Te invitamos a leer las historias de tres mujeres que impulsan cambios en su entorno desde la Economía Social

Por Diana Lozano

El Laboratorio de Intervención y Formación en Economía Social (LIFES) del Centro Universidad Empresa del ITESO es una propuesta que tiene como objetivo contribuir a través de la vinculación entre actores de la economía social, la formación integral y la intervención en escenarios al desarrollo social, cultural, económico de la región para el mejoramiento de las condiciones de vida de la comunidad. De esa forma, LIFES se constituye en un programa para el desarrollo de emprendedores colaborativos y de acompañamiento a iniciativas colectivas o cooperativas en operación, a través de acciones de Formación, Intervención, Vinculación y Gestión.

A través del LIFES incentivamos la participación activa y equitativa de las mujeres desde la Economía Social (ES), porque uno de los atributos de la economía social es que permite visualizar acciones en muchos sectores económicos que la economía dominante actual no los toma en cuenta ni les da importancia, por ejemplo, la economía del cuidado, que es ejercida por mujeres aproximadamente en un 64 % en México. El impacto social y económico del trabajo no remunerado es invisible a los ojos de la economía de mercado que prevalece, sin embargo, a los ojos de la economía social no solo se le da un lugar, sino que se promueve la equidad, la justicia y el buen vivir y en ese tenor, también hay un espacio interesante para las economías feministas en la Economía Social.

Una mujer que impulsa proyectos de Economía Social: Stella Maris, coordinadora del Laboratorio de Intervención y Formación en Economía Social y Solidaria del ITESO

 

La gestión, el diseño y la ejecución de proyectos en territorios para el desarrollo productivo y el combate a la desigualdad es lo que la distingue como una mujer que día a día trabaja para impulsar y vincular proyectos que apoyan a mujeres y comunidades desde un enfoque de Economía Social y Solidaria.

Para Stella, diversos sucesos en historia personal de alguna manera influyeron en el tipo de apuestas para impulsar la Economía Social: su familia siempre se vio beneficiada de participar en una mutual. “Desde que nací tengo relación con la Economía Social. Doy fe que las mutuales nos dieron, como familia, acceso a muchos servicios que de otra manera hubiera sido muy difícil acceder”.

Reconocida por más de 18 años de trayectoria en el Centro Universidad Empresa, es ahora coordinadora del Laboratorio de Intervención y Formación de Economía Social, brindando servicios de acompañamiento y formación a mujeres que les interese emprender o desarrollar actividades productivas de manera colectiva, viviendo los valores y principios de la Economía Social. Los programas de formación tienen como objetivo visualizar la economía social y plantearlo como una alternativa económica y social diferente. “Hay diferentes programas formativos según el público, como el programa de Formación de líderes comunitarios para la promoción de la Economía Social, que justamente el 95 % de las participantes son mujeres.”

“La Economía Social pone al centro a las personas y da valor al trabajo que cada quien puede aportar y que ir juntas colectivamente, aunque muchas veces pueda ser más complejo, siempre será mejor, porque solas llegamos más rápido, pero juntas llegamos más lejos.”

Una mujer formada y formadora en Economía Social: Andrea Escobar, orientadora en ES

Ser el vínculo de formación de otras mujeres que permita desarrollar competencias para la comprensión y la aplicación de la economía social en cooperativas, actores de instancias gubernamentales, fundaciones, etcétera, es lo que le da sentido a su vida.

Andrea Escobar es artista visual, dedica parte de su tiempo a la creación y actualmente trabaja en la Colmena de Villa de Guadalupe y el Parque Agroecológico de Zapopan, en el área de educación ambiental, agroecología y economía solidaria.

“Llegué a la economía social desde la agroecología, pues dentro de la segunda se practica el trueque y surgen propuestas de comercialización dentro de la ES”. Interesada en contribuir con una mirada humana, social y de lucha por la justicia, igualdad y cuidado del medio ambiente, Andrea primero se formó como Orientadora en Economía Social, en un proceso ofertado y conducido por el LIFES, donde se destacó por su gran sinergia con los valores y principios de este programa.

Para ella es importante que cada vez existan más mujeres con esa formación porque existen muchas productoras que se desenvuelven desde el ámbito artesanal, individual y casero que podrían obtener mayor alcance para sus emprendimientos con un menor desgaste personal, aplicando la filosofía, los medios y propuestas de la ES.

“La incertidumbre que sentimos al afrontarnos al cuestionamiento de cómo generar nuestro sustento es porque hemos aprendido a trabajar desde lo individual, pero todo mejora al actuar en comunidad con solidaridad.”

Una mujer activa en el emprendimiento colectivo: Susana García, emprendedora del Colectivo de Ñoi

Susana es egresada de la carrera de Administración de Empresas y Emprendimiento del ITESO y además mixteca de origen y corazón. A través de las artesanías trabaja para dignificar el trabajo de los artesanos, sobre todo en la cultura y comunidades de pueblos originarios, porque son productos hechos a mano que van con un pedacito del alma del artesano.

La educación que le brindaron sus padres fue la clave para que Susana participe de manera activa en proyectos colectivos. “En mi familia se acostumbra un término que llamamos Tekio, que significa trabajar en comunidad o en conjunto para lograr un objetivo por el bien común; día a día lo vivimos, por eso ya es muy natural para mí trabajar por un comercio justo. Después de colaborar con mis hermanas que siempre han trabajado en un grupo como líderes de mujeres, nació la inquietud de emprender ÑOI, un colectivo que invita a generar conciencia en las personas para que respeten y valoren las diversidades culturales que hay en el país, evitando que estas desaparezcan día tras día.”

ÑOI es el punto referencia entre productoras a quienes se les dificulta el acceso a la ciudad con empresas que se dedican al consumo de grandes volúmenes de negocios locales. La calidad de sus productos hechos a mano, la honestidad y el respeto son los valores clave que permanecen en cada uno de los corazones de las personas que integran ÑOI.

“En ITESO fue que aprendí más de la economía social y solidaria, fue cuando dije, ‘ah, pues exactamente eso somos, qué raro que tengan que estudiarlo’, la verdad lo entendí rápido, porque encontré el equilibrio entre la cultura occidental y mi cultura mixteca.”

La importancia de que las mujeres participen de manera activa en emprendimientos colectivos va más allá de un sustento económico. “He observado que hay muchas mujeres indígenas que dependen de un hombre, pero cuando ven a otra mujer trabajando, que puede salir adelante sin depender de nadie o que es líder, se dan cuenta de que hay otras posibilidades, otras opciones de vida que le permitirán alejarse de un hombre que las maltrata, aun sabiendo que serán madres solteras. Me gusta que las mujeres se motiven entre ellas mismas, que luchen por sus sueños y su autonomía”.

Susana cierra con esta frase: “Como mujer indígena y emprendedora con enfoque en la economía social y solidaria, quiero invitarlas a que valoren el trabajo de sus manos, a que reconozcan su identidad, para poder hablar sobre ello a otras personas y llevar a cabo un comercio justo, eso ayuda que trasciendan nuestras técnicas artesanales a través de los años”.

FOTOS: Diana Lozano, Ana Ramírez, Andrés López y Cultura Jalisco