La pandemia reavivó la discusión sobre la importancia de realizar actividad física y cómo las ciclovías son importantes no solo para mejorar la salud sino para una movilidad que preserve la “sana distancia”
Por Yeriel Salcedo Torres, profesor del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano y colaborador de la Coordinación de Programas de Incidencia Social (COINCIDE) del ITESO
Usar la bicicleta como medio de transporte trae diversos beneficios de salud a la ciudad y a las personas. Al trasladarnos de un punto a otro en ella en lugar del coche dejamos de emitir contaminantes como CO2 (bióxido de carbono), NO2 (óxido de nitrógeno) y partículas suspendidas denominadas PM 2.5 y PM 10, componentes en el aire que se relacionan con enfermedades como cardiopatías isquémicas, accidentes cerebrovasculares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, infecciones respiratorias agudas y cáncer de pulmón, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por otro lado, al usar la bicicleta realizamos actividad física que nos trae diversos beneficios como “prevención de enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la diabetes, reduce los síntomas de la depresión y la ansiedad y mejora las habilidades de razonamiento, aprendizaje y juicio” (OMS, 2020).
El uso de la bicicleta para la movilidad abona a la salud pública, ya que no solo ayuda a que nos enfermemos menos, sino a preparar a nuestro cuerpo para afrontar las enfermedades. El año pasado se dio la pandemia de una enfermedad que afecta principalmente al sistema pulmonar, el covid-19. Son varios los factores que determinan la gravedad de la enfermedad en nuestros cuerpos, pero diversas investigaciones encontraron una relación entre el aumento en la gravedad de la enfermedad con la contaminación del aire en las ciudades. Como sabemos, el virus afecta a los pulmones y si vivimos en ciudades con una alta concentración de contaminación del aire hay una mayor afectación. Además, se nos pidió estar en confinamiento y no estar en lugares con mucha gente, así como mantener una distancia de 1.5 metros, algo muy difícil en la ciudad, ya que la mayoría de las personas se mueven en transporte público.
Ante esta situación se empezó a hablar de fomentar aún más el uso de la bicicleta para ayudar a tener sana distancia, ciudades menos contaminadas y cuerpos más saludables, pero para que las personas se animen al uso de la bicicleta se debe tener más infraestructura ciclista. Fue en este punto que se propuso establecer “ciclovías emergentes” (espacios construidos en vialidades de forma rápida y que ayuden a garantizar seguridad a las personas) en varios países, por lo que se empezaron a construir en varias ciudades del mundo, y Guadalajara no fue la excepción.
Las direcciones de Movilidad de los municipios de Guadalajara y Zapopan, respectivamente, iniciaron proyectos para su construcción como en avenida México, Gigantes, Guadalupe y Las Torres. El ITESO también se sumó, partiendo de que Zapopan planteaba construir una ciclovía emergente por avenida Patria y, al identificar que las personas llegan caminando a la Puerta Sur desde los fraccionamientos de esa zona se propone construir dos carriles prioridad ciclista (en donde todos los medios de movilidad pueden circular a 30 kilómetros por hora, dando prioridad a la bicicleta) por Sierra de Mazamitla hasta Avenida Patria, y otro más por calle Independencia y Padre Xavier Scheifler.
Así fue como se empezó a tener reuniones con las direcciones de movilidad de Zapopan y Tlaquepaque, así como con el Gobierno del Estado de Jalisco, y a inicios del 2021, con el apoyo técnico y de mano de obra de Zapopan se terminan los trabajos de balizamiento y señalética vertical por Sierra de Mazamitla. En este caso, el ITESO aportó la compra e instalación de la señalética vertical y la gestión de la donación de la pintura de tráfico gracias a la donación de un exalumno, e incidió en que la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas del Estado de Jalisco remodelara la ciclovía de camino al ITESO, pasando de una ciclovía bidireccional del lado sur a dos ciclovías unidireccionales en ambos lados de la vialidad con las nuevas especificaciones de segregadores físicos, que dan mayor seguridad a las personas.
Estas acciones son importantes para dar mejores condiciones para la seguridad de las personas que van en bicicleta al ITESO, para quienes están considerando esta manera de traslado como opción y para las personas de las colonias vecinas del campus para avanzar en tener ciudades más sanas y preparadas para situaciones como las generadas por la pandemia. Los siguientes pasos son pasar de ciclovías emergentes a ciclovías permanentes e impulsar como comunidad universitaria la construcción de la ciclovía de avenida Patria para crecer el alcance, y de esta forma tener una ciudad más sana, resiliente y sustentable.
FOTO: Luis Ponciano