Estudiantes, profesionales y docentes de distintas universidades e instituciones vinculadas a la tecnología, nacionales e internacionales, se alían en una plataforma de innovación abierta creada por el ITESO para resolver, de manera colaborativa, voluntaria y abierta, las problemáticas que aquejan al planeta.


La idea de innovación abierta que llegó al ITESO hace años ha evolucionado de diversas maneras. Una de ellas ha tomado la forma de una red social que habitan jóvenes dispuestos a poner sus habilidades al servicio de la sociedad. Casi una treintena de jóvenes de varias universidades del Área Metropolitana de Guadalajara conforman un colectivo que impulsa la iniciativa Open Innovation Garage que pondrá a disposición de personas y organizaciones herramientas de innovación cuyo principal uso ha sido (hasta ahora) lanzar nuevos productos, optimizar procesos de negocios y servicios. “Estamos hambrientos de hacer una diferencia y estamos dispuestos a aportar tiempo, esfuerzo y conocimiento por el bien común, y ese es el perfil que buscamos” comentó Norma Medrano, egresada de la Maestría en Informática Aplicada del ITESO, durante la inauguración de la plataforma el pasado jueves 30 de enero en el Centro de Software, IJALTI, una de las organizaciones que integran la plataforma.

Problemas como la desigualdad, la contaminación, el transporte se quedaron en manos de organismos gubernamentales que, en el caso de Latinoamérica, no tienen ni interés ni capacidad para resolverlo, señala Roberto Osorno, profesor e investigador del Departamento de Electrónica, Sistemas e Informática del ITESO y agrega que quienes conocen a detalle los problemas de la sociedad son las personas.

“Partiendo del fenómeno de que los movimientos en las redes sociales están empezando a tener un impacto relevante en la vida no virtual, fuimos desarrollando nuestro modelo y dijimos ‘¿por qué no aprovechar la tecnología y los movimientos sociales para abordarlos en la lógica de innovación abierta?’”. Así se creó el concepto de la plataforma Open Innovation Garage, que también es la consecuencia de una serie de proyectos en los que han estado involucrados Roberto Osorno, docentes y estudiantes de la carrera de Ingeniería en Empresas de Servicio como Demola Guadalajara y los programas de desarrollo del Banco Mundial en Kenia (https://cruce.iteso.mx/cruce/emprendimiento-mas-alla-de-nuestras-fronteras/) y Nicaragua (https:// cruce.iteso.mx/emprendimiento-mas-alla-de-nuestras-fronteras/).

En este último caso, el país centroamericano abrió varios centros de innovación abierta que están también vinculados con Open Innovation Garage. “Queremos resultados que resuelvan las broncas que tienen las señoras del Cerro del Cuatro o de los campesinos con problemas de transgénicos; también soluciones para empresas, grandes corporativos y para las universidades. Dijimos, ‘pues necesitamos mucho más que innovación, necesitamos conectar a la gente, generar conocimiento y crear comunidad’”. Estas comunidades trabajarían en la plataforma, proponiendo temas, abordando problemas, compartiendo ideas y conectando con otras personas. Open Innovation Garage ofrece, además de la red social, otros tres servicios: knowledge (contenido sobre distintos temas cuya finalidad es propiciar el aprendizaje y enseñanza), tool (una herramienta para validar y ver la factibilidad de las ideas), y funding (para obtener el capital para hacerla realidad). Todo lo que este colectivo interprofesional sabe sobre innovación estará disponible en línea. “La nueva economía es la del conocimiento y estos chavos nos dan su talento, su tiempo y conocimiento; nosotros les damos capacitación, herramientas, proyección”, detalla el profesor Roberto y agrega que la generosidad de “regalar” conocimiento atrae a más personas. “Esto tendrá un efecto que reforzará los tres servicios. También al momento de que estamos trabajando podemos publicar un artículo, por ejemplo, sobre qué está pasando con la industria de los alimentos, ese artículo se conecta con un desafío y crea un tópico, entonces todo está conectado”.

Por su parte, Norma Medrano explica que la plataforma es un ecosistema que se nutre de valores intangibles como conocimientos y experiencias, no únicamente recursos, de manera que propicia condiciones de igualdad donde se rompen barreras y pueden fluir de nuevas maneras de pensar y resolver problemas. El proyecto, cuenta Roberto Osorno, “está agarrando su propia inercia a través del trabajo de voluntarios, y eso es algo que va más de la plataforma digital”, explica “el corazón oculto del proyecto, lo que realmente estamos creando son comunidades solidarias de voluntarios”. Open Innovation Garage atrajo a estudiantes de universidades como la UdeG, Tec de Monterrey, la Universidad Tecnológica de Jalisco, Universidad Panamericana y la Escuela Bancaria y Comercial.

Una mesa para todos

Miguel Helú, estudiante de Ingeniería en Empresas de Servicio del ITESO, renunció a su trabajo y vendió un proyecto que tenía para poder dedicarle tiempo a Open Innovation Garage.

“Hay una frase que dice: si quieres cosas nuevas, tiene que haber espacio para cosas nuevas.

Ahí entra la disrupción, si no somos disruptivos no habrá nuevas áreas de oportunidad o no vamos a pensar cosas diferentes a las que ya se piensa hoy en día. Es un poco la filosofía de cómo hay que nadar en contra de la corriente”. Miguel confía en que este proyecto se puede escalar a muchos países y señala que lo que falta en México es que “todos nos sentemos en la misma mesa y colaboremos sin divisiones”. Y empleando la figura que usa Miguel, Norma Medrano señala que el valor agregado de Open Innovation Garage es que “la mesa” en la que está es un lugar neutral. “Aquí está en chavo que estudió ingeniería en el Tec de Monterrey, se puede sentar con el que estudió licenciatura en el ITESO, igual el que con quien está apenas empezando en la UTJ; ese es el objetivo el tener ese espacio neutral en donde podamos sentarnos, ponernos de acuerdo y compartir tanto necesidades como ideas”. A decir del estudiante de Ingeniería en Empresas de Servicio, las redes sociales generan un impacto emocional y de responsabilidad social, pero falta que nos pongan a trabajar y “lo que Open Innovation Garaje está haciendo y va a proponer cambiar es poner una mesa de debate, un foro de discusión, tener voluntarios, cómo los organizamos, o ver que una idea puede llevar a una posible solución”. Open Innovation Garage abrió antes de su presentación oficial y un equipo ya está trabajando con la multinacional Indukern, corporativo que se dedica a la nutrición animal y está en búsqueda de alternativas para mantener saludables a los animales sin usar antibióticos.