El satélite natural de la Tierra fue el tema de la última sesión del año de Café Scientifique, que en febrero de 2016 volverá a la Casa ITESO Clavigero.
¿Qué hace la Luna por nosotros? ¿Realmente la necesitamos?
Sí, respondió Maggie Aderin-Pocock, divulgadora científica británica, en la última sesión del año de Café Scientifique, el martes 1 de diciembre en la Casa ITESO Clavigero.
La Luna es una protectora del planeta; la evidencia está en las marcas que tiene en su superficie, producto del impacto de asteroides que se dirigían a la Tierra, explicó la copresentadora del programa de la BBC The Sky at Night.
Existen varias teorías sobre cómo se formó este satélite natural, una de las cuales afirma que es el resultado de que un planeta del tamaño de Marte se estrelló contra la Tierra; lo que es un hecho es que cada vez la Luna se va alejando en la misma proporción que crecen las uñas, lo que hace que los días sean más largos, explicó Aderin-Pocock.
“En un futuro sí afectará; la Luna y la Tierra dependen uno del otro. Es como poner un balón de básquet en mi dedo: si lo hago girar rápido se mantiene, pero si empieza a bajar la velocidad entonces la pelota comenzará a tambalearse”.
Neil Armstrong situó algunos espejos en la superficie lunar, con los que ha sido posible medir dicho alejamiento.
“Una de las cosas que podría pasar es que los polos –norte y sur– podrían situarse en el Ecuador y comenzarían a derretirse, cambiaría el clima”, mencionó Aderin-Pocock en una charla en la que compartió su pasión no solo por el satélite natural de la Tierra, sino también por los artefactos artificiales que influyen en la vida diaria y que cambian la concepción que hay del espacio.
Tan solo en una hora las personas pueden interactuar, sin darse cuenta, con más de una decena de satélites al consultar el clima, recibir su señal de televisión o revisar su GPS.