El tercer Coloquio en Matemáticas Educativas se realizó de manera virtual del 7 al 9 de julio y reunió a más de 270 docentes de matemáticas de nivel bachillerato y universitario
Por tercera ocasión se realizó el Coloquio en Matemáticas Educativas del ITESO, evento que del 7 al 9 de julio ofreció más de 30 ponencias, mesas de diálogo y talleres en modalidad on line bajo la temática “Experiencias de evaluación de aprendizajes de matemáticas en la virtualidad”, cuyo propósito fue compartir las diferentes metodologías y experiencias para evaluar en un contexto de educación a distancia impuesto por la emergencia sanitaria, a fin de enriquecer las prácticas docentes en comunidad.
Durante la inauguración de las jornadas Catalina Morfín López, directora general académica, celebró que este coloquio se esté convirtiendo en una tradición para el ITESO y la comunidad educadora que convoca. “Esta es una oportunidad para el encuentro, la reflexión y el diálogo sobre nuestro trabajo docente en un campo tan complejo como fascinante: el universo de las matemáticas”, dijo.
Señaló que la evaluación bien realizada es un elemento fundamental de la práctica educativa al poner al centro a la persona. Para el ITESO, de acuerdo a sus Orientaciones Fundamentales, la evaluación se convierte en un punto de partida para un proceso de constante superación de la persona, añadió.
Bernardo Cotero Ochoa, director del Departamento de Matemáticas y Física (DMAF) del ITESO, agradeció la participación de los más de 270 inscritos y confió en que a partir del coloquio se dará un diálogo en busca de mejorar la enseñanza de la disciplina en nivel superior y medio superior.
Una nueva forma de interactuar y evaluar
A cargo de la conferencia inaugural estuvo Corey Brady, académico de la Vanderbilt University, en Estados Unidos, especializado en el diseño de entornos para el aprendizaje a través de tecnologías, así como en el análisis de procesos de aprendizaje relativos a las matemáticas.
Con la charla “Patrones de Pensamiento: cómo identificarlos en la clase y cómo utilizarlos como docente”, el investigador describió que la evaluación tradicional toma al grupo de estudiantes como un fondo, en el que el enfoque es medir el rendimiento de los individuos.
Sin embargo, el experto sugirió adoptar una perspectiva diferente alejada de la individualización, en la que el grupo no sea el fondo sino el foco de las estrategias de enseñanza. “Los maestros que más me impresionan saben manejar la diversidad de pensamiento como recurso, poniendo estas voces en diálogo y no en competencia”, dijo.
Propuso entonces el uso de dinámicas, en este caso a través de aplicaciones tecnológicas, que permitieran la interacción del estudiante con el resto del grupo. “La idea clave es que estamos abriendo un espacio en el que el alumno puede participar evidenciando su propia manera de pensar y su conocimiento, donde también puede tener contacto con las maneras de pensar de sus compañeros”.
Brady afirmó que la evaluación es tan importante como la propia actividad, por lo que en los últimos años y de manera más importante durante la pandemia por covid-19, ha construido una línea de investigación que en ello versa. Su objetivo es, señaló, encontrar una estrategia de evaluación que le permita obtener más y mejor información que resulte verdaderamente útil para guiar el aprendizaje de un grupo.
Algunas de estas estrategias son las actividades generativas y las preguntas con base en patrones de pensamiento (PPP), las cuales pueden dotar al docente de información valiosa respecto al conocimiento y entendimiento de cada alumno en lo individual y como parte de un grupo a partir de un concepto clave y perfiles de pensamiento relacionados a él.
El ponente invitó a los docentes a experimentar con diversos recursos con y sin tecnología. “Nada de esto lleva costo y hay muchos recursos para empezar con este tipo de trabajo. Sí requiere de bastante trabajo pero es posible; este estilo de evaluación depende mucho del conocimiento de los maestros sobre el pensamiento de sus alumnos”, dijo.
FOTO: Luis Ponciano