Margarita de Silva y Jenaro de Silva, coordinadores del Proyecto de Aplicación Profesional  “Espacios vitales para la ciudad”, presentaron junto a sus alumnos los avances de varias propuestas destinadas a la recuperación de agua superficial del parque, uno de los más emblemáticos de Guadalajara.

Hace más de 100 años, el río San Juan de Dios fue entubado por órdenes del entonces Gobernador de Jalisco, Miguel Ahumada. Con el crecimiento de la mancha urbana en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), los acuíferos de la ciudad han sido devorados por edificios y calles que requieren de más servicios y por ende, más agua.

El Parque Agua Azul a principios del Siglo XX

El Parque Agua Azul a principios del Siglo XX

El Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) “Espacios vitales para la ciudad” puso la mira en el Parque Agua Azul, construido sobre el lago del mismo nombre por el que corría el río San Juan de Dios.

Estudiantes de Ingeniería Civil, Arquitectura e Ingeniería Ambiental pusieron manos a la obra durante el semestre Primavera 2014 para imaginar un espacio público distinto, que integre distintas movilidades, mejore su entorno urbano y recupere el uso del agua con un sentido recreativo y social.

Margarita de Silva y Jenaro de Silva, asesores del PAP que dura un año, presentaron junto con sus alumnos los avances del proyecto ante académicos de la universidad y autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial del Gobierno del Estado de Jalisco (Semadet) y la Comisión de Planeación Urbana (Coplaur) del ayuntamiento de Guadalajara.

Mucho por hacer

El trabajo implicó la realización de estudios de patrimonio intangible y arquitectónico, de los que destacan la cercanía con la Concha Acústica, recién remodelada; el Teatro Experimental, el barrio de Analco, Las Nueve Esquinas y la Plaza Juárez (donde se coloca el Tianguis Cultural), entre otros espacios.

Jenaro

Jenaro de Silva, durante la presentación del proyecto de rescate del Parque Agua Azul

En su repaso histórico de la densificación poblacional y el uso de suelo, detectaron que las edificaciones y los giros no coincidían con los planes parciales de desarrollo urbano, además de que la mayoría se relacionan con el sector industrial. También encontraron que falta orden en el transporte público, ya que varias rutas coinciden en los mismos puntos pero prácticamente ninguna va hacia el occidente de la ciudad.

De acuerdo con el estudio de vegetación realizado en los camellones de las calzadas González Gallo e Independencia, hay eucaliptos con infecciones y plagas, cuando los árboles recomendados son tabachines y jacarandas, entre otros.

En cuanto a las características de territorio, se concluyó que la zona del Parque Agua Azul es la más baja de la ciudad por el cauce natural del agua, y se realizaron mediciones mensuales y anuales de precipitación en los últimos años para poder confirmar la viabilidad de recuperación pluvial.

Agua y cohesión social

“La meta es recuperar la sinergia y valor natural entre la Calzada González Gallo y el Agua Azul, con agua por superficie que conecte los dos acuíferos y la convivencia social”, expresó De Silva.

Los integrantes del PAP presentaron además propuestas de un parque Agua Azul renovado, abierto, con espacios de recreación, zona habitacional, movilidad compartida y el propósito de propiciar vinculación y apropiación vecinal, además de la construcción de una planta de tratamiento.

Las autoridades de gobierno municipal y estatal invitadas a la presentación hicieron comentarios y sugerencias, inclinadas a la socialización de las propuestas, a definir las alternativas al cierre de calles y el tipo de público que se beneficiará de esta obra, todo con el fin de hacer factible el proyecto conceptual. Foto Luis Ponciano/Archivo