Aldo Morales, titular de la oficina en Guadalajara de la Acnur, comparte que es necesario que la gente sea más solidaria y empática con quienes buscan refugio, pues su llegada y su inserción en la comunidad posibilitan una relación ganar-ganar. Como parte de una colaboración de muchos años, el ITESO y el organismo internacional firmaron una carta de entendimiento

A finales de los años treinta y principios de los cuarenta del siglo pasado, México se convirtió en casa de miles de españoles que, huyendo de la dictadura de Francisco Franco, encontraron refugio y asilo al otro lado del Atlántico. Luego, en la segunda mitad del siglo XX, el país se convirtió en lugar de acogida para quienes escapaban de las dictaduras latinoamericanas. «Históricamente, México ha sido siempre un país solidario», dice Aldo Morales López, titular de la oficina en Guadalajara de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), y agrega que, si bien hay toda una estructura estatal que incluye acuerdos internacionales y una ley vanguardista sobre refugio y asilo, aún hay mucho que avanzar para crear conciencia entre la ciudadanía sobre la importancia de dar acogida a quienes se ven obligados a abandonar su país y buscar refugio y protección allende las fronteras.

Aldo Morales es el titular de la oficina en Guadalajara de la Acnur, que abrió sus puertas a finales de 2020 para dar seguimiento desde esta región a una realidad creciente: cada vez hay más personas que llegan a México buscando refugio y protección. «Las solicitudes de asilo están creciendo. En 2021 se registraron 131 mil solicitudes», expone el funcionario y detalla que a nivel mundial se contabiliza a cerca de cien millones de personas desplazadas de sus lugares de origen. En lo que respecta a México, señala que se tiene registro de 20 mil personas que han recibido la protección del Estado mexicano.

El asilo y la acogida implican mucho más que recibir a las personas y darles un empleo. Morales López explica que desde la Acnur se encargan de dar seguimiento y buscar que quienes reciben refugio lo hagan de una manera holística, es decir, que se garantice su acceso y goce pleno de los derechos universales, como el empleo, la salud y la educación. Agrega que es importante trabajar en las comunidades de acogida para crear conciencia entre la ciudadanía, ya que «la integración no existe si las personas de la comunidad no tienen empatía y solidaridad. Muchas veces las personas se insertan en un contexto no necesariamente solidario o en el que no reciben trato justo de parte de las autoridades».

El titular de la oficina en Guadalajara destaca que es importante que la ciudadanía se dé cuenta de que recibir a quienes buscan refugio propicia una relación ganar-ganar, ya que «las personas refugiadas son una oportunidad. No llegan solas, sino que traen toda su cultura, su conocimiento, y eso enriquece la vida de la comunidad que las recibe».

Uno de los prejuicios más asentados es ver a quienes buscan asilo como una amenaza. «La cultura del ‘Vienen a quitarnos el trabajo’ es una idea muy arraigada. Pero no es así. Desde Acnur trabajamos con empresas solidarias y hemos podido ver que hay una demanda muy alta de trabajadores, hay miles de empleos que no se están cubriendo», dice Aldo Morales.

Para finalizar, explica que las universidades tienen un papel fundamental en la tarea de sensibilizar a las personas, sobre todo las y los jóvenes, a fin de que se sumen a las soluciones que permitan a los refugiados —cuyo día internacional se conmemora el 20 de junio— acceder a una vida digna y a un ejercicio pleno de sus derechos.

El ITESO y Acnur estrechan lazos

Para apuntalar el papel que juega la academia en el trabajo que realiza la Acnur en el país, el ITESO y la oficina en Guadalajara del organismo internacional firmaron una carta de entendimiento que, a decir de Catalina Morfín, actualiza y amplía la relación que ambas instituciones han tenido a lo largo de los años.

Durante el acto protocolario, la titular de la Dirección General Académica del ITESO recordó que, en 2016, la Acnur y el ITESO firmaron un convenio para la difusión y la enseñanza del derecho al refugio, así como para diferentes proyectos de investigación. La académica también destacó diferentes iniciativas que se han realizado desde el Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos (Dsoj) del ITESO y el Programa de Estudios Migratorios (Prami). «El ITESO y la Compañía de Jesús están comprometidos con esta labor, y esta carta de entendimiento es un elemento más para que nuestros estudiantes ofrezcan el mejor servicio posible a quienes más lo necesitan», concluyó Morfín.

La carta de entendimiento contempla seis acciones específicas, entre las que se encuentran promover la integración de la población sujeta de protección internacional en Jalisco, y particularmente en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), con acciones de acompañamiento, actividades académicas, culturales y de integración a espacios universitarios con los que cuenta el ITESO; realizar de manera conjunta seminarios, diplomados, cursos y actividades culturales abiertas al público en general que permitan la capacitación para el desarrollo de conocimientos teóricos y prácticos en temas de protección internacional y migraciones forzadas; promover, a través de la Clínica Jurídica Ignacio Ellacuría, SJ, u otros espacios, servicios de representación y acompañamiento jurídico en materia de protección internacional, justicia cotidiana y litigo estratégico; establecer mecanismos de cooperación y vinculación que propicien la participación de estudiantes a través de los Proyectos de Aplicación Profesional (PAP) en la oficina de la Acnur en Guadalajara, y promover mecanismos para ofrecer a las personas refugiadas oportunidades de educación mediante becas para cursos, diplomados y programas educativos, entre otros puntos.

Morales señaló que la firma de la carta se enmarca en la conmemoración del Día Mundial para las Personas Refugiadas, y subrayó que se trata de «un acuerdo de complicidad en beneficio de las personas que lo necesitan».

Alexander Zatyrka, SJ, rector del ITESO, dijo que en el contexto actual cada año comunidades enteras son abandonadas por las condiciones de inseguridad, violencia o violaciones a los derechos humanos. Puso como ejemplo la guerra en Ucrania, que en cuestión de meses ha provocado la movilización de 7 millones de personas que han salido del país a buscar refugio. En América Latina, el crimen organizado y la desigualdad estructural agravan el desplazamiento, y a esos factores hay que comenzar a sumar a quienes se ven forzados a movilizarse por la crisis climática.

En ese contexto, el ITESO, dijo Zatyrka, reconoce el trabajo que realiza la Acnur y busca «coadyuvar en la construcción de sociedades más justas y fraternas, donde nadie tenga que huir por miedo».

FOTO: Roberto Ornelas