Viviana Arce está a punto de egresar de Derecho del ITESO, y en el ejercicio de su profesión consiguió registrar a cuatro menores bajo el esquema de una familia lesbomaternal.
POR JUDITH MORÁN

Sus pasos la trajeron por casualidad al ITESO justo  en  el  periodo  de  inscripciones.  Paseó  por  el  campus,  conoció  el  programa  de  la  Licenciatura  en  Derecho,  aplicó  y  una  vez  que le avisaron que aprobó el examen no lo pensó por segunda vez, continuó el proceso y se mudó de La Paz, Baja California Sur.

Hace un par de años, Viviana Arce inició el recorrido en el ámbito de los derechos humanos, en específico en la defensa de grupos vulnerables. Hoy ya marcó un precedente para el estado al conseguir, como representante legal y abogada de la organización Unión diversa de Jalisco, el registro de cuatro menores hijos de familias lesbomaternales.

Ella tiene muy claro de lo que se trata, además del reconocimiento como una familia, que se les respeten sus derechos, en particular el de tener una familia. “Los menores tienen derecho a seguridad social y si no se lo puede dar la madre gestante tienen derecho que se los otorgue la madre no gestante, tienen derecho a las pensiones de orfandad, ¿qué va a pasar si se divorcian?, la otra madre también tiene obligación”.

Viviana Arce, que egresa de la Licenciatura en Derecho del ITESO el 13 de diciembre, recuerda que en 2016 la Suprema Corte de Justicia declaró al código civil de Jalisco como discriminatorio y le ordenó al Congreso local modificar sus leyes. De eso hace ya cuatro años y aunque en todo el país son legales los matrimonios igualitarios hay un vacío legal en el tema de adopción y registro de hijos e hijas.

El no legislar sobre este tema, afirma la estudiante, es arrebatarles todos los derechos a los que deberían tener acceso sin problemas. La realidad es que las madres de trillizas acudieron a cuatro registros civiles en Chapala, Tlaquepaque y Guadalajara que les negaron el servicio y un juez federal tuvo que otorgarles un amparo para que a las niñas se les brindara atención médica en el Seguro Social.

El caso se dio a conocer en medios de comunicación y, cuenta Viviana, a Unión diversa de Jalisco le llegó el caso de otra pareja en la misma situación.

“Acudimos a la Comisión Estatal de Derechos Humanos para interponer una queja tanto por el caso de las trillizas como para otro menor, tres días después dictó medidas cautelares para su registro”. Esto no marcó el fin del vaivén de los casos. Viviana gestionó el cumplimiento de dichas medidas porque “aunque de la comisión estatal las emita, la autoridad puede negarse a acatarlas”. De hecho, Chapala y Tlaquepaque volvieron a reusarse a registrar a los menores.

Guadalajara accedió y Viviana se encargó de verificar que la terminología usada en el formato no fuera discriminatoria y que tuviera certeza jurídica para que sea válida ante otras instituciones. “Revisar esas cuestiones del formato a lo mejor no parece tener relevancia, pero de fondo es muy importante nombrar de manera correcta a las cosas”.

“Nos pusimos a debatir cuál iba a ser el termino correcto si se les iba a decir tutoras, si se les iba a poner madre uno, madre dos. Al final quedó como filiación porque en la relación de madres, padres, hijos e hijas hablamos de una filiación que es el vínculo que se crea”.

El menor obtuvo su acta de nacimiento el 15 de noviembre y las trillizas cuatro días después, sin que el Congreso se haya manifestado sobre el tema. Ellos son los primeros menores en Jalisco en registrarse bajo el esquema de una familia lesbomaternal.

A Viviana ya la contactó otra persona en la misma situación, su hija tiene dos años y espera lograr el registro de otra menor de seis años quien fue registrada como hija de madre soltera. “Esperamos que a raíz de toda esta situación se vengan en cascada más casos de los que ahorita tenemos registrados para darles certeza jurídica a los menores”.

Para Viviana Arce también es importante que las y los menores ejerzan su derecho de libre desarrollo de la personalidad “al saber que crecen en una familia lesbomaternal y que es completamente normal. El que las y los incluyamos en la sociedad y que implementemos estas terminologías dentro de los códigos y de las instituciones es importante, en esto es en lo que andamos”.

Lo que más le sorprendió a la estudiante fue lo difícil que resultó la negociación con las autoridades. “Lo complicado es a veces explicarles que existen otros modelos de familia, que en México están reconocidos 19 modelos de familia y no es posible que como instituciones gubernamentales no se capaciten en el tema”.

En el horizonte, Viviana ve esperanza en su generación. “Está chido que seamos los jóvenes quienes vamos impulsando un cambio. A lo mejor judicializando los derechos como es el caso, aunque ni siquiera tendríamos que pedirlo se nos deberían de otorgar por el simple hecho de ser humanos”.

“Afortunadamente hemos contado con apoyo, inclusive aquí en ITESO hay colectivos que se dedican a eso, está CODII (Colectivo de Diversidad Igualitaria) el primer colectivo institucionalizado de diversidad sexual. Los grupos estudiantiles organizados son un soporte muy importante para las asociaciones que hacemos esta clase de trabajo”.

Viviana está a un par de semanas de terminar su licenciatura en esta casa de estudios.

“Sé que como abogada puedo dedicarme a una magnitud de cosas increíbles y, además, puedo cambiar realidades. En el caso de estas mamás que tuvieron a sus trillizas, que eran prematuras y no podían brindarles servicios médicos porque el Registro Civil les negaba el acta de nacimiento, hoy se fueron contentas, una de ellas lloró porque pudo darles certeza jurídica a sus niñas, mañana van a llevar el acta de nacimiento al Seguro Social para que las niñas puedan ser atendidas. Estos cambios que podemos lograr y esas transformaciones que a partir de mi carrera puedo hacer, es lo que más importancia tiene de todo este proceso que viví en ITESO. Y lo que más valoro ahora al egresar”.