Con la obra ¡¿Quién te entiende?! se clausuró la edición número 17 del Festival Cultural Universitario, justo el día que también se celebra a la universidad

Tres personas platican en una mesa de un departamento en la Ciudad de México, la charla debe ser muy divertida por sus gestos de felicidad y sonrisas. Solo ellos ríen. Los  espectadores  de  lo  que  es  una  obra  de  teatro  no  entienden  nada,  no saben qué es tan chistoso y tienen el deseo de participar, de reír junto con estos personajes que hablan con sus manos.

Esta escena de la obra ¡¿Quién te entiende?! sumerge a los asistentes a experimentar el mundo silente. Este primer momento es confuso, incierto y un poco desesperante hasta que una de las personas que están en el escenario asume el papel de intérprete.

Es entonces cuando el público puede seguir las historias que están contando, son sobre la vida de Federico, Blanca y Omar. Tres personas que nacieron con discapacidad auditiva.

Entre situaciones divertidas y emotivas, revelan los tropiezos y la manera en que sortearon las dificultades que implica crecer en un país donde esta comunidad representa el 12% de la población.

Blanca, por ejemplo, rechazó las terapias a la que fue sometida por lo que no fue a la escuela y la dejaron en casa, donde creó con su hermano Pepe su propio código de comunicación. Durante años, creyó que ambos eran los únicos sordos del mundo hasta que a los 11 años conoció a otros que, en lengua de señas, le preguntaron su nombre. En este primer contacto ella aprendió sus primeras palabras y eventualmente se convirtió en la puerta por la que entró a una escuela donde aprendió el resto del lenguaje.

A Federico sus papás, con la intención de que se integrara, lo llevaron a la escuela regular donde fingía que podía leer labios y a todo decía que sí sin realmente saber lo que estaba pasando. Cuando participó en una obra escolar en donde sólo tenía que decir dos palabras una y otra vez intentó aprenderse el orden en que los otros personajes hablaban hasta que le tocaba a él, sin éxito.

Omar, en cambio, tuvo papás que se comunicaban con él en lenguaje de señas, lo enseñaron a moverse solo desde niño y un día antes de entrar a la estación del metro para ir a su escuela fue secuestrado, tenía 7 años, su mamá le había colocado el número de teléfono en un papel que siempre llevaba con él, por ello los secuestradores pudieron contactar a su familia y pedir el rescate (50 mil pesos que finalmente pudieron reunir después de cuatro meses).

Al final todos están bien y sus amigos (que están en el escenario contando sus anécdotas) esperan su llegada al departamento de la Ciudad de México para pasar una velada juntos.

¡¿Quién te entiende?!, de la compañía Seña y Verbo, fue la obra que clausuró dos semanas de actividades del 17 Festival Cultural Universitario en el marco del Día del ITESO, el pasado 6 de noviembre.

Dirigida por Alberto Lomnitz, es la prueba de que las manifestaciones artísticas y culturales deben detonar la reflexión, así lo consideró Jorge Rocha, director de Integración Comunitaria del ITESO durante la clausura del Festival, que en esta edición tuvo 32 actividades y talleres cuyas líneas temáticas se acercaron a las culturas originarias y la revaloración de la naturaleza.