Los hallazgos de los grandes telescopios terrestres y espaciales, y el rol que la luz juega para conocer el universo fueron los temas que guiaron la charla «El mensaje de la luz y los cazadores de fotones», con el investigador Jairo Méndez Abreu, en la Semana de la Astronomía del ITESO 2022

La luz en astrofísica es un narrador, un juglar que cuenta el relato del universo, por medio de sus ondas y partículas es posible rebobinar el casete del tiempo del cosmos. El funcionamiento de este tipo de radiaciones como fuente de conocimiento y cómo gracias a los grandes telescopios accedemos a ella, fue el faro que orientó la conferencia «El mensaje de la luz y los cazadores de fotones», en la Semana de la Astronomía ITESO 2022.

Jairo Méndez Abreu, investigador de la Universidad de la Laguna y del Instituto de Astrofísica de Canarias, España, compartió con alumnos de ingenierías en el Auditorio D1 su trabajo en torno a los grandes telescopios terrestres. También mostró imágenes más nítidas del universo gracias al trabajo del telescopio espacial James Webb, desarrollado por medio de la colaboración entre 14 países y que fue construido y es operado conjuntamente por la NASA, la Agencia Especial Europea y la Agencia Espacial Canadiense en sustitución de los telescopios anteriores Hubble y Spitzer.

«El nivel de detalles con el que ahora podemos ver la estructura es increíble, estamos entrando en una nueva era, en la que las observaciones astronómicas pueden cambiar nuestras concepciones del universo», explicó el doctor en astrofísica por la Universidad de Padua, centro de estudios en la cual fue profesor de física Galileo Galilei.

Méndez Abreu fue llevando a los alumnos por los misterios de la luz, tanto en sus efectos ondulatarios –vistos en el arcoiris de un día de lluvia– como en sus registros de partículas (fotones) –palpables a través del detector de cantidad de luz de una cámara fotográfica–. Según explicó, la velocidad finita de la luz es de 300 mil kilómetros por segundo, lo que representa 7.5 vueltas a la tierra en un segundo, ir a la luna y volver en 1.25 segundos o llegar a Marte en tres minutos.

La luz solar tarda 8.3 minutos en llegar a la tierra, mientras que la luz de la estrella polar o la estrella del norte se encuentra a 320 años luz. La radiación de la galaxia más lejana que se ha percibido es la de GN-z11, la más lejana y antigua percibidas y cuya luz corresponde a hace 13 mil 400 millones de años, muy cerca del origen del universo, el Big Bang, calculado hace alrededor de entre 13.5 y 14 mil millones de años.

A simple vista, en el cielo, los humanos solo podemos ver las estrellas y planetas que forman parte de la Vía Láctea, sin embargo, gracias a los telescopios, o cazadores de fotones, hemos podido ir más allá. El académico explicó cómo funciona el Gran Telescopio de Canarias, ubicado en el Observatorio del Roque de los Muchachos a más de 2 mil 300 metros de altura, el cual es el telescopio óptico más grande del mundo.

«La luz cuando llega de un objeto, ya sea una estrella o una galaxia, choca contra el espejo primario, se refleja en el espejo secundario y luego en función de la óptica del telescopio lo podemos redirigir hacia una cámara, a otro espejo o hacia los instrumentos que nos permiten ver los efectos electromagnéticos de los sistemas», comentó.

También mostró imágenes del Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano, ubicado en la cima del volcán extinto Sierra Negra, al lado del Pico de Orizaba, la montaña más alta de México.

Durante la charla, los estudiantes mostraron un gran interés en lo observado, tanto por telescopios terrestres como espaciales, en los hallazgos del telescopio James Webb –como la fotografía de la luz alrededor de un agujero negro–, en la capacidad y potencial de los nuevos telescopios, así como por los resultados obtenidos gracias a la colaboración de varios telescopios en el mundo que sincronizan sus operaciones para tener panoramas más amplios del universo, como por ejemplo la búsqueda de galaxias distantes.

«Al encontrar galaxias cada vez más lejos podemos limitar los modelos de formación del universo, eso nos da información sobre lo que ha pasado antes, pues observamos galaxias más cercanas al Big Bang. Los cazadores de fotones que vienen nos permitirán descifrar con una precisión sin precedentes el mensaje de la luz, quién sabe qué maravillosos descubrimientos sobre el universo están por venir», concluyó.