El acompañamiento a comunidades vulnerables que el ITESO realiza desde distintos proyectos fueron motivo de reflexión en la sesión de los Diálogos sobre el acompañamiento Ignaciano que organiza la Dirección de Integración Comunitaria.
Acompañar en el diccionario se define como el estar o ir en compañía de otra u otras personas. Juntos, no uno adelante del otro, juntos. Y el ITESO, siendo una universidad confiada a la Compañía de Jesús y con el claro enfoque humanista que abriga, tiene presente este término “en todo lo que hacemos como universidad” afirmó Pedro Ramírez Rivera, director de Relaciones Externas de esta institución.
Esta forma de acercamiento que tiene el ITESO también se ve reflejada en sus interacciones a través de estudiantes y miembros de la comunidad con el resto de la sociedad fuera del campus como en los Proyectos de Aplicación Profesional (PAP) con comunidades vulnerables, con apoyo en la inserción laboral, entre otras actividades de las que se hablaron en el diálogo “Acompañamiento en la vinculación” el pasado 4 de octubre.
Raúl Díaz Padilla, profesor del Departamento de Hábitat y Desarrollo Urbano, señaló que, en el caso de los PAP, el acompañamiento va de la mano con la vinculación, se necesita empatía y unión para entender que las comunidades “no son homogéneas”, no todas viven las mismas circunstancias ni con el mismo tipo de personas, por lo que hay que personalizar los proyectos además de empatizar con las situaciones muy duras que viven las comunidades. También, apuntó que es un acompañamiento mutuo en el que ambas partes aprenden la una de la otra.
La vinculación reconstruye el tejido social, vuelve a crear un sentido de comunidad y pertenencia, dijo Fátima Silva Contreras del Centro Universidad Empresa al hablar de su experiencia de trabajo en el Cerro del Cuatro.
En el proyecto Órale de reinserción laboral y/o escolar, narró, la gente se sentía como los únicos con esa clase de problemas y al verse en un espacio en el que estaban con más personas en la misma condición se identificaban, se sentían parte de, empatizaban, estaban más atentos al otro y su realidad.
A pesar de que, como estableció Díaz Padilla en los PAP pueden presentarse algunos problemas, estos proyectos de vinculación con comunidades no dejan de tener como una de sus metas el empoderarlas.
Tanto Fátima Silva como Raúl Díaz coincidieron en señalar que lograr un bien común y trabajar por el bienestar de la sociedad, de la mano de alguien más, es el acompañamiento ignaciano y el sello humano característico del ITESO que comparte y enseña a estudiantes, profesores y a la comunidad; algo que se llega a distinguir, por la apertura al diálogo para cumplir con las necesidades de todas las personas.