seguimiento y análisis del comportamiento de las campañas para la elección presidencial, tanto en Twitter como en Facebook. A pesar de que la expectativa era que lo más retuiteado serían memes y disparates, descubrieron que también había una gran cantidad de usuarios que hacían demandas, quejas y preguntas específicas, sustentadas y directas.