Egresada del ITESO en 1992 y con una amplia trayectoria en el campo de la tecnología, Margarita Solís, directora general del Ijalti, fue reconocida por el impacto social de su liderazgo. 

Margarita Solís, directora general del Instituto Jalisciense de Tecnologías de la Información (Ijalti), no se equivocó en 1988 cuando decidió mudarse de Tampico a Guadalajara y estudiar Ingeniería Industrial en el ITESO. Al hacerlo, apostó por su realización y trascendencia.

A casi 21 años de haber egresado tiene una carrera que, afirma, le ha brindado aprendizaje, estabilidad y equilibrio para disfrutar su trabajo, familia, vida personal y, lo mejor de todo, trascendencia en su aportación a la sociedad.

Prueba de esto último es el galardón que el 14 de febrero le fue entregado en la sexta edición del Reconocimiento de Jalisco a las Mujeres Tapalpa 2013, en la categoría Tecnología e Innovación, concedido por el Instituto Jalisciense de las Mujeres.

El premio le llegó después de ser postulada por diversas instituciones. Entre los méritos de que le reconocieron están la construcción de la Red Estatal e-Jalisco, el acotamiento de la brecha digital, la generación de empleos de alto valor y la atracción de inversiones a Jalisco.

Una amplia trayectoria

Su historia profesional comenzó con el pie derecho, ya que después de egresar del ITESO en 1992 –con el primer lugar en promedio de aprovechamiento académico de su generación– obtuvo un reconocimiento por parte de la Secretaría de Educación Pública, encabezada en aquel entonces por el expresidente Ernesto Zedillo.

Nacida en Aguascalientes, Solís vivió en varias ciudades del país debido al trabajo de su padre, profesional de la banca. En Tampico cursó la preparatoria en el Instituto Cultural Tampico, escuela jesuita donde surgiría su primer enlace con el ITESO.

“La mejor tecnología es la que ofrece mejor calidad de vida a las personas”

Al terminar de cursar su carrera en 1992, se mudó a la Ciudad de México para trabajar en la firma Dinámica Empresarial Consultores. Durante tres años se desempeñó como ejecutiva de relaciones y gerente de procesos, para luego trasladarse a Guadalajara en 1995, invitada por la transnacional Siemens en su área de logística.

“Tenía a mi cargo el ciclo completo, eso incluía contacto con clientes. Comenzaba a integrarse en Jalisco lo que ahora conocemos como el Valle del Silicio”, añade la egresada, quien habla inglés, español y alemán, además de contar con la Maestría en Informática Aplicada por el ITESO.

Años más tarde, los buenos resultados de su trabajo hicieron que otra firma muy interesada en comenzar operaciones en México y Jalisco le abriera las puertas en 1998: la alemana Pilz. Tres años después, la revista Expansión la reconocería como una de las “30 promesas en los 30”.

“La dueña de todo el corporativo es una mujer; eso me inspiraba, al igual que mi jefa en México, también mujer. Llegué a ser general manager. Me tocó abrir operaciones en Guadalajara, Monterrey y Puebla, entre otras ciudades. Por otra parte, en 1998 nació mi hija y eso cambió mi vida”, comenta.

Su historia profesional sumó otras experiencias en empresas como Alianzas Dinámicas (2002-2006) o la Fundación México Estados Unidos para la Ciencia (Fumec), en la que participaría un año como responsable de la coordinación del programa para la migración y el fortalecimiento de las capacidades de generar software embebido en pequeñas y medianas empresas jaliscienses.

Ya en 2007, después asumir la dirección del Ijalti, su vida dio un giro importante, pues comparte que las experiencias en dicho instituto le han permitido llegar a importantes reflexiones, por ejemplo: “La tecnología siempre debe estar al servicio de la sociedad y no al revés”; “la mejor tecnología es la que ofrece mejor calidad de vida a las personas” o “un país que hace tecnología tiene más oportunidades de desarrollo”. Texto Alfonso Gutiérrez Foto Luis Ponciano