Docentes del ITESO reflexionaron sobre los gestos proféticos, los desafíos pastorales y el impacto del papa Francisco en el contexto contemporáneo de la Iglesia católica

Con un enfoque que combinó la teología, la pastoral y la lectura crítica del contexto, el ITESO abrió un espacio de reflexión sobre los años de Jorge Mario Bergoglio, SJ, como Pontífice.

En el conversatorio En memoria del Papa Francisco: miradas a su pontificado, realizado el miércoles 30 de abril en la Galería Jardín, académicos del Centro Universitario Ignaciano (CUI) y el Departamento de Formación Humana (DFH) los ponentes analizaron tanto los gestos simbólicos como las decisiones estructurales que marcaron el paso del Papa por la silla de San Pedro.

Durante la actividad, realizada en el marco del programa Cristianismo y Mundo Contemporáneo, se destacó el carácter pastoral del Pontífice argentino, su apuesta por una Iglesia con rostro humano y sus tensiones con sectores conservadores, así como los retos que enfrentará el próximo liderazgo eclesial ante una comunidad global dividida y expectante.

Un profeta

Arturo Navarro Ramos, académico del Departamento de Formación Humana (DFH), habló sobre los gestos proféticos del Papa Francisco. Equiparó al Pontífice con la figura del profeta, a partir de su concepción como un sujeto que anuncia un estado de cosas deseable por parte de Dios y denuncia las circunstancias ajenas al proyecto de Dios.

En ese sentido, señaló que Francisco tuvo el tino de elegir su nombre en honor a Francisco de Asís, dejando clara su intención de priorizar a los pobres. A decir del académico, en esta decisión se reflejan no solo la simplicidad y la pobreza, sino también una intención de reforma a la iglesia, que se convertiría en referente del pontificado de Francisco.

 “El día de inicio de su pontificado, (Francisco) salió con unos zapatos que él ha llevado a reparar varias veces y deja de lado los zapatos Prada de color rojo. Más allá de la anécdota, me parece que tiene que ver con una opción por la simplicidad”, compartió.

Otros gestos proféticos se refieren a los nombres dados a documentos pontificios, entre los cuales destacan Laudato Si’ y Fratelli Tutti, mismos que aluden a una visión muy distinta del cristianismo. “Los nombres hablan de una apuesta de vivencia del texto evangélico que traslada la fe al ambiente operacional, al ambiente activo”, apuntó Navarro Ramos.

“Después de Francisco, tengo la impresión de que el siguiente Papa no podrá ignorar este tipo de gestos”, afirmó, a la vez que señaló la unidad será un gran reto para el sucesor de Francisco.

En ello coincidió Elías González Gómez, académico del CUI, quien añadió además que, en un contexto mundial en el que el diálogo interreligioso es imperativo, el Papa Francisco se posicionó como una figura clave. Por ello, afirmó que otro de los retos para quien ocupe la silla de San Pedro será el acercamiento con el Islam.

“Las fortalezas de Francisco no fueron necesariamente ni políticas ni económicas, mucho menos teológicas. Fueron en buena medida pastorales. Lo vemos en la apertura a la diversidad en todos los ámbitos”, compartió.

La política en la religión

Durante sus 12 años de pontificado, Jorge Bergoglio, SJ, inyectó una noción de misericordia y alejó a la iglesia de ser entendida únicamente como una institución política.

Así pues, Elías González compartió que el foco del pontificado estuvo en posicionar la iglesia. “¿Fue el impulso de Francisco un impulso político o un impulso evangélico? En términos políticos y administrativos, (…) se quedó corto. No hizo cosas tajantes, contundentes. Francisco quiso posicionar la iglesia, un posicionamiento de misericordia ante el sufrimiento del mundo, independientemente si lo que se defendía después se catalogaba de derechas o de izquierdas”, dijo.

Arturo Navarro mencionó que, para el Papa, la misericordia tenía que ver con la miseria y con el corazón. “(Francisco) une ambos conceptos y dice que la misericordia es la capacidad de encontrarnos desde nuestras miserias en una relación cordial (…) para, desde nuestras circunstancias de debilidad, construir algo distinto”, decía el Papa.

Estas prioridades causaron roces en muchos sectores de la iglesia, a pesar de que, en la víspera de la elección de Jorge Bergoglio, SJ, como sucesor de Benedicto XVI, ya se hablaba de la necesidad de la iglesia de contar con un pontífice que reformara la curia y con la fuerza para realizar las reformas necesarias, pero, además, que era necesario un papa que ordenase las finanzas y se preocupara por el fondo de la fe y no por las formas.

“Francisco no llegó a lo que él hubiera querido. Realmente estaba navegando contra corriente en muchos sentidos. El trato a la pederastía, el papel de las mujeres en la iglesia (son los que entran en juego para definir la realidad)”, retomó Elías González.

Por otra parte, señaló que el cónclave que habrá de nombrar al próximo Pontífice es, al momento, el más mediatizado de la historia. Tanto, que equiparó la cobertura de este evento con las elecciones de Estados Unidos, aunque señaló que la narrativa que involucra análisis políticos podría no ser la más adecuada.

El académico vaticinó que, ante el próximo nombramiento del pontífice, nadie acabará contento. “Va a haber una división muy fuerte. Y ese no es un reto del pontificado, es un reto nuestro: ver cómo le vamos a hacer para dialogar con los indialogables”, mencionó.

Un mensaje de esperanza

Del legado del Pontífice, Rosa Edit Palma Bustillos, profesora del ITESO y representante de la Red Mundial de Oración del Papa Francisco, señaló que Bergoglio se consolidó como un papa muy cercano a su pueblo.

“El Papa Francisco fue un peregrino de la vida. Captaba esos momentos de la vida y los hacía evangelio. Sin duda, Jesús era su referente. Ser contemplativo en la acción dejaba ver su ser jesuita», compartió.

En tanto, señaló que desde la Red Mundial de Oración del Papa Francisco se maneja ya de un mensaje muy apegado a la esperanza, mensaje central del próximo jubileo. Al respecto, el Papa Francisco invitaba a vivir esta esperanza desde el agradecimiento, la búsqueda y el arrepentimiento.

FOTO: Zyan André