Expertas docentes y mujeres estudiantes hablaron sobre las brechas de género 
en el trabajo, en la universidad, en la política y compartieron una serie de puntos 
mínimos para favorecer la relación y el desarrollo en términos igualitarios 

La marea violeta que desde el 5 de marzo ha puesto a reflexionar al ITESO continuó el pasado martes 10 de marzo, cuando en punto de las 4 de la tarde, en el auditorio D1, comenzó el panel “Eliminando Brechas de Género. Aspectos jurídicos, políticos y universitarios” convocado por la Sociedad de Estudiantes de Derecho y con la participación de las expertas en derecho y género Dosia Calderón Maydon, Carmen Díaz Alba y Miriam Rivera Rodríguez.

Miriam presentó los datos duros, los números de la participación femenina en el ámbito de la política, la toma de decisiones en el estado de Jalisco y aspectos laborales. Estos datos, que si se comparan con décadas anteriores son ligeramente optimistas, develan que hay mucho por hacer.

Por ejemplo, el gabinete del Poder Ejecutivo, conformado principalmente por 26 dependencias – entre Secretarías de Estado, Unidades de Enlace y Coordinaciones – tiene 19 hombres y 7 mujeres. Asimismo, Jalisco es el segundo estado con menos magistradas.

Laboralmente, Jalisco figura como el tercer estado con una brecha salarial profunda, solo superado por Aguascalientes y Yucatán. Un panorama preocupante es el de los call centers, ya que la mayoría de estos espacios contrata mujeres de entre 18 y 23 años de edad que no solo sufren la desigualdad económica y de carga de trabajo, sino también malos tratos por parte de sus supervisores.

Hacia el final de su exposición, Miriam mencionó que se necesitan más representantes mujeres en las sociedades de estudiantes, ya que más del 80 por ciento de los gobernantes del estado surgen de las organizaciones estudiantiles.

Dosia también centró su participación en exponer datos sobre la situación de la brecha de género educativa y laboral en América Latina, para abrir la reflexión hacia lo que se ha hecho, lo que se puede hacer y cómo se está haciendo.

Un punto que destacó es que las brechas de género se convierten en injusticias sociales, “es decir, vamos a ir observando conductas de generaciones que nos van dejando fuera de la jugada profesional y laboral”, apuntó.

Precisó que las prácticas nocivas de género, como el acoso y el hostigamiento, orilla a las mujeres a tomar decisiones que las colocan en situación de mayor vulnerabilidad. Les compartió enfática a las estudiantes “cuando ustedes, mujeres, tengan su título en la mano, vayan abriendo los ojos y van a ver cómo van a ir caminando a ritmos distintos al de sus compañeros porque nos toca sortear una serie de situaciones que no enfrentan los hombres”.

Al tomar la palabra, la profesora Carmen compartió sus reflexiones al respecto de la brecha de género que se vive específicamente en el ITESO, en el área de la docencia, la investigación, las representaciones en el área de la toma de decisiones y las acciones como comunidad universitaria frente a la desigualdad de género.

Sobre las materias que se ofrecen “para ver el mundo con los lentes de perspectiva de género”, Carmen comentó que no solo habrá nuevas materias que aborden esta temática, sino que esperan que en cada departamento exista al menos una materia que prepare a los futuros egresados, sea el área que sea, para trabajar en un mercado laboral que poco a poco va adoptando la perspectiva de género.

“Necesitamos que más colegas se sumen a estas conversaciones, a organizarse para desarmar la desigualdad de género. ¿Dónde están los hombres que puedan integrar estas conversaciones? ¿Dónde están los colectivos de compañeros que digan ‘yo creo que la igualdad es un valor decisivo para cualquier sociedad, cualquier democracia y yo me voy a organizar con mis compañeros para asegurarme que los espacios igualitarios’?”, preguntó Carmen hacia el final de su exposición.

Las alumnas de Derecho leyeron 10 puntos mínimos que fueron discutidos, problematizados y redactados de mutuo acuerdo entre estudiantes y docentes para crear una convivencia libre de brechas de género:

1. La base de toda relación personal es el consentimiento, el cual no debe estar viciado por coacción, autoridad o prejuicio. El consentimiento informado, responsable y libre es la fórmula de cualquier relación personal o profesional significativa o significante. En las relaciones personales, aprende a respetar la autonomía y las decisiones de la otra persona, es decir, el ‘no’ no está sujeto a interpretación.

2. Invitar a tus compañeros, compañeras, a tus estudiantes, a pensar y actuar con perspectiva de género, esto es, a cuestionar el punto de vista y la ideología a partir del cual se nutre mi opinión; especialmente considerar los contextos históricos y culturales del mundo jurídico en los que enseñan estructuras patriarcales y sexistas.

3. No invalides o restes legitimidad a las aportaciones de tus compañeras, compañeros o de tus estudiantes con argumentos de autoridad; procura fomentar el diálogo y el intercambio de ideas informado y respetuoso. Entiende que la persona que tienes delante es una gente con la que tienes que dialogar, no ilustrar.

4. En la resolución de conflictos, procura establecer medidas de mediación que atiendan de manera ética, imparcial y con perspectiva de género las controversias entre estudiantes o entre estudiantes y profesores. Evita exponer a la presunta víctima, si es necesario acciona el protocolo de atención a la violencia de género del ITESO. Recuerda que la dignidad y el respeto deben prevalecer tanto en la relación docente – estudiante como entre estudiantes.

5. No permitas diálogos, incluso en tono de broma, sarcasmo o ironía que promuevan discursos de odio o incurran en sexismos, recuerda que la violencia de género no puede ser justificada bajo ninguna circunstancia, ni siquiera como libertad de expresión. Los términos y adjetivos calificativos que sean despectivos e implican discriminación son manifestaciones directas de violencias que debes de señalar. Si eres testigo de alguna conducta y/o comentario en el sentido anterior, cuestiónalo y denúncialo. Dejemos de normalizar la violencia que tanto nos aqueja.

6. No estigmatices a tus compañeras, compañeros o a tus estudiantes a partir de un modelo profesional del abogado centrado en características como vestimenta, posición económica, ideología, entre otros, que apelan a la imagen profesional de un abogado, patrón construido a partir de una perspectiva elitista y misógina de la profesión jurídica.

7. Evita imponer estereotipos sobre el aspecto físico e imagen profesional que debería proyectar la profesión jurídica. No limitemos la autonomía ni el desarrollo de las y los estudiantes.

8. Respeta las manifestaciones o movimientos sociales que luchan por alcanzar la igualdad de género, el acceso a la justicia y garantías de los derechos fundamentales. Si no apoyas o compartes opinión, puedes abrir un espacio de diálogo y debate en un entorno de respeto y escucha.

9. En redes sociales y en otros espacios compartidos con estudiantes, no reproduzcas discursos de odio ni violencia de género, incluso tratándose de espacios fuera de la universidad es importante ser coherente con lo que se promueve en el aula.

10. La paridad de género en la licenciatura de Derecho no debe reducirse a una cuestión numérica, sino principalmente evitar el menosprecio y la calidad académica de la docencia de profesores especialistas y profesionales en sus licenciaturas.