Explorar la influencia del anime en nuestra ciudad, como parte de la trascendencia de la cultura de Japón en nuestro país fue uno de los temas de la investigación del PAP Mirar la ciudad con otros ojos.  

Por Amanda Lozano García y Aitana Rangel Garibay 

 

Al caminar por el tianguis cultural de Guadalajara, un lugar donde comerciantes locales se reúnen a vender sus productos y se presentan conciertos de rock y danzas tradicionales, hay algo que llama nuestra atención. La mayoría de los negocios venden playeras, manga —historietas japonesas—, ilustraciones, pósters, figuras y esculturas de un género en particular: el anime 

La palabra anime —japonización de la palabra inglesa animation— se refiere a la animación japonesa de dibujos e ilustraciones. El equivalente del manga en Occidente serían los famosos comics popularizados por Estados Unidos hace varias décadas, aunque el anime y el manga se inspiran en el folklor japonés, en historias fantásticas y leyendas así como en la reinterpretación de lugares de Occidente; todos estos elementos le otorgan una importancia cultural a estas expresiones artísticas. Existen múltiples subgéneros del anime, algunos dirigidos a audiencias como niños y niñas, mientras que existen otros dirigidos únicamente a audiencias maduras. 

La llegada del anime a México fue de la mano de Astroboy a finales de la década de los sesenta. A partir de esto el interés por el anime fue aumentando y dio paso a múltiples producciones japonesas, las cuales se transmitían por el Canal 5 de la televisión.  

Series como Astroboy, Kimba el León Blanco, Meteoro, Heidi, Marco, Remi, La Abeja Maya, José Miel, Las aventuras de Gigi y otras son las precursoras de este fenómeno. Poco tiempo después, a finales de los setenta y en los ochenta, se suman otras como Fuerza G, Maco, la Sirena Enamorada, Ángel, El Rey Arturo, Capitán Centella, Mazinger Z, Robotech (Macross), Candy Candy, Ulises 31, Voltrón, Supermagnetrón y algunas más. Ya en los años noventa aparecen Supercampeones, Fiebre de Fútbol, Caballeros del Zodiaco, Sailor Moon, Dragon Ball, El Duende Mágico, Cuentos de los Hermanos Green, Mikami, La Legión Japonesa, La Caza Fantasmas... 

En las últimas décadas la influencia japonesa ha aumentado por múltiples razones. El anime ha tenido un papel decisivo en el soft power —la capacidad de un Estado de incidir en otros actores o en sus intereses— de Japón. El anime ha sido utilizado como un recurso comunicativo para transmitir propaganda cultural, mensajes políticos y como una plataforma para difundir arte. 

Un estudio del World Population Review muestra que en 2022 México ocupa el décimo lugar en consumo de anime. En Guadalajara hay convenciones importantes como la ConCo —un evento dedicado a los amantes del anime y el manga— hasta la Frikiplaza, un espacio donde hay videojuegos y todo tipo de parafernalia de esta subcultura.  

Una práctica derivada del anime es el cosplay. El cosplay consiste en usar accesorios y prendas que representen a un personaje de anime. Esta práctica se ha popularizado en las últimas décadas y se ha llevado a un grado profesional, y son muchos los estudios de videojuegos y de animación que contratan a cosplayers para darles vida a sus personajes. En Guadalajara hay varias tiendas dedicadas a la venta de artículos para el cosplay profesional. Los aficionados a esta práctica crean eventos para lucir sus vestuarios y disfrutar de la cultura del anime. 

La cultura japonesa ha permeado múltiples aspectos de la cultura popular de tapatía y mexicana, y ha traído consigo una derrama económica que ha beneficiado a múltiples comerciantes. El fenómeno de la popularidad del anime va en aumento y se estima que en los siguientes cinco años el valor de esta industria crecerá exponencialmente. Japón y sus múltiples esfuerzos por compartir su cultura con el resto del mundo han creado vínculos interculturales que refuerzan las relaciones entre naciones. ¿Qué esperas para adentrarte al mundo del anime? 

Amanda Lozano García y Aitana Rangel Garibay son estudiantes de la Licenciatura en Relaciones Internacionales. Este artículo es parte de la investigación “Comunidades unidas: Japón en Guadalajara, II. La percepción social de la comunidad japonesa en el AMG” que se lleva a cabo en el PAP Mirar la ciudad con otros ojos. Memorias e Identidades, periodo de otoño de 2022. 

Ilustración: Khina Moreno Nuño