En el marco del Congreso “Frente las adicciones: la colectivización del cuidado”, la especialista Mónica Urdapilleta Carrasco propuso el cuidado del psicoterapeuta como prioritario para realizar un tratamiento adecuado

Es necesaria una visión holística para el más adecuado tratamiento de pacientes, señaló Mónica Urdapilleta Carrasco, psicoterapeuta especializada en adolescentes y trastornos de la conducta, durante la conferencia magistral que dictó en el marco del Congreso “Frente las adicciones: la colectivización del cuidado”. 

La plática, titulada “El complejo ‘combo’ del Trastorno de la Conducta Alimentaria con la adicción, depresión, ansiedad y trastornos de personalidad”, fue organizada por el equipo de investigación sobre adicciones del Departamento de Psicología, Educación y Salud (DPES) y la Maestría en Psicoterapia del ITESO. 

Con más de 22 años de experiencia, la especialista enfatizó la necesidad de un enfoque integral en la psicoterapia, especialmente cuando se abordan interrelaciones entre diversos trastornos. Comentó que, si bien los trastornos de la conducta alimentaria no están catalogados como adicciones según la más reciente edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM 5, por sus siglas en inglés), sí existe una correlación entre estos trastornos y otras condiciones, como trastornos de la personalidad y adicciones, que dan como resultado mayor comorbilidad. 

En ese sentido, Urdapilleta Carrasco urgió a los profesionales de la salud a observar todas las facetas de una persona para poder tener una visión completa que trascienda del síntoma y ponga al centro a la persona. “[Como terapeutas] tenemos que indagar por todos lados y entender por qué están presentes los síntomas”, dijo. 

Un primer elemento indicativo es conocer el motivo de consulta y si es que la motivación llega de manera intrínseca o extrínseca, es decir, a petición o no del paciente. La también catedrática compartió algunos casos clínicos de pacientes con los que ha trabajado con problemas de adicción, depresión y trastornos de personalidad, además de la presencia de trastornos de la conducta alimentaria, e insistió en la importancia de contar con un panorama lo más completo posible para contar con la mayor información para diseñar un proceso psicoterapéutico adecuado para el paciente. 

 

El principal instrumento psicoterapéutico es el psicoterapeuta 

La ponente consideró necesario que el o la terapeuta cuente con un sólido sistema de respaldo para poder hacer frente a los desafíos propios de su trabajo. “Cuando uno se prepara para ser terapeuta, descubre que no es sólo su intelecto lo que se pone a prueba, sino también su criterio, empatía y madurez. Cuanto más audaces seamos en la exploración de nuestro mundo interior, mayores serán el conocimiento que tengamos de nosotros mismos y la capacidad de ayudar a nuestros pacientes”, dijo. 

Es por ello que consideró que el principal instrumento psicoterapéutico es el propio psicoterapeuta, por lo que invitó a los profesionales de la rama a poner todas sus habilidades al servicio de la persona. 

“Estamos al servicio de la persona para que, a través de nosotros, saque todo lo que trae y cree una nueva historia”, añadió. 

FOTO: Zyan André