Andrew Lieberman, del Miller Center for Social Entrepreneurship, impartirá un taller en el Encuentro Internacional de Emprendimiento social, el 18 de abril en el ITESO.

“A nivel Latinoamérica, los países que son aptos para emprender socialmente son México y Colombia, por el crecimiento de las organizaciones en el ámbito empresaria y emprendimiento. Incluso, México tiene un ecosistema de organizaciones que promueven emprendimiento social y colaboración más que otros países”.

Habla Andrew Lieberman, director de los nuevos programas del Miller Center for Social Entrepreneurship, de la Universidad de Santa Clara, en Silicon Valley. Con más de diez años de experiencia, Lieberman impartirá la charla “Estrategias de acompañamiento y apoyo para emprendedores sociales”, dentro del marco del Encuentro Internacional de Emprendimiento Social, que se realizará en el ITESO el 18 de abril.

“El emprendimiento social en México es útil donde hay inequidad de condiciones en temas como educación, salud, capacitación para empleo, estos son algunos de los sectores donde puede incidir el emprendimiento social, y también en infraestructura; lugares donde hay falta de energía eléctrica o agua potable; ahí el emprendimiento social puede encontrar en México un espacio”.

Fundado en 1997, el Miller Center es uno de los tres centros de distinción de la Universidad de Santa Clara. Ahí se equilibra el espíritu emprendedor con la herencia jesuita y la pedagogía ignaciana, y en su taller, Lieberman combinará las técnicas de emprendimiento clásicas de la zona, con un sentido social.

El objetivo del taller, detalla, será que emprendedores sociales puedan replicar y escalar sus proyectos para tener una empresa que pueda tener mayor impacto social en sus innovaciones.

“Nosotros venimos de Silicon Valey, de donde han salido las mayores empresas de hoy en día, conocemos los procedimientos y metodología y es la que aplicamos. Sin embargo, eso se realiza con una pedagogía ignaciana, debido a la formación, la vinculación del Miller Center con la Universidad de Santa Clara y el claro compromiso con las personas más vulnerables de las empresas sociales.

El acompañamiento es parte integral de su metodología. “El emprendimiento es algo que se puede aprender mediante videos o guías, pero es mejor vivirlo, que es algo de la enseñanza ignaciana, la educación no está desconectada del mundo: es con el mundo y aplicarlo a la vida del emprendedor, la empresa y el acompañamiento por medio de mentores con cierto nivel de éxito en el emprendimiento social”.

También se acompaña de los conocimientos del Global Social Benefit Institute (GSBI). Originalmente concebida como una incubadora de empresas, GSBI ahora ofrece un diverso portafolio de programas, y ha trabajado con más de 340 empresas sociales que operan en más de 60 países y han obtenido 96 millones de dólares en fondeo.

“Es más efectivo en innovación social comenzar atacando problemas específicos. No siempre las innovaciones sociales necesitan llegar a escalar. Parte de la metodología es entender que la idea puede replicarse de diversas formas, algunas rentables por sí mismas y otras a través del apoyo de organizaciones que pueden tener los recursos para ampliarlo; pero si se queda a nivel local, juegan de todos modos un rol importante”.