Como muchos sectores económicos y culturales, los talleres de artesanos, las galerías, museos, ferias y mercados empiezan a reactivarse lentamente. Confiamos en que la pandemia por Covid–19 cesará, pero ¿ocurrirá lo mismo con la distancia —para muchos, irreconciliable— entre el arte y el arte indígena? 

POR DANIELA RIVERO-BORRELL MARTÍN Y SERGIO «MONKI» RUEDA*

 

Al final hay que olvidarnos de esa separación de arte indígena […]. Yo no pienso a Francisco Toledo como un indígena, yo pienso en Francisco Toledo como un gran artista. 

—David Aceves Barajas, director de la Escuela Nacional de Cerámica 

 

 

El día en que la palabra arte deje atrás su estridente polémica la humanidad habrá llegado a un extraño punto muerto. Tal vez entonces los museos se derrumbarán y todo se perderá, como en la destrucción de la Biblioteca de Alejandría. Y las nueve musas, si es que seguían rondando los pasillos de las galerías, se irán volando a otra parte.  

Dijo Ernst Gombrich en La Historia del Arte (1995) que “el Arte, escrita la palabra con A mayúscula, no existe, pues el Arte con A mayúscula tiene por esencia ser un fantasma y un ídolo”. Esto recuerda un poco a Arte (1999), la comedia de la dramaturga francesa Yasmina Reza, en la que Sergio, quien ha comprado un cuadro moderno carísimo —un lienzo en blanco con tres finas líneas al centro—, entabla una discusión para jalarse de los pelos con su amigo Marcos, quien encuentra ridículo que su amigo haya pagado tanto dinero por un simple pedazo de tela. 

¿Quién no ha pasado por escenas parecidas a esta? ¿Quién no se ha quedado con la boca abierta frente a un montón de figuras incomprensibles en algún prestigioso museo, sin acertar al significado de una obra que los que sí saben de arte encuentran exquisita y de valor incalculable? También hay quienes vibran de admiración al contemplar millares de chaquiras pegadas sobre la figura de un venado wixárika o los cestos mixtecos de palma tejida en un puesto de mercado.  

Daniela Rivero, además de participar en actividades culturales en el ITESO, personificó a la Dra. Luna en la obra FamiliAnormal, que se presentó el 11 y 12 de abril del 2019.

Daniela Rivero–Borrell Martín estudia la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación.

Así como Marchel Duchamp envió en 1917 un urinal a la exposición anual de la Sociedad de Artistas Independientes como una provocación para la crema y nata del mundo del arte en Nueva York, hoy las comunidades wixaritari del norte de Jalisco plasman sus sueños en cuadros de chaquiras o estambre. Nuestra compañera Aukwe Mijárez, egresada de la carrera de Periodismo del ITESO, nos contó que muchas de estas comunidades son azotadas por el crimen organizado, la invasión y el despojo que causan las industrias. Y, en medio de esta realidad, el artista wixárika es aquel que sabe soñar.  

El urinal de Duchamp y los murales wixaritari no hablan de otra cosa sino de lo extensa y caprichosa que puede resultar la palabra arte, que nombra en estos dos casos obras producidas en contextos radicalmente distintos, con finalidades y atributos estéticos más desiguales todavía. 

Además de los wixaritari, en Jalisco radican diversos grupos indígenas: nahuas, purépechas, mixtecos, mixes, tzeltales, tzotziles, choles, mazahuas, triquis, zoques, tlapanecos y chinantecos. Entre varias de estas comunidades se conserva la producción de piezas artísticas y artesanales como un importante medio de subsistencia y de conservación de la identidad. Es el caso de los hermanos Acevedo Olea, fundadores de la Galería In Dee Tekio, un proyecto dirigido por indígenas mixtecos que vende a precio justo gastronomía y piezas de arte y artesanía de más de quince pueblos del país.  

Norma Acevedo Olea, coordinadora del proyecto, nos dijo en entrevista: No sé si es la única razón o si realmente sí sea la razón la discriminación, de que a esto que hacemos se le llama artesanía, porque es hecho por comunidades indígenas. A lo mejor y ahorita estemos equivocados y en su momento estuvimos equivocados, pero decíamos: ‘Es que es un arte, es como lo que hacen aquí en la ciudad los pintores, escultores, o sea: es arte. Es discriminación. Nomás porque lo hacemos comunidades indígenas se les llama artesanía, porque al final son cosas que hacemos con las manos expresando nuestro sentir, nuestra cosmovisión, todo lo que somos, igual que un artista, pues’. Con esa idea fue que decíamos: “También nosotros nos merecemos que lo que hacemos sea llamado arte. Pues vamos a tener una galería, porque donde hay arte es galería”. 

Sergio Alberto “Monki” Rueda Zepeda estudia la licenciatura de Gestión Cultural.

¿En dónde se encuentra la línea que separa la artesanía, el arte popular y el arte en nuestra localidad? ¿Las condiciones de entrada al circuito del arte en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) son iguales para los artistas indígenas y para los que no lo son? ¿Suponen los museos, subastas, exposiciones y galerías una meta para los artistas indígenas radicados en Jalisco? ¿Cuál es la concepción de arte para estas personas? ¿Los llamados artesanos y artistas populares quieren ser artistas de museo? 

Con estas —y cada vez más— interrogantes nos topamos cuando decidimos aproximarnos al mundo del arte y de la artesanía, el patrimonio y la tradición jalisciense para comprender, por un lado, cómo y quiénes conforman el circuito del arte en el AMG, y por el otro, qué dicen las personas que provienen directamente de comunidades indígenas y se identifican como artistas. 

Esperamos recuperar una variedad de voces, así como (re)descubrir las propuestas artísticas en en el AMG y en Jalisco como parte del patrimonio cultural, histórico y político que aportan los actores procedentes de comunidades indígenas y de lo que tienen que decir para completar la gran narrativa de lo que es la ciudad que habitamos. 

  

*Daniela Rivero–Borrell Martín estudia la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación y Sergio Alberto “Monki” Rueda Zepeda la de Gestión Cultural en el ITESO. Este artículo es parte de la investigación que realizan en este periodo de Otoño 2020 del PAP Mirar la ciudad con otros ojos: Memorias e identidades. 

  

Referencias 

Acevedo Olea, Norma. Entrevista personal el día 25 de septiembre de 2020, vía Zoom. 

Aceves Barajas, David. Entrevista personal el día 18 de septiembre de 2020, vía Zoom. 

Gombrich, Ernst (1999). La historia del arte. México: Diana. 

Lampkin, Fulwood (2015). La fuente, nada menos que la obra de arte más influyente del siglo XX. Consultado en HA!, en historia-arte.com/obras/la-fuente-de-duchamp 

Mijárez, Aukwe. Entrevista personal el día 11 de septiembre de 2020, vía Zoom. 

Reza, Yazmina (1994). Arte. Barcelona: Anagrama.