Nataly Salazar González, egresada de la Ingeniería en Sistemas Computacionales del ITESO, recuerda cómo aprovechó las pasantías en empresas de renombre internacional para dar impulso a su carrera. Hoy trabaja como desarrolladora en la sede de Microsoft, en Seattle
En Otoño de 2019, Nataly Xatsybeth Salazar González comenzó a estudiar la Ingeniería en Sistemas Computacionales en el ITESO con un objetivo en mente: crear soluciones que impacten de manera positiva la vida de las personas.
Ahora como egresada, desde febrero de 2024 forma parte de Microsoft como ingeniera de software, trabajando en el proyecto del centro de administración de Power Platform, un conjunto de herramientas enfocado en soluciones y automatización de procesos empresariales.
“Mi motivación al entrar a la carrera siempre fue crear cosas que le ayuden a otras personas en su día a día, a mejorar su vida. Por eso también me gusta mucho Microsoft, porque nuestra misión es ‘empoderar a todas las personas y organizaciones del planeta para que puedan lograr más’. Esto es lo que quiero hacer”, apuntó.
Aún como estudiante de preparatoria en el Colegio Salesiano Anáhuac Revolución, Nataly cursó talleres de robótica, hacking y programación; tras acercarse al área de Orientación Vocacional del ITESO y barajar algunas opciones, confirmó que su camino profesional estaba en la Ingeniería en Sistemas Computacionales. El reto que le suponía resolver un problema matemático la interesó en convertirse en ingeniera y dominar las herramientas y técnicas necesarias para entenderlos y proponer soluciones.
Sin embargo, comparte que sus primeros dos años como estudiante no fueron sencillos. Varios compañeros llegaron con bases más sólidas de programación, por lo era un desafío ponerse a la par de ellos.
Nuevas oportunidades
De boca de sus profesores, Nataly Salazar supo que varios estudiantes habían optado por trabajar veranos en empresas como Google, Facebook o Microsoft. De inmediato se interesó en participar en una pasantía en esta última, acostumbrada desde pequeña a usar cotidianamente los productos de esta multinacional estadounidense.
Tras pasar varios filtros, logró obtener un espacio en Microsoft. Aunque la pasantía estaba pensada para realizarse de manera presencial, la pandemia impidió que la estudiante pudiese viajar a Estados Unidos en 2020, por lo que se retrasó para Verano 2021.
El desempeño de Salazar González fue tal que la empresa tecnológica le extendió una invitación para regresar para una segunda pasantía en Verano 2022. Al terminar este segundo periodo, la invitaron para ocupar una plaza de tiempo completo en Seattle, Washington, en cuanto terminara sus estudios.
Durante su primera pasantía en Microsoft, la joven se encontró con una comunidad de ingenieros itesianos que trabajan también para Microsoft, y quienes la guiaron desde sus pasantías y ahora la reciben como colega. Fueron ellos (Darío Alejandro Arias Muñoz y Mariana Chávez Medina, egresados de Ingeniería en Sistemas Computacionales) quienes la impulsaron para irse de intercambio a la Universidad Yonsei, en Corea del Sur, para complementar su formación.
Cada pasantía (dos en Microsoft y dos en Toshiba, a través de los Proyectos de Aplicación Profesional) fue una experiencia que la hizo crecer profesionalmente a pasos agigantados. “También me sirvió mucho formar parte de la comunidad de estudiantes de mi carrera, porque siempre estamos muy al pendiente de mandarnos convocatorias, contactos o referencias”, comentó.
La egresada también forma parte del grupo que fundó la organización estudiantil Interns GDL, que buscaba preparar a estudiantes universitarios para obtener pasantías y otras oportunidades en el mundo de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). Gracias a esta organización, entre 2021 y 2022 al menos 10 itesianos obtuvieron oportunidades en empresas como Google, Meta y Microsoft.
La ingeniera considera que estas experiencias, junto con las materias básicas de programación que forman parte del programa de estudios de su carrera, fueron la base para estar donde está hoy.
Las mujeres tienen mucho que aportar a las ingenierías
La ingeniera espera convertirse en mentora de estudiantes que lleguen a la empresa como pasantes. No descarta complementar su formación con un posgrado, tal vez cercano a la ciencia de datos. “No me gustaría encasillarme en un área, me gusta mucho aprender de todo, y creo que si estudio un posgrado tendría que ser con ese enfoque”, comentó.
De su paso por la Universidad reconoce que siempre se mantuvo motivada para dar lo mejor de sí misma, lo cual la hizo vivir experiencias muy gratificantes y aprovechar muchas oportunidades. De igual modo, enfatiza que en el ITESO reforzó la colaboración y el trabajo en equipo, habilidad que está segura le será de mucho provecho en su camino laboral.
A la comunidad de estudiantes del ITESO le recomienda no dudar de sí mismos ante una oportunidad, por más retadora que pueda parecer. “Las oportunidades no aparecen por arte de magia, uno se encarga de generarlas. Información hay en todos lados, así que no hay excusa”, dijo.
En tanto, invitó a las mujeres a acercarse a las ingenierías, ya que considera que “las mujeres tenemos una perspectiva amplia que puede enriquecer al mundo”.
“Muchísimas veces me tocó ser la única o de las únicas mujeres en el salón. A veces era intimidante, pero siento que logré tener mucha confianza con mis compañeros y que ellos siempre estuvieron ahí para apoyarme. No se trata de que nosotras eduquemos a los hombres, pero sí de traer nuestro propio ser para revolucionar lo que ya está y hacerlo mejor en el futuro”, dijo.
Ahora radicada en Seattle, la itesiana espera poder viajar y conocer otras culturas; Japón es uno de los destinos que tiene en la lista visitar. También espera que Blue, su pitbull, pueda viajar a Seattle para estar nuevamente con ella.
FOTO: Cortesía de Mariana Chávez Medina