Para David Rubio, entrenador del equipo representativo de Animación del ITESO, ganar campeonatos es un resultado y el premio es trabajar todos los días.
Cualquiera que haya formado parte de algún equipo representativo del ITESO sabe que portar los colores de la universidad es una experiencia sumamente enriquecedora, que tiene un valor que va mucho más allá de lo meramente deportivo.
Para quienes no lo han vivido es un poco complejo de entender, pero a través de los integrantes de los mismos equipos y las historias que crean se puede comprender por qué vivir la experiencia universitaria desde el deporte es algo que marca la vida de quienes forman parte de esto.
Dentro de este universo de personajes los entrenadores son una pieza vital para darle forma a la experiencia, ya que transmiten de generación en generación lo que significa ser un deportista del ITESO.
David Rubio, a cargo del equipo representativo de Animación, es uno de los entrenadores que cumple con esta misión al transmitir a sus deportistas distintos valores que hoy forman a profesionales mucho más completos y preparados para afrontar la vida diaria.
Conocerlo permite entender el valor que tienen los entrenadores del ITESO para los equipos representativos.
A los 12 años David comenzó a entrenar con un equipo de animación y desde entonces es algo que le apasiona por completo. Su vida continuó de manera tradicional: estudió una carrera, se graduó y de inmediato consiguió un buen trabajo en el que tenía que cumplir con un horario de oficina en la que pasaba sentado sus jornadas laborales. Fue bajo esa rutina que David supo que tenía que dar un giro de 180 grados a su vida, pues siempre ha sido activo, y nunca se vio trabajando ocho horas encerrado. Dejó su trabajo y se dedicó de lleno a la enseñanza deportiva de la animación.
David, además, sigue siendo un apasionado de lo que hace. Además de entrenar a los seleccionados itesianos, tiene su propio equipo de animación llamado Wizard Extreme, y entrena a niños de 4 y 5 años en el Programa de Fuerzas Básicas del mismo ITESO.
Su compromiso y trabajo con la selección itesiana ya ha comenzado a dar frutos, pues tan solo en el Campeonato Nacional de la Conadeip (Comisión Nacional Deportiva Estudiantil de Instituciones Privadas) celebrado el pasado mes de abril en la Ciudad de México, su equipo obtuvo el primer lugar en la categoría Cheer Acrobático Mixto y el tercer lugar en la Quinteta Femenil.
David destaca que el verdadero triunfo no es este campeonato, pues ellos triunfan cada día con el simple hecho de asistir a los entrenamientos y trabajar como un verdadero equipo.
Sus palabras no son lanzadas al aire con ligereza, pues explica que cada entrenamiento es un reto que hay que cumplir: combinar los estudios con el entrenamiento diario, tener que salir de clases corriendo, dedicarle más de cuatro semanas a movimientos que parecían imposibles y que ahora son rutinarios, entender a los compañeros o apoyarlos cuando más lo necesitan.
Todo esto le ha permitido darse cuenta de cómo los alumnos se convierten cada día en mejores deportistas, pero sobre todo en mejores personas.
David sabe que estas dificultades los ayudarán cuando se enfrenten al mundo profesional, pues para ellos afrontar grandes retos será algo común. Por eso afirma que “El campeonato es un resultado, el verdadero premio lo vemos al trabajar juntos todos los días”.
¿Qué es eso que hace David para lograr su trabajo de manera exitosa? Lo primero, explica, es intentar que su deportista se vea reflejado en él. Si muestra respeto, puntualidad, responsabilidad, empatía y trabajo duro, será más fácil que los atletas sigan el ejemplo que él mismo predica. Segundo, un acompañamiento cercano, en donde el aspecto humano toma una importancia vital. Entender y conocer a su equipo y apoyarlo durante este proceso que dejará mucho de aprendizaje.
Y justo ahí es donde encontramos uno de los distintivos del deportista itesiano: saben que el aprendizaje y el desarrollo a través del deporte se vuelve más valioso que un campeonato.