El riesgo de inundación en los poblados de Temacapulín, Acasico y Palmarejo sigue latente con la construcción de la presa El Zapotillo, por lo que especialistas del ITESO y organismos como la Fundación Cuenca Lerma-Chapala-Guadalajara, proponen otras alternativas para abastecer de agua a Guadalajara.

Las características del proyecto de construcción de la presa El Zapotillo (cuyo objetivo sería asegurar el abastecimiento de agua para Guadalajara, según sus promotores) aún son inciertas, al igual que el destino de las alrededor de 640 personas que viven en los poblados de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, los tres en riesgo de ser inundados.

El Gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, anunció a finales de enero a través de un mensaje en su cuenta de Twitter que el pueblo de Temacapulín no sería inundado con la construcción de la presa. Sin embargo, luego expresó, ya en marzo, que la última palabra la tendrá el Gobierno Federal a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

El proyecto original contemplaba una cortina de 80 metros de altura, con lo que Temacapulín no quedaría bajo el agua, pero sí los pueblos de Acasico y Palmarejo. Durante la administración estatal pasada, se aprobó que la cortina fuera 25 metros más alta para sustraer tres metros cúbicos por segundo y abastecer a Guadalajara. Con esto se inundarían aproximadamente 4 mil 800 hectáreas a la redonda. Antes solo se tenía previsto sustraer agua para la ciudad de León y la región de Los Altos de Jalisco.

La presa se ubica sobre el río verde, en el municipio de Cañadas de Obregón, localizado a unos 100 kilómetros al noreste de Guadalajara. Tendría capacidad de abastecer de agua a una decena de municipios de Jalisco y, gracias a un acueducto de 140 kilómetros, también a León. Su construcción registra un avance de casi el 60%. Las autoridades de Jalisco no han aclarado cuáles serían otras fuentes de recursos hídricos para distribuirlos en la ciudad si finalmente no se obtienen de El Zapotillo.

Para Carlos Peralta, coordinador del Programa Institucional de Derechos Humanos y Paz del ITESO, no se trata de defender quiénes tienen más derecho al agua, sino de considerar a todos los habitantes como un conjunto, tanto los que tienen derecho al agua como los que tienen derecho a defender sus pueblos y a ser consultados antes del inicio de una obra pública.

Políticas públicas para resolver los problemas del agua

El desabasto de agua en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) no existe como tal, sino que aquí impera un gran desorden e inequidad en su distribución, sobre todo en la precaria zona periurbana, argumenta el grupo de académicos del ITESO dedicado al estudio del agua.

Según Rodrigo Flores, investigador del Departamento de Economía, Administración y Mercadología (DEAM) y representante de la universidad ante la Junta de Gobierno de la Comisión Estatal del Agua, implementar nuevas políticas públicas que impliquen el desarrollo de proyectos con acciones enfocadas en la solución integral de los problemas sería una alternativa para evitar la construcción de presas.

“El problema del abastecimiento no va a terminar con la construcción de una, dos o tres presas, sino cuando todos nos involucremos en una cultura del agua resiliente (capaz de afrontar problemas y dificultades), con acciones agrupadas en control de fugas, ordenamiento de las fuentes, mercados alternativos de agua de lluvia [captación], agua residual tratada y manejo de acuíferos”, afirmó.

El Grupo de Estudios sobre el Agua del ITESO, integrado por académicos de distintas disciplinas, prepara un estudio con propuestas de políticas públicas que contempla 26 proyectos en ahorro y distribución de agua, para próximamente trabajarlas con el Gobierno del Estado, informó Flores, integrante del citado grupo.

Este equipo de investigadores calcula que los 25 metros extra de cortina que servirían para obtener tres metros cúbicos de agua por segundo para abastecer a la mancha urbana de Guadalajara, resultarían innecesarios, ya que se pueden obtener hasta 5.3 metros cúbicos mediante la implementan de diversas acciones.

Si los aproximadamente 3 millones 201 mil usuarios a los que abastece el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) redujeran su gasto en 50 litros de agua por día (150 en lugar de los 200 actuales), lograrían ahorrar 1.8 metros cúbicos por segundo, según diferentes estudios realizados por organismos gubernamentales. Los habitantes de los demás municipios que integran la metrópoli y que no son usuarios del SIAPA, también podrían lograr un ahorro similar de 50 litros de agua diarios.

El académico detalla que al reducir el consumo de 200 a 150 litros de agua se tendría un ahorro de 160 millones 65 mil 600 litros, y si a esto se le suma el ahorro que podría provenir de la reparación de fugas, el adecuado manejo de aguas residuales o la captación pluvial, las opciones frente a la presa se multiplican.

Flores, investigador en temas de socioeconomía y medio ambiente, agrega que hace falta que la población exija a las autoridades un estudio para saber con exactitud la cantidad de litros de agua que se pueden ahorrar arreglando los desperfectos en las infraestructuras existentes, y añade que el plan tarifario que contempla aumentar gradualmente el precio del agua potable, servirá para que la población tome conciencia del uso que le da, la valore y la gaste menos. Texto Fabián Ramírez Fotos Luis Ponciano

 

El Río verde, otra opción para evitar la presa

Para abastecer de agua a Guadalajara, basta con que la cortina de la presa El Zapotillo quede en 60 metros y no en los 80 que contempla el proyecto original, lo que evitaría que Temacapulín se inunde, afirman especialistas. El recurso hídrico se tendría que extraer de otras fuentes que no incluyan al lago de Chapala, afirma Manuel Villagómez, presidente de la Fundación Cuenca Lerma-Chapala-Santiago.

En un estudio que financió esta organización se calcula que los 300 millones de litros de agua que se tienen contemplados extraer de El Zapotillo, se obtengan del Río Verde, que sumados a los litros que ya se extraen de las presas Calderón, El Salto y distintos mantos acuíferos, serían suficientes para abastecer de agua a los 4 millones de habitantes de la metrópoli. Según Villagomez, esta alternativa puede garantizar el abasto de agua hasta por 100 años, aunque el empresario no especifico cómo se sustraería el agua de este río.