Mónica Márquez Hermosillo fue recientemente nombrada como directora de Información Académica.
La primera vez que Mónica Márquez Hermosillo buscó trabajar en el ITESO fue para ser catalogadora de la biblioteca de la universidad, pero la docencia, su otra pasión, la llamó. Hasta hoy que asumió la Dirección de Información Académica.
Su otra pasión son las letras. Y es entre estas dos filias que ha desarrollado su vida profesional.
El amor por la lectura le viene de familia y en el Instituto de Ciencias continuó cultivándolo gracias a profesores como Víctor Cuellar o Ramón Muñiz. El de la docencia lo descubrió cuando trabajó medio tiempo en un prescolar mientras cursaba la licenciatura en Letras en la UdeG y al terminar encontró un posgrado que tejía ambas esferas: Maestra en Enseñanza de la Lengua y Literatura.
“Ese fue el cruce de mis dos pasiones y muy pronto me fui colocando en ellas. Siempre fueron dos focos la educación, por un lado, y la literatura del otro lado, en especial en los procesos. Me fui especializando de formación lectora, en la formación de escritores y de lectores”.
El cruce de ambas pasiones la llevó a estudiar el Doctorado en Innovación Educativa con Especialidad en Literacidad y luego la Especialidad en Promoción Lectora sin abandonar nunca la promoción a la lectura, no necesariamente en ámbitos escolares.
“Fui formadora de lectores en ambientes no formales, en proyectos de calle, en colonias, más en lo comunitario” hasta conformar la asociación civil Letra Uno (https://www.facebook.com/letrauno.mexico/) donde sigue colaborando hasta el día de hoy.
Para Mónica, “la lectura es también una apuesta ética, es una apuesta por el tejido social, por empoderar a las personas, por recuperar sus identidades, por hacer trabajo comunitario en esa mirada de ir cultivando una vida más sana y moralmente más rica, como de la ética del cuidado”.
Su afán por promover la lectura por placer lo hace a la par de su labor académica, incluso cuando estuvo al frente del Departamento de Psicología, Educación y Salud del ITESO. Y entre los proyectos en los que ha estado involucrada son los encuentros de lectores en Casa ITESO Clavigero y un círculo de lectura en la universidad.
Y desde de toda esta experiencia en el mundo de las letras y la academia que Mónica afirma que “la mayor riqueza de la biblioteca no es el acervo en sí mismo o el libro en particular, sino las relaciones que tú puedes tejer con los libros; los lectores y las personas son quienes realmente le dan vida a la biblioteca”.
En el tema de la lectura, ya sea por cuestiones académicas, de investigación o por placer, Mónica señala que lo más importante no es el libro como tal. “Quisiera recuperar el valor del lector que hace funcionar toda la cadena del libro en realidad, entonces no hay libro sagrado, no hay autores sagrados, tampoco hay libros buenos y libros malos, hay encuentros de lectores con libros cuando el momento es propicio”.
Ahora que está al frente de la Biblioteca Dr. Jorge Villalobos Padilla, SJ, los primeros pasos los está dando de la mano de Carlos Luna, su antecesor, y entrevistándose con todo el equipo que hay detrás de los servicios que se ofrecen a los usuarios.
Con la contingencia sanitaria por la Covid-19, la biblioteca replanteó algunos de sus servicios y ahora ofrece préstamos de libro a domicilio. “Es un movimiento que me pareció admirable y que está funcionando muy bien, y eso es lo que hay que seguir cultivando”.
“No se trata de que los usuarios o lectores vengan, sino que la biblioteca tiene que salir también y ser más cercanos a las necesidades de las personas y acompañar su vida cotidiana, una que biblioteca va a tu comunidad, que se acerca a tus programas, a tus clases, te ayuda y está siempre dispuesta a dar el paso hacia afuera”.
Mónica es una creyente de que la lectura puede ayudar a sostener a las personas interiormente y a dar esperanza, en especial en estos momentos de incertidumbre e inquietud.
“Me imagino a la biblioteca como un acompañante, alguien que puede recibir a todos sin importar ni qué carrera estudian, ni cuánto has leído, no importa. Me imagino a la biblioteca como un lugar de cuidado y de apertura, de apoyo, como un referente comunitario en donde encontremos las solidaridades que nos ayudan a tejer comunidad”.
¿Qué es lo que más disfrutas del ITESO?
Que es un escenario tan diverso y rico que puedes encontrar el alimento de cualquier cosa. Puedes encontrar silencio si quieres, amistades muy profundas, grupos de debate, cuestiones académicas, pero también creatividad.
Me parece que el ITESO es un universo enorme donde lo que tú quieras lo puedes ofrecer sin que eso sea etiquetado. Puedes hablar con un matemático y con alguien de ciencias sociales o con quien conoce de la historia de los árboles. Esa universidad me encanta, me parece que es riquísima, es el escenario para la valoración y el cultivo de la diversidad.