La obra de teatro El Diccionario, que fue una ventana a la genialidad de María Moliner, inauguró las dos semanas de actividades artísticas y culturales desde las cuales la comunidad universitaria podrá reflexionar sobre temas como migración, violencia y tolerancia.

Las fichas en las que María Moliner escribió la definición, sinónimos, antónimos y usos de más de 92 mil palabras enmarcaron la escenografía de la obra de teatro El Diccionario que inauguró la edición 16 del Festival Cultural Universitario del ITESO la noche del miércoles 24 de octubre.

El escenario del Auditorio Pedro Arrupe, SJ, se dividió en tres espacios de la vida de la autora de uno de los diccionarios más completos de la lengua española: un atril desde el que presentó el Diccionario de uso del español, su hogar donde vivió con su esposo Fernando Ramón Ferrando y el consultorio médico en el que le diagnosticaron arteriosclerosis cerebral.

Enfermedad que gradualmente se llevó su memoria, afección que fue representada por una pared de fichas que se fueron cayendo poco a poco, dejando huecos conforme los años transcurrieron en los 90 minutos que duró la puesta en escena de la Compañía Nacional de Teatro.

Entre las líneas de agradecimiento a los asistentes a la presentación de su diccionario se entrelazaron las pruebas y cuestionamientos a las que la sometió su médico, los interrogatorios de oficiales del dictador español Francisco Franco, la muerte de una de sus hijas y la cotidianeidad de su vida familiar en medio de la elaboración del diccionario que le tomó más de 15 años –aunque ella aseguraba que le tomaría un par de años–.

Luisa Huertas, quien encarnó a María Moliner en la obra dirigida por Enrique Singer y escrita por Manuel Calzada, llevó a los espectadores desde la agudeza con que la erudita zurcía frases, a la falta de coherencia en sus palabras entre las que vivió por su enfermedad al final de su historia.

Arte para construir

“Que el asombro y goce estético sea vehículo de la reflexión profunda de temas pertinentes de nuestra realidad” dijo Bernardo González, director del Centro de Promoción Cultural del ITESO previo al inicio de El Diccionario.

El también director del Festival Cultural Universitario señaló que las personas que están detrás de estas semanas de cultura y arte creen que ambas son una vía de desarrollo personal y colectiva, y un espacio para dialogar temas como el respeto, la igualdad y la diferencia, la identidad grupal, la tolerancia, la migración, la generosidad y la violencia.

Cuestiones que se abordaron desde la primera semana del Festival con la proyección del documental Mientras se espera de Paola Villanueva, egresada del ITESO, tras la cual se realizó una mesa de reflexión sobre la inclusión social y el cuidado de las personas mayores.

“Aprovechen este Festival para compartir una experiencia distinta a la cotidiana; a participar en las actividades y tomarlas como una oportunidad para enriquecer nuestras relaciones, gozando la experiencia estética, para construir juntos, contribuyendo con el diálogo, con la mirada crítica de los creadores, con la convivencia con artistas y pares, con la reflexión que nos enseña, con el reconocimiento de nuestras tradiciones y la búsqueda de un buen presente y un mejor futuro”, resaltó Bernardo González.

“Que la cultura y el arte en un festival como este –que es suyo-, es un escenario extraordinario de convivencia para pensar en comunidad, y como comunidad, de dialogar entre nosotros, entre profesionales y creadores, por medio de los lenguajes más diversos como el patrimonio, las bellas artes, las nuevas artes, las artes emergentes, la ciencia”.

En los primeros días del Festival la comunidad universitaria ha tenido la oportunidad de participar en el “Bordado experimental colaborativo, 60 años de tejer comunidad” y de asistir a la exposición La jugada: Santo Santiago y los tastuanes”.