Alumnos del Proyecto de Aplicación Profesional ‘Innovación para la salud’ trabajan en el desarrollo de estrategias para evitar enfermedades cardiometabólicas
Por Andrea Cajiga
El Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) Innovación para la salud pertenece al programa de Salud Pública e Innovación en Nutrición que está bajo la coordinación de los académicos Edgar Mendivil, nutriólogo especializado en nutrición molecular, y de la profesora Ingrid Rivera Íñiguez. Su objetivo es desarrollar estrategias de intervención que sean innovadoras, que ayuden a abordar problemáticas sociales, y que tengan un impacto positivo en la salud.
Actualmente, este PAP trabaja dos intervenciones enfocadas a mejorar los marcadores metabólicos (como el colesterol, los triglicéridos, o marcadores de inflamación o estrés oxidativo en sangre) de pacientes con sobrepeso u obesidad. Una de ellas consiste en desarrollar y evaluar el efecto de una bebida tipo shot a base de jamaica, agave y menta en adultos sanos. La bebida se desarrolló hace año y medio y durante el verano se realizó un estudio para observar su efecto agudo (luego de seis horas de haber sido consumido). Este año se pretende arrancar la intervención, pero ahora con adultos con obesidad, quienes beberán diariamente un shot durante ocho semanas.
Como lo que le interesa al grupo es generar un producto que llegue a la gente, se acercaron con una empresa llamada NUTRIYÉ, que se dedica a desarrollar y comercializar bebidas funcionales, comentó el profesor Mendivil sobre los alcances que pretenden para la bebida.
La segunda estrategia se enfoca en diseñar una intervención nutrigenética, que consiste en desarrollar recomendaciones dietéticas a partir de un panel de diez variantes genéticas o polimorfismos. Al indicar una dieta se toman en cuenta características como el peso, la actividad física o la estatura, entonces, lo que este proyecto propone es incluir el factor genético para hacer una dieta más personalizada, ya que “puedes tener a dos personas que físicamente sean muy similares y al final cada una responde diferente a la misma dieta porque hay un factor genético que interviene en cómo aprovecha los alimentos cada una. Esto es lo que llamamos nutrigenética. La hipótesis es que al adaptar una intervención dietética con este factor de genes veremos más resultados en los parámetros metabólicos de personas con sobrepeso u obesidad”, agrega el profesor y nutriólogo.
Todos tenemos los mismos genes, pero cada gen tiene versiones distintas. Eso es lo que se estudia, cuáles son esas versiones del gen, y cuáles están asociadas con alguna condición. El profesor Mendivil menciona que en México no se han realizado estudios similares.
“Nosotros lo que hicimos fue seleccionar diez características genéticas o variantes genéticas que están asociadas con una evolución de la obesidad a las enfermedades cardiometabólicas. Y de acuerdo con estas diez variantes vamos a buscar cuál es la dieta más adecuada según la combinación que tú presentes”.
Ambas intervenciones tienen la misma finalidad, tanto la dieta basada en genes como el shot de jamaica, van enfocados a disminuir el colesterol y los triglicéridos en personas con obesidad para evitar enfermedades cardiometabólicas.
Además de la profesora de asignatura Ingrid Rivera Íñíguez y el profesor Mendivil, el proyecto cuenta con el aporte de investigadores de la UdeG como las Dras. Karina González y Erika Martínez, el Dr. Roberto Rodríguez y la Dra. Sonia Sáyago del Tecnológico de Tepic, entre otros.
La alumna Angélica Rebollar, recién egresada de la carrera en Nutrición y Ciencias de los Alimentos, durante su participación en el PAP se dedicó al análisis de los diarios de alimentos y a los recordatorios de 24 horas (ambos son registros de lo que comen los pacientes durante un tiempo determinado) en un software llamado The Food Processor.
“El objetivo de los registros es tener evidencia de que los pacientes están apegándose a los planes alimenticios que se les proporcionaron durante el verano, y el análisis en el software permite reconocer cuáles fueron los nutrientes responsables de los resultados que presentarán los pacientes más adelante”, agrega.
La ahora nutrióloga comenta que se inscribió al PAP por su enfoque de investigación que si bien “toca el área mainstream de la nutrición que son las dietas, también integra otros conocimientos como genética, ciencias de los alimentos, sistemas y mecánica, entre otros”.
Angélica menciona que lo más retador de participar en el PAP fue mantener la calma ante las cosas que tienen que estar en constante mejora, “siempre hay cosas que eficientar y procesos que pueden ser más efectivos”, pero agrega que también hubo satisfacción en ver que los cambios propuestos por ella y sus compañeros y compañeras realmente aportaron al proyecto.
“A ratos puedes sentir que tu participación no es tan notoria, pero muchos de los problemas que nosotros tratamos son multifactoriales y para resolverlo hay que hacerse para atrás y moverse para poder observar desde todas las perspectivas posibles. Claro que para eso hay que tener un buen nivel de conciencia, apertura y empatía, y los profes de Nutrición le ponen mucho empeño a este ideal”.
¿Por qué inscribirte a este PAP? El profesor Mendivil señala que los alumnos se involucran desde el inicio en todo el proceso para la atención de la problemática, desde el aspecto social (trabajo con productores de jamaica) hasta el enfoque clínico-biológico (atención nutricia y análisis bioquímicos y moleculares). Asimismo, el trabajo se hace en un equipo multidisciplinario, lo que permite a los estudiantes ampliar su visión para pensar en soluciones más complejas al momento de abordar una problemática.