En la conferencia «Mitos del amor romántico y su vinculación con la violencia», Carolina Armenta expuso algunos de los hallazgos de la investigación que realiza como parte del Doctorado Interinstitucional en Investigación Psicológica del ITESO y la Ibero Ciudad de México
Lo vemos en memes, infografías, películas, canciones, dentro del núcleo familiar, con las y los amigos: las personas deben buscar a su media naranja y una vez que la encuentran deben tener exclusividad, llegar al matrimonio y perdonar todo porque el amor todo lo puede. Estas ideas son algunas de las más recurrentes del llamado amor romántico, un patrón de creencias que, desde la perspectiva de Carolina Armenta, integra un sistema de control que sigue condicionando las relaciones entre mujeres y hombres, afectando sobre todo a las primeras. Ésa fue la línea por la que se condujo la charla “Mitos del amor romántico y su vinculación con la violencia”, organizada por el Doctorado Interinstitucional en Investigación Psicológica de la Ibero Ciudad de México y el ITESO, además del Comité de Igualdad de Género y el Conjunto Estructurado de Género de la Universidad.
Carolina Armenta Hurtarte comenzó su exposición presentando los datos más recientes de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh), realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía en 2021 y según la cual 70.1 por ciento de las mujeres en México ha experimentado algún tipo de violencia, siendo la psicológica, la sexual y la física las más recurrentes. Pero, enfatizó la investigadora, “las violencias ocurren en conjunto y todas son importantes”.
Para ir entrando en materia, señaló que de los 47.3 millones de mujeres en el país que tienen o han tenido una relación de pareja, 39.9 por ciento ha sufrido algún tipo de violencia. En esta línea, las más recurrentes son la violencia psicológica, la económica-patrimonial, la física y la sexual. En ese sentido, dijo Armenta Hurtarte, es posible afirmar que “la relación de pareja es un espacio peligroso para las mujeres”, sobre todo teniendo en cuenta que toda la estructura social tiende vincular a las mujeres con el amor y las relaciones afectivas, convirtiéndolo en un eje rector y una prioridad en el proyecto de vida, mientras que para los hombres se enfatizan aspectos como el reconocimiento social, dejando las relaciones afectivas en segundo plano. Y si bien algunas cosas han cambiado, dijo la investigadora de la Ibero Ciudad de México, “la violencia sigue siendo usada para mantener el estatus en el sistema patriarcal”.
En este esquema, continuó, el llamado amor romántico sigue perpetuando normas y mandatos que son diferentes para hombres que para mujeres y cuyo trasfondo sigue siendo el poder. “Permanece la idea del amor total que termina borrando al individuo”, dijo Carolina Armenta, y subrayó que es importante entender que estos conceptos van cambiando, por lo que “es importante verlos desde una perspectiva histórica para apreciar qué se ha ido transformando y qué es lo que se ha perpetuado”.
En la recta final de su exposición, la investigadora compartió los resultados de tres estudios que se realizaron entre mujeres de clase alta de Ciudad de México con acceso a internet. Aunque reconoció que “son estudios cuantitativos que tienen ciertas carencias”, también afirmó que “sí dan pistas de lo que está ocurriendo”. ¿Y qué está ocurriendo? Carolina Armenta compartió que se aprecian nuevos valores vinculados al amor romántico, más orientados al compañerismo, al respeto, al reconocimiento del individuo y al amor basado en el buen trato general.
Un hallazgo que resultó sorprendente, señaló, fue que, mientras más conocimiento hay del feminismo y de sus acciones, hay más idealización del amor, por lo que dijo que “no basta enumerar y reconocer los mitos del amor romántico, sino que es necesario llevar a cabo cambios en la estructura social”.
FOTO: Luis Ponciano