Continúa nuestra travesía sobre la observación astronómica; en esta ocasión, el autor nos lleva de Medio Oriente hasta la época del astrónomo danés Tycho Brahe
“Remanente de supernova SN 1006” imagen de Bopradeep, CXC, NASA, ESA (noviembre 19, 2018).
La supernova SN 1006, probablemente la supernova más brillante vista en la Tierra, apareció muy al sur, cerca de beta Lupi, en la frontera con Centaurus, 45 grados al sur del ecuador.
En el Medio Oriente, la estrella fue observada por varios astrónomos. Uno de ellos, Ali Ibn Ridwan (Guiza, Egipto, c988 – 1061) astrónomo y médico egipcio, describió que era el objeto más brillante después de la Luna. Su luz, de un color amarillo y tan intensa como un cuarto de Luna, hacía que de noche los objetos proyectaran sombras. Ali Ibn Ridwan publicó sus observaciones en “Cometarios a la obra Ptolemaei Centiloquium” o “100 Dichos de Ptolomeo” escrita por Hametus o Ahmad Ibn Yusuf (Bagdad, Irak, 835 – 912).
“Avicena con una paciente mujer y sirvientes haciendo medicinas en el jardín (1632)” autor desconocido, Wellcome Collection (L0073711).
Otro caso fue el médico, astrónomo y filósofo, Abu Ali ibn Sína o Avicena (Afshana, Persia, 980 – 1037), cuyos trabajos permitieron a Occidente redescubrir la filosofía platónica y aristotélica. Avicena observó la estrella desde el noreste de Irán. En el tercer tomo de su libro “Kitáb al-Shifa” o “El Libro de la Curación” del año 1027, dedicado a las matemáticas, aritmética, Geometría y astronomía, describió los cambios en brillantez y color de la estrella. Avicena descartó que fuera un cometa ya que no contaba con cola y se mantenía fijo respecto a otras estrellas del cielo.
En China, la nueva “estrella invitada” brilló por 3 meses, aun durante el día. Según los registros, apareció el 1ero de mayo de 1006, en el reinado del emperador Zhenzong (968 – 1022), de la dinastía Song. Los astrónomos imperiales interpretaron su aparición, en especial su color amarillo, como un signo auspicioso.
En Europa no fue registrada la estrella, porque no se vio, apareció muy al sur. Lo más al norte que se observó fue en San Galo, Suiza. En los registros de la parroquiales se dice que la estrella se veía muy al sur, más allá de las constelaciones; a veces era difusa y se extinguía, y otras veces se hacía pequeña.
A partir de las descripciones se sospecha que la supernova SN 1006, a 3250 años luz de distancia, fue del tipo Ia.
“SN 1054, M 1 o Nebulosa del Cangrejo en la constelación de Tauro (2014 – 2016)” imagen de Goran Nilsson & The Liverpool Telescope, tomada en Roque de los Muchachos, La Palma, Tenerife, España.
En la madrugada del 4 de julio del año 1054, justo antes del amanecer, una nueva estrella apareció al este, en uno de los cuernos de la actual constelación de Tauro. Según Yang Wei-T’e, astrónomo imperial en la corte del emperador chino Renzong de Song (1010 – 1063), la estrella invitada era más brillante que cualquiera en el cielo, mucho más brillante que Venus.
Además de la Nebulosa del Cangrejo – nombrada así por William Parsons, 3er Earl of Rosse en 1847 – y del pulsar PSR B0531+21 o del Cangrejo, los registros históricos de esta supernova han generado bastante controversia.
Las descripciones japonesas son escuetas y registran la estrella un mes antes que los chinos. El más antiguo de estos registros es 100 años posterior al hecho, cerca del año 1235; y fue de forma accidental. En diciembre de 1230 apareció un cometa; ello hizo que los astrónomos japoneses buscaran registros de éste en otras culturas; y así dieron con los registros de la supernova.
En el mundo musulmán esta supernova fue mencionada hasta el año 1245, por el médico Ibn Abi Usaibia (Damasco, 1203 – 1270) en su obra Uyún ul-Anbá fi Tabaqat al-Atibbá o “Historia de Vidas de Médicos”. Igual que los japoneses, sitúa la supernova en abril de 1054, pero en la constelación de Géminis, cerca de Tauro. La falta de datos podría deberse a que en ese tiempo la astronomía árabe y musulmana era muy teórica. Los astrónomos se la pasaban en las aulas y lugares de trabajo con modelos matemáticos y geométricos; y a la observación era relegada o poco valorada.
En el Cañón del Chaco, en Nuevo México, Estados Unidos se encontró un petroglifo de la cultura Anasazi que muestra a la Luna en fase creciente con una estrella a un lado y una mano arriba. Algunos historiadores sugieren que el petroglifo, datado entre el siglo XI y XII, es una imagen de esta supernova, aunque algunos lo atribuyen a la supernova SN 1006. La mano podría ser la firma del autor o un símbolo de protección ante la estrella.
“Enrique III, el Negro o el Piadoso, emperador del Sacro Imperio Germano Románico, señalando una estrella sobre la ciudad de Tivoli, probable mención a la SN 1054 (c1450)” dibujo del taller de Diebold Lauber.
En Europa los registros son aún más misteriosos. El más antiguo es de mediados del siglo XV, encontrado en 1980 por el astrónomo italiano Umberto Dall’Olmo (1925 – 1980). En el texto Crónica Brixiana (1332) de Malvetiis, Malvecius, Malvetius, o Jacopo Malvezzi (Brescia, Italia, 1380 – 1452) se dice: “en esos días una estrella muy brillante apareció dentro del ámbito de la Luna en los primeros días de la Luna creciente”. Umberto Dall’Olmo creyó que describe la supernova SN 1054. La estrella se pudo observar de día, durante 3 semanas y se asoció con un terremoto ocurrido 10 años después, el 11 de abril de 1064 en Brescia, Italia.
Existen otras posibles descripciones. Las crónicas Corpus Chronicorum Bononiensium o Cronaca Rampona publicadas en Bolonia 1476, mencionan que la estrella apareció en 1058, cuatro años después de lo oficialmente establecido. Cuentan que “en ese momento una estrella muy brillante entró al circuito de la Luna nueva”. Otros eventos históricos citados aparecen con muchos errores, haciendo muy probable que se trate de una reedición del texto de Jacobus Malvicius.
Por otro lado, existe un dibujo del rey Enrique III (Bodfeld, Harz, Alemania, 1017 – 1056) “el Negro o el Piadoso” del Sacro Imperio Germano Románico, acompañado de 2 personas y señalando una estrella sobre los tejados de la ciudad de Tívoli, Italia. La pintura, del taller de Diebold Lauber, data alrededor del 1450. El dibujo podría ser una referencia a esta supernova ya que Enrique III vivió entre 1016 y 1056.
Hay varias hipótesis sobre la ausencia de registros de la supernova SN 1054. Una propone que la estrella se interpretó como signo divino de desaprobación por el sisma entre las iglesias Occidental y Oriental, de 1054. Supuestamente la estrella alcanzó su máximo brillo el 16 de julio de 1054, el mismo día que el Patriarca de Constantinopla, Miguel I Keroularios (Constantinopla, c1000 – 1059) fue excomulgado. Ello obligó a prohibir cualquier registro de esta supernova para evitar el pánico o la histeria colectiva. Otra hipótesis propone que cuando la estrella tuvo su mayor brillo, era época de lluvias en Europa, lo que hizo muy difícil o imposible notar la estrella
En 1758, la SN 1054 se convirtió en el primer objeto del catálogo Messier. Y en 1930, fue la primera supernova asociada a una nebulosa remanente, gracias a Nicholas Ulrich Mayall (Moline, Illinois, Estados Unidos, 1906 – 1993) del Observatorio Lick. Recientes investigaciones sugieren que la estrella realmente apareció entre abril y mayo de 1054. Se observó por 633 días, de los cuales 23 incluso de día. Su máximo brillo lo alcanzó los primeros días de julio, siendo lo más brillante en el cielo, después del Sol y la Luna.
La SN 1181 apareció en los primeros días de agosto de 1181 en la constelación de Cassiopeia. En la actualidad existen controversias sobre a qué objeto asociarlo. Algunos astrónomos apuntan al pulsar 3C 58 o J0205+6449; otros con la estrella Wolf-Rayet, IRAS 00500+6713. Los más recientes artículos lo relacionan con la Estrella de Parker, una estrella Wolf Rayet en el centro de la nebulosa Pa 30, que podría ser el resultado de la fusión de 2 estrellas enanas blancas.
De la estrella sólo existen registros chinos y japoneses. Uno de los más destacados fue del gran poeta japones Fujiwara no Teika (Japón, 1162 – 1241), quien la mencionó en su obra “Meigetsuki” o “Diario de la Luna Llena”. Este trabajo autobiográfico, escrito a lo largo de su vida y publicado alrededor del 1231, lo hizo cuando observó al cometa de 1230. Fujiwara no Teika agregó a su diario una lista de eventos astronómicos pasados, que incluyeron 8 “estrellas invitadas”.
Los chinos reportaron que la estrella era visible sólo de noche y brilló por cerca de 6 meses con una magnitud aparente comparable con las estrellas Alpha Centauri o Vega.
“Observatorio Østervold y estatua de Tycho Brahe” Universidad de Copenhague, foto de Oliver Bruchez (mayo 6, 2016).
SN1572. Al anochecer del 11 de noviembre de 1572 Tycho Brahe (Castillo Knutstorp, Suecia, 1546 – 1601) salía de su laboratorio de alquimia, debajo de los sótanos de la ex abadía, entonces castillo de Herrevad, en Suecia. Al observar el cielo, notó en Cassiopeia una estrella nueva, más brillante que Venus. Tycho, dudando de lo observado – creyó que sus ojos le mentían – preguntó a sus sirvientes si también veían la estrella. Respondieron afirmativamente, como era su costumbre; por lo que también dudó de ellos. Entonces detuvo un carruaje que pasaba afuera del castillo y preguntó a sus ocupantes si observaban aquella estrella nueva. Ellos, asombrados respondieron le respondieron que sí.
Desde el primer día, con una cruz geométrica, ballestina o báculo o vara de Jacob – hecha por él mismo – y varias veces por noche midió la posición de la stella nova respecto de otras cercanas. Notó que no presentaba ningún desplazamiento; si fuera un fenómeno atmosférico, como se creía de los cometas – pensó – tendría paralaje o movimiento relativo respecto de otros astros. Concluyó que la stella nova por lo menos estaba tan lejos como los planetas o aún más, como las estrellas. Un mes después la luz de esta “stella nova”, como la llamó Tycho Brahe, disminuyó hasta compararse con Júpiter.
Tycho además intentó encontrar su significado astrológico o metafísico. El cambio de brillo y color de la stella nova anunciaban catástrofes, guerras, sequías, enfermedades, fenómenos destructivos, muerte de personajes importantes, traiciones, rebeliones, etc. La stella nova sembró en Tycho Brahe, con apenas 25 años de edad, sus primeras dudas sobre el modelo aristotélico, en especial la inmutabilidad de los cielos.
Tycho Brahe nació el 14 de diciembre de 1546, tres años después de la muerte de Copérnico, en una de las más influyentes familias de la nobleza danesa. Su hermano gemelo murió poco después de ser bautizado. Al año y medio se fue a vivir con sus tíos, Jorgen Thygesen Brahe e Inger Oxe, quien venía de una familia de intelectuales. A los 12 años, en 1559, entró a la Universidad de Copenhague. Estudió retórica, matemáticas, hebreo, música y lo que sería su pasión, astronomía, en especial la cosmología aristotélica.
“Christopher Clavius (1606)” dibujo de Francesco Villamena, grabado de E. de Boulonois, Wellcome (V0001150).
Un año después, el 21 de agosto de 1560, fue testigo de un eclipse total de Sol. El modelo de Ptolomeo lo predecía con un mes de error; y el de Copérnico con algunos días. Christopher Clavius de estudiante en la Universidad de Coimbra, en Portugal, también observó este eclipse; haciendo que se decantara por el estudio de la astronomía.
“Supernova de Tycho o SN 1572, con la localización del pulsar (cruz), constelación de Cassiopeia” imagen de NASA, CXC, Chinese Academy of Sciences, F. Lu.
Tres años después del eclipse solar, en 1563, Tycho de nuevo corroboró la inexactitud de las modelos copernicanos y ptolomeicos. La conjunción de Júpiter y Saturno era vagamente predicha, lo que marcó su vida para dedicarla a la observación astronómica y a la sistematización de los datos. Estudió las obras de astrónomos famosos como Regiomontanus, la “Cosmographia seu Descriptio totius Orbis” de Petrus Apianus y “De Sphaera Mundi” de Johannes de Sacrobosco.
Sus observaciones a la supernova las publicó en 1573 en “De Nova Stella”. Federico II de Dinamarca (Castillo de Haderslevhus, Haderslev, Dinamarca, 1534 – 1588) – preocupado por la aparición de esta estrella – lo llamó a la corte nombrándolo embajador real. A partir de 1575 Tycho viajó por Europa consiguiendo obras de arte, adornos y trabajos para el castillo Elsinore que Federico II construía. Los viajes permitieron a Tycho Brahe conocer diferentes, ciudades, observatorios y universidades europeas en Basilea, Suiza; Frankfurt y Kassel en Alemania y Venecia en Italia.
A su regreso en 1576, quiso dejar la corte e irse a Basilea, Suiza, para dedicarse de lleno a la Astronomía. Pero Federico II le ofreció la isla de Hven y los fondos necesarios para construir los mejores observatorios astronómicos en toda Europa.
Tycho Brahe no fue el único cautivado por la supernova de 1572. El jesuita Christopher Clavius (Bamberg, Bavaria, Alemania, 1538 – 1612) la observó y estudió de forma independiente. Sus observaciones las incluyo en una de sus obras más importantes, la edición de 1585 de “Comentarios sobre De Sphaera Mundi de Johannes de Sacrobosco (1570)”[1]. Otros famosos testigos del evento fueron los astrónomos y matemáticos Thomas Digges (Wootton, Kent, Inglaterra, c1546 – 1595) y Michael Maestlin (Göppingen, Alemania, 1550 – 1631); y el astrónomo, matemático, alquimista, astrólogo y ocultista John Dee (Londres, Inglaterra, 1527 – 1609).
Sin embargo, nadie obtuvo tanta fama y prestigio como Tycho.
La Stella Nova también captó la atención de las artes. La astrofísica británica Cecilia Helena Payne-Gaposchkin (Wendover, Buckinghamshire, Inglaterra, 1900 – 1979), quien estudió la composición y evolución de estrellas variables y de alta luminosidad, descubrió varias menciones a la vida Tycho Brahe en algunos escritos de William Shakespeare (Stratford-upon-Avon, Inglaterra, 1564 – 1616).
En su infancia seguramente Shakespeare fue testigo de la supernova; y de adulto debió escuchar del gran astrónomo Tycho Brahe. Cecilia Payne-Gaposchkin identificó en Hamlet que el castillo de Elsinore tiene el mismo nombre donde Federico II construyó el suyo llamado Kronborg. Hamlet se graduó de Wittenberg, una de las universidades visitadas por Brahe. Guildenstern y Rosencrantz, cortesanos en la obra de Hamlet, eran Knud Gyldenstierne y Frederick Rosenkrantz nobles daneses, familiares de Tycho, enviados a Londres en una misión diplomática.
La supernova SN 1572 se observó durante 18 meses, hasta abril de 1574.
FOTO DE PORTADA: “Posible registro de la SN 1054 (c sX – XII)” petroglifo de la cultura Anasazi en el Cañón del Chaco, Nuevo México, foto de Greg Willis (de Denver Colorado, septiembre 22, 2011).