En este día del libro, celebramos a los lectores que, ya sea en papel o en formato digital, abrazan con júbilo la experiencia de la lectura.

La discusión sobre libro impreso vs. libro electrónico ha pasado a la historia. Fracasaron las predicciones apocalípticas sobre la extinción del libro en papel ante la amenaza de los dispositivos electrónicos, y ahora ambos soportes coexisten felizmente en las librerías, bibliotecas, ferias, editoriales y en nuestro buró. Los lectores seguimos leyendo, en cualquier soporte que nos pongan enfrente, y los que prefieren no leer, no lo harán ni en libros tradicionales ni en pantallas, lo que también se vale.

A lo largo de la historia, la experiencia de la lectura se ha ido transformando: Podemos imaginar cómo leían los asirios y los sumerios, en el siglo III a.C., en sus tablillas cuneiformes, o cómo leían los chinos sobre seda, los egipcios sobre papiros y cómo los griegos desplegaban sus pergaminos. ¿Cómo se habrán sentido de contrariados aquellos copistas, amanuenses y monjes del siglo IV que experimentaron en carne propia el cambio del rollo al códice, ese manuscrito cosido y con forma rectangular? O ¿imaginas lo que pensaron los del alto clero y los reyes cuando supieron que había 180 biblias idénticas, impresas en papel, con un sistema de prensa y tipos móviles?

Seguramente se sintieron tan raros como nosotros cuando leímos por primera vez en la computadora, en el celular o en nuestro primer dispositivo lector digital, echando de menos, entre líneas, el olor del papel y el peso del ejemplar sobre las manos.

Pero la vida sigue y en muy poco tiempo se descubre una(uno) disfrutando de la ligereza, practicidad, hipertextualidad instantánea, iluminación nocturna, ojos menos cansados (por eso de la tinta digital y el tamaño personalizado de la letra), economía, practicidad y aprovechamiento del espacio al tener todo tu librero en 174 gramos. O disfrutando de la comodidad de comprar, recoger o devolver un libro a través de un click.

Como dice Juan Domingo Argüelles: “Un día el libro fue piedra o tablilla de arcilla, luego fue papiro y pergamino, después papel y ahora pantalla. Después, quien sabe qué será. (…) Lo importante de la lectura no reside en las formas o soportes en que se encuentra la expresión, sino en la solidez de los contenidos y en lo que hacemos con ella” (2021).

La invitación es a combinar, alternar, elegir qué libro queremos abrazar y qué libro queremos ver en la pantalla, pues la lectura es una experiencia de libertad, dinámica y personalísima, en donde se entrecruzan no sólo soportes, códigos, herramientas y contenidos, sino también emociones, representaciones, significados, identidades y deseos.

ODILO

Para conmemorar el Día internacional del libro, la biblioteca del ITESO lanzó este 23 de abril una nueva plataforma de libros electrónicos conocida como el “Netflix de los libros”.

A través de ODILO [https://iteso-odilotk-es.ezproxy.iteso.mx/], la comunidad universitaria tendrá acceso a una biblioteca digital con cientos de libros que abarcan temas de literatura, filosofía, arte, cultura y otros contenidos relevantes para los programas académicos de la universidad, además de contar con un acervo especializado en información sobre el COVID-19.

ODILO se encuentra disponible para alumnos, profesores y empleados del ITESO y puede ser consultado desde el sitio web de la Biblioteca.

* Si requieres asesoría para el uso de los recursos electrónicos de la biblioteca, puedes escribir a asesoriabiblio@iteso.mx, o bien, contactarlos a través de Microsoft Teams.

 

Referencia:

Domingo Argüelles, J. (2021) La prodigiosa vida del libro en papel. Leer y escribir en la modernidad digital. México: Cal y Arena / UNAM.