“El monte Everest crece un par de centímetros cada año; Baja California eventualmente será una isla; todo se está moviendo, la naturaleza siempre está cambiando”, comentó Enrique Santoyo, la tarde del 1 de abril, en el Café Scientifique ITESO.
El ingeniero civil y experto en mecánica de suelos, ofreció en la Casa ITESO Clavigero la charla “¡Se mueve! Mecánica de suelos en la conservación del patrimonio arquitectónico”, donde expuso, entre otros casos nacionales e internacionales, su experiencia en el Centro Histórico de Guadalajara, para lo cuales les pidió a los asistentes un ejercicio de imaginación.
“[Imaginen] unificar en un solo jardín el del convento y la Capilla de Aranzazú y recuperar la cruz urbana que alguna vez formaron los cuatro jardines, el Teatro Degollado y la Catedral; esta integración sin ninguna duda se transformaría en un espacio que elevaría la belleza del Centro Histórico de Guadalajara. Estoy convencido de que ambas propuestas se pueden implementar echando mano de los procedimientos de construcción adecuados y vigilando con rigor los efectos en las estructuras”.
Para Santoyo, quien ha participado en más de 2 mil 500 estudios del subsuelo en México, entre sus proyectos más significativos está su participación en la estabilización de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México. “Según los especialistas en monumentos, en nuestro país hay 20 mil construcciones religiosas; si uno imagina que 2 mil fueran importantes, el reto de mantenerlas vivas es gigantesco”.
Quien también fuera observador del proyecto de estabilización de la Torre de Pisa, afirmó: “Estoy convencido de que en Italia, arquitectos e ingenieros viven de la conservación de monumentos. Cualquier edificio que tenga 400 años de edad no puede estar en óptimas condiciones; como todo Italia es un museo y viven de los turistas, han aprendido esto”.
A decir de Santoyo, en México “estamos cometiendo un enorme error descuidando los monumentos; hay que tener la claridad de que la esencia de un país es su cultura”.
El actual director de TGC, una reconocida empresa de geotecnia, salpicó la velada de anécdotas de su larga experiencia, tanto en la construcción de grandes infraestructuras como presas, puentes y carreteras, como en la conservación de monumentos históricos. Un ejemplo es la supervisión de un hospital en Villahermosa, donde sugirió a los arquitectos que colocaran en un segundo piso la sala de operaciones y todo el equipo delicado. “No me hicieron caso y tras una inundación en el hospital todo se echó a perder durante más de seis meses”.
En otra ocasión, en los albores del desarrollo de Huatulco como destino turístico, solicitó hablar con la persona más vieja del pueblo, quien le contó de una tormenta tropical que hizo desaparecer la laguna y gran parte de su fauna, lo que le hizo sugerir a los constructores de uno de los hoteles que los muros no estuvieran ligados a las columnas, para que “cuando llegara a bajar la corriente, el agua tirara los muros y pasara libremente, y luego volver a alzar los muros”.
El reto para los ingenieros, finalizó, tiene que ver con “cómo adaptar una presa, un puente o algo que no es estable. A los ojos de los humanos sí lo es, pero en lapsos de tiempo amplios, nada lo es”.
Para escuchar completa la conferencia de Santoyo y obtener más información del Café Scientifique ITESO, ingresa a la página cultura.iteso.mx/cafe.Texto Maya Viesca Foto Archivo