Miguel Ángel Santos Guerra, catedrático y pedagogo español, una referencia en las facultades de educación hispanoamericanas, presentó en la FIL su primer libro editado en México, a cargo del ITESO y la Universidad de Guadalajara: El Arca de Noé. La escuela salva del diluvio.
Cuando le llegó su turno para hablar, Miguel Ángel Santos Guerra se puso de pie, agradeció a todos su presencia en ese salón de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara –en lugar de estar afuera, disfrutando un día maravilloso– y echó mano de su afable voz, su humor y sus amplias dotes como orador para explicarles a los presentes por qué ama tanto a la educación.
“He escrito este libro porque amo la escuela y valoro la escuela como el Arca de Noé de la humanidad. Mirad, niños y adultos, la historia de la humanidad es una larga carrera entre la educación y la catástrofe, y la escuela es la educación. La escuela es una mezcladora social; ahí están guapos y feos, listos y torpes, altos y bajos, negros y blancos… ¡y ahí aprendimos a convivir, en el Arca! Eso no se lo da la familia a los niños en la casa, aprendiendo de su papá y de su mamá”, aseguró Santos Guerra, cuyo libro El Arca de Noé. La escuela del diluvio, es el primero que se le edita en México (ITESO-UdeG).
Las casi 70 obras de Santos Guerra (entre ellas La escuela que aprende, Aprender a convivir en la escuela o Arqueología de los sentimientos en la escuela) son material de referencia en las facultades de educación y pedagogía en España y América Latina. El libro que presentó en la FIL el jueves 4 de diciembre, acompañado por Guadalupe Valdez (una de las principales promotoras del texto) y Luis Felipe Gómez, académicos del ITESO, es un compendio de 84 textos breves que ha publicado durante años en el periódico La Opinión de Málaga, específicamente en su blog El Adarve.
“Los escritores son como los cerdos: si comen cosas buenas dan unos buenos jamones. Es decir que para escribir hay que leer”, explicó el catedrático de la Universidad de Málaga. El título de su nuevo libro lo tomó “prestado” del nombre de una pequeña y humilde escuela en Argentina.
“Cuando lo vi dije: ‘¡Pero qué hermosa metáfora!’ Y es que fuera de esa institución [la escuela] no se salva nadie de la ignorancia, de la injusticia, de la desigualdad, de la discriminación”.
Fue la investigadora del ITESO la que detalló por qué el autor decidió comparar lo que es capaz de hacer la escuela con lo que hizo aquel armatoste de madera por las especies del planeta en el clásico relato bíblico.
“En el Arca había de todo: altos, bajos, feroces, carnívoros, herbívoros y él [Santos] dice: ‘La escuela tiene que ser un Arca de Noé en donde todos quepamos, porque todos somos diversos. Tiene que estar tripulada, pero tampoco por cualquier profesor, sino por profesionales de la amabilidad, por expertos en la pedagogía del amor y la compasión”, mencionó Valdez.
Las cuatro partes en que se divide el libro (El océano proceloso; El Arca salvadora; Los valerosos tripulantes y La difícil navegación) tienen un objetivo común: mostrar que, a pesar del difícil contexto neoliberal en que se encuentra la educación en México y muchos otros países –violencia, desigualdad social, profesores sin vocación, primacía de la competencia y el mercantilismo, falta de recursos–, dicho espacio está llamado a ser contra hegemónica y “el antídoto” a todo lo anterior.
“¿Qué os voy a contar yo a vosotros, con 43 normalistas desaparecidos?”
Empapado del caso Ayotzinapa y después de haber participado un día antes en un acto solidario con las víctimas de los estudiantes de la Normal de Iguala, Santos Guerra subrayó con este ejemplo los enormes retos sociales que enfrenta día con día la educación en el mundo.
“Hay olas gigantescas, trampas terribles, poderes perversos… ¡Pero qué os voy a contar yo a vosotros con 43 normalistas desaparecidos por el poder? [Debemos] hacernos solidarios con las víctimas, condenando esa crueldad y esa perversión y haciendo un compromiso en la lucha por la dignidad. No hay conocimiento útil si no nos hace mejores personas”, aseveró este Doctor en Educación, quien se ha desempeñado como profesor en todos los niveles educativos, lo cual le ha permitido conocer su área de estudio desde adentro y desde afuera.
“Estoy convencido: los problemas de México no tienen su solución en los despachos ministeriales, ni en los bancos, ni en las industrias, ni en las multinacionales, ni en los cuarteles… Tienen la solución en las escuelas”.
El escritor español seleccionó algunos textos de su libro para compartirlos y cerrar con ellos el acto, por ejemplo el titulado “A por ellos” (la historia real de unos estudiantes de un degradado barrio de Almería aquejado por severos problemas de narcotráfico que iban cada mañana a las casas de sus compañeros más pequeños para llevarlos de la mano a la escuela, ya que las familias no podían hacerlo debido a la inseguridad)
“Estos niños han dicho: ‘¡A por ellos!’, para salvarlos, para que aprendan”, comentó Santos, quien en su libro es tajante: “No poder o no querer acudir a la escuela es abonarse a la desgracia”.
Con alrededor de una treintena de niños reunidos en el Salón José Luis Martínez de la FIL –fue uno de los días en que la feria se abarrotó de estudiantes de primaria, secundaria y bachillerato–, Santos Guerra captó su atención (además de las carcajadas de varios adultos) con unos cuantos relatos más, entre ellos uno de ficción que tiene como personajes principales a los célebres investigadores británicos Sherlock Holmes y James Watson, quienes se van a acampar al bosque con todo y su tienda de campaña.
De pronto, a altas horas de la noche, Sherlock se despierta de golpe y le da un codazo a Watson para pedirle que observe detenidamente el cielo y las estrellas. Después de un rato, Watson le comparte sus conclusiones, entre ellas: hay millones de galaxias, Saturno está alineado con Leo, mañana hará un día espléndido…
Y es en ese momento cuando Sherlock le replica, bastante molesto: “Watson, estúpido, ¡alguien nos ha robado la tienda!”
El Arca de Noé. La escuela del diluvio está disponible en el stand del ITESO, las Iberos mexicanas y la editorial Buena Prensa en la FIL (I-15), en el sitio publicaciones.iteso.mx y en las principales librerías de Guadalajara. Texto Enrique González Foto Luis Ponciano