Las caravanas de migrantes no son un fenómeno nuevo, señalan profesoras del Programa Asuntos Migratorios del Centro Interdisciplinario para la Formación y Vinculación Social del ITESO, quienes llaman a acoger a las personas que vienen huyendo de circunstancias de pobreza y violencia.

La masividad es la característica principal de la caravana que atraviesa el país, “es una migración vieja con nuevas maneras, estas caravanas masivas empezaron con una convocatoria pequeña, así ha sido por más de 10 años” afirma Sofía de la Peña, profesora del Programa Asuntos Migratorios del Centro Interdisciplinario para la Formación y Vinculación Social (CIFOVIS) del ITESO, y recuerda que en abril pasó por Jalisco una caravana formada entre 600 y 650 personas.

Iliana Martínez, también profesora del Programa Asuntos Migratorios, coincide en señalar que ha habido otros grupos movilizándose durante años. “Hoy lo estamos viendo concentrado y con una mayor población de menores, población LGBT, adultos mayores, entonces esa concentración llama la atención de los medios”.

En la caravana, detalla Iliana Martínez, hay personas que sí cumplen los requisitos para una protección internacional, hay otros que ya fueron deportados y estaban esperando un momento para volver a intentarlo, “otras personas que sin ninguna información me dijeron va me lanzo, otras personas que estaban en distintos puntos de la ruta migratoria y se están integrando para viajar de forma segura”.

Es difícil tener un estimado de cuántos migrantes centroamericanos y sudamericanos transitan por México, la Organización Internacional para las Migraciones calcula que por la frontera sur ingresan unas 150 mil personas. Iliana Martínez apunta que las únicas estadísticas que hay son del número de detenciones o deportaciones.

Una oferta para contener

La primera caravana masiva que estaba formada por 7 mil personas entró a México el 19 octubre, días después el Presidente Enrique Peña Nieto anunció el plan “Estás en tu casa” que ofrecía trabajo y atención médica en Chiapas y Oaxaca.

Respecto de esta acción, Iliana Martínez propone hacer una lectura de quién hace la oferta y en qué momento, “está hablando un gobierno que va de salida y que realmente no tendría ni siquiera capacidad de operar esto”.

Aldo Pérez, egresado de Derecho del ITESO quien está a cargo del área de Derechos Humanos y Gestión Migratoria del hogar-refugio para migrantes La 72 en Tenosique, Tabasco, señala que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) está rebasada, “en Tapachula hay un atraso procesal tremendo y en todas las delegaciones, en Tenosique, en Veracruz, en Ciudad de México, hay un colapso de trámites que están durando alrededor de 6 meses”, por lo que consideró que se trata de una estrategia para disuadir a los migrantes.

Hasta octubre de este año, La 72 ha recibido a más de 12 mil personas y desde el área de Derechos Humanos, Aldo Pérez ha representado legalmente como abogado a poco más de mil personas solicitantes de refugio.

Afirma que las autoridades saben que esa no es una solución. “Hablando legalmente ¿cuál es la causal o qué vas a fundamentar para otorgar estas visas de trabajo?” y explica que la única figura posible sería otorgar visas humanitarias, pero que la Ley de Migración establece que estas solo se pueden dar por ser solicitante de refugio, por haber sido víctima de un delito en el país o por alguna cuestión de vulnerabilidad como cuestiones de salud o por una catástrofe natural en su país de origen.

“¿Le iban a dar a la gente un documento con vigencia de seis meses para que después las personas estuvieran en estado irregular y pudieran ser deportadas poco a poco?”

Aunque la llegada de la caravana masiva fue por Tapachula, Aldo Pérez señala que el número de personas que llegaron a La 72 aumentaron significativamente, de atender en promedio a 200 personas llegaron a alojar a 550 en una misma noche.

“En La 72 empezó a haber como intentos de armar su mini caravana para unirse a la otra, entonces se les tuvo que explicar cuál era la situación en términos de la política migratoria, de las medidas que estaban tomando, acá por este lado se empieza a ver presencia del ejército y de la policía federal”.

Iliana Martínez señala que la deportación es la estrategia de la política migratoria de este sexenio y que a las personas de la caravana que accedieron a entrar a los campamentos en Tapachula, Chiapas, no les están dando información de todas las alternativas que tienen y están tomando decisiones fuera de los reflectores de la sociedad civil y de los organismos internacionales que están monitoreando su paso por México como es el caso del Servicio Jesuita a Migrantes.

La situación de crisis que viven en países como Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua ha convertido a los albergues de tránsito de la frontera sur en campos de refugiados, afirma Aldo Pérez.

Señala que se trata de personas que son desplazados de manera forzada por situaciones de violencia y la pobreza extrema. “Estas crisis que no van a parar, creo que hay que empezar a plantearse la restructuración total de la política migratoria que tenemos en México”.

Acoger ante la crisis humanitaria

Sofía de la Peña reconoce que es un tema complejo y que no se puede argumentar que primero se debe atender a la población en pobreza del país y hacer a un lado a los migrantes, “son circunstancias de pobreza, la gente sí está saliendo por pobreza y violencia, toca, por lo pronto, acoger”.

Iliana Martínez destaca la historia de acogida que tiene México de españoles durante la Guerra Civil, de argentinos durante la dictadura, entre otros. “En términos de crisis humanitaria hay población que está saliendo para salvar su vida y necesita protección, esa población no puede volver, hay otra población que está saliendo por cuestiones económicas, otros más que no va a poder llegar a EU y van a tener que quedarse aquí”.

A mediano plazo, afirma Iliana Martínez, habrá que resolver esta crisis junto con Centroamérica porque hay mexicanos que siguen migrando hacia el norte.

“Es un buen momento para voltear hacia el sur y hacer las cosas distintas, es un reto gigante, pero si no hacemos nada pues vamos a tener que estar poniendo campamentos o un muro en la frontera sur, depende de lo que definamos y no podemos tener una política así, sabemos que es complicado, difícil y hay mucha desinformación, pero no podemos tener una respuesta igual que la que nos están dando a nosotros”.

La ruta que seguirán las caravanas migrantes a su paso por México no está definida, pero desde hace dos semanas instituciones del gobierno estatal y organizaciones como FM4 se están organizando para ayudar.

Desde el Sistema Universitario Jesuita, el Servicio Jesuita a Migrantes y Servicio Jesuita a Refugiados México se lanzó una campaña financiera que ya envió recursos a los municipios de Arriaga y Huixtla, en Chiapas, a Tierra Blanca y Matías Romero en Oaxaca, por donde pasaron los migrantes.

Desde la universidad, comenta Iliana Martínez, se convocará a voluntarios para ir a Tapachula donde se van a implementar nuevos albergues y espacios para atender a los migrantes. Si quieres más información contacta al Programa de Asuntos Migratorios en migracion@iteso.mx