Según un estudio dado a conocer por Oxfam, mientras los millonarios del mundo superaron el impacto económico de la pandemia en sólo nueve meses, a la población más pobre le llevará una década. Para María del Rocío Enríquez el informe debería ser un punto de partida para comenzar a construir un mundo más justo e igualitario. 

Cuando el brote de covid-19 devino en pandemia y comenzó a propagarse más rápidamente, muchas voces se alzaron para decir que ante esta amenaza toda la humanidad estaba en el mismo barco. Otras voces, entusiastas, vieron en este virus la oportunidad para que las personas cambiaran y comenzaran a explorar otras maneras de vivir y habitar el mundo. Conforme fueron pasando los días, fue quedando claro que pocas cosas iban a cambiar y que no estaban todos en el mismo barco: quizá era la misma tormenta, pero mientras unos iban en yates equipados con víveres para sobrevivir, otros sorteaban el vendaval a la deriva en frágiles canoas. Esta metáfora quedó documentada en el informe “El virus de la desigualdad”, dado a conocer por Oxfam Internacional y que da cuenta de cómo mientras los millonarios del mundo se recuperaron del impacto económico originado por la pandemia en apenas unos meses, a buena parte de la población mundial le tomará una década reponerse. 

Para comenzar a explicar la información contenida en el documento de Oxfam, María del Rocío Enríquez retoma un párrafo del mismo texto en el que se describe a la pandemia de covid-19 como una radiografía que vino a revelar “las fracturas del frágil esqueleto de las sociedades”. La profesora del Departamento de Estudios Socioculturales (Deso) del ITESO se pregunta: “¿Cómo es que existen mil fortunas o personas con fortunas millonarias a quienes les llevó nueve meses regresar a los niveles en los que estaban, mientras las personas en pobreza aumentaron de 200 a 500 millones de personas, a quienes les tomará una década recuperarse? Estamos ante el reto de buscar nuevas formas para combatir esa desigualdad y caminar hacia un futuro que no sea dirigido por los más ricos, sino de manera colectiva”. 

La lista de personas más ricas del mundo que vieron crecer sus fortunas en 2020 incluye nombres como Jeff Bezos, dueño de Amazon; Elon Musk, creador de Tesla Motors; Bill Gates, fundador de Microsoft; Marck Zuckerberg, propietario de Facebook; y Warren Buffett, director ejecutivo de Berkshire Hathaway, entre otros. Mientras ellos acumulan millones de dólares, del otro lado tenemos a millones de personas que acumulan desventajas. “Para la población a nivel mundial, y México no es la excepción, hay una desigualdad persistente. Tenemos población que vive con inseguridad en materia de salud; hay una fractura laboral en la que persiste el mercado informal; hay una fractura en el tema de los cuidados, donde la inequidad es más visible. Estos son algunos ejemplos de las fracturas que documenta el informe”, dice Enríquez Rosas. 

En “El virus de la desigualdad” se realizaron más de 200 encuestas en 79 países, trabajaron 20 colaboradores supervisados por 6 especialistas. La profesora del ITESO destaca el hecho de que se trata de un documento que no se queda en presentar cifras, sino que le pone rostro humano al presentar una serie de historias de personas que, desde diferentes espacios, luchan para contrarrestar los efectos de la inequidad.  

A partir del documento de Oxfam se puede ver que la pandemia vino a agudizar tres inequidades principales: la del ingreso, la de género y la racial. Esto, dice María del Rocío Enríquez, debería llevar a la humanidad a dejarse “sacudir, confrontar y repensar cómo habitamos y cómo vivimos. Es un momento terrible, doloroso, que debería dar pie a un cambio radical de rumbo”. ¿Y cuál debería ser ese cambio? Hay muchas maneras: pago de impuestos diferenciados, para que quienes ganan más paguen más; protección social que garantice el acceso universal a los servicios de salud; el ingreso básico universal; redistribuir la riqueza. “Sólo así podremos hablar de un mundo más igualitario, más humano, con seguridad climática”, añade la profesora. 

“De no diseñarse propuestas para disminuir la brecha, vamos a tardar años y años para librarla, ya no digamos para salir. Es una situación seria, grave, y no estamos en tiempos de politizar: todas las partes debemos trabajar juntas y de manera colectiva, pensar primero en las poblaciones en condición de pobreza”. María del Rocío Enríquez 

El caso de México

Como en muchos otros rubros, la llegada del coronavirus tomó a México a traspié en materia económica: el país venía de registrar un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 0.1 por ciento en 2019. Así, la covid-19 comenzó a propagarse en un país que estaba “colapsado, con una inequidad exacerbada, con una población que no puede quedarse en casa porque tiene que salir a resolver la supervivencia diaria, con un sistema de salud precario y con deficiencias evidentes”, dice María del Rocío Enríquez, quien añade que se ha ido perdiendo el camino avanzado en el combate a la pobreza a través de programas sociales. 

“De no diseñarse propuestas para disminuir la brecha, vamos a tardar años y años para librarla, ya no digamos para salir. Es una situación seria, grave, y no estamos en tiempos de politizar: todas las partes debemos trabajar juntas y de manera colectiva, pensar primero en las poblaciones en condición de pobreza”, continúa la académica. 

En ese sentido, resulta importante que todos conozcan el informe y “se dejen confrontar, se dejen tocar, ya que se trata de un documento que busca llegar a cualquier persona, no sólo a quienes estamos trabajando en este campo. Uno de sus objetivos es aportar insumos para el debate de las políticas públicas, pero también para el conocimiento de los ciudadanos”, finaliza María del Rocío Enríquez.

Un resumen de “El virus de la desigualdad” y el documento completo puede consultarse en este enlace: oxfam.org/es/informes/el-virus-de-la-desigualdad 

María del Rocío Enríquez es profesora del Departamento de Estudios Socioculturales del ITESO. 

FOTOS: LUIS PONCIANO