Los avances y retos de las biorrefinerías capaces de producir biocombustibles avanzados sin necesidad de petróleo, fueron abordados en la Semana de Ingeniería Química del ITESO.

Las biorrefinerías que utilizan materiales de origen orgánico (biomasa) en lugar de petróleo para producir biocombustibles ya son una realidad, pero su eficiencia, rentabilidad, sustentabilidad y competitividad siguen siendo los retos a vencer, afirmó Elías Martínez, investigador del Departamento de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad de Oxford, quien el 7 de abril dictó una videoconferencia dentro de la Semana de Ingeniería Química del ITESO.

Biorrefinerías avanzadas para dejar de depender del petróleo

Biorrefinerías avanzadas para dejar de depender del petróleo

Estas biorrefinerías se encuentran principalmente en Holanda, Reino Unido, Italia, Francia y los países nórdicos y son el objeto de estudio de Martínez, quien trabaja para hacer más eficientes sus procesos, mediante la integración de procesos.

“Esta integración consiste en la aplicación de herramientas que permitan analizar un proceso de manera sistemática e identificar áreas de oportunidad para el intercambio, reciclaje y combinación de corrientes de materia y energía que lleven a un aprovechamiento más eficiente de los recursos”, explicó el coautor del libro Biorefineries and chemical processes: design, integration and sustainability analysis.

La idea es coproducir tanto biocombustibles como productos alimenticios, así como cuidar la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. El reto sigue siendo encontrar la manera de obtener la misma eficiencia que se alcanza con el petróleo.

La biomasa se debe cultivar o recolectar, y esto complica la logística del suministro de insumos, a diferencia del crudo, el cual tiene mucha densidad y bajos niveles de humedad y se puede trasportar en tuberías, mientras que mover la biomasa resulta más costoso.

En Guadalajara, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav) tiene el proyecto Nerixis, que dirige Arturo Sánchez –egresado de Ingeniería Química del ITESO–, el cual diseña biorrefinerías que produzcan biomateriales y biocombustibles a partir de materias primas que no son fuentes alimenticias para el ser humano: restos de cosechas, tallos de maíz o bagazo de caña. Foto Luis Ponciano