El proyecto fue encabezado por investigadoras del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y del Grupo Intersecretarial de Salud, Alimentación, Medio Ambiente y Competitividad (GISAMAC), quienes reunieron a un nutrido grupo de expertos y representantes de organismos nacionales, internacionales, de la sociedad civil y la academia.
Laura Patricia Arellano Gómez, profesora del Departamento de Psicología, Educación y Salud (DPES), representó al ITESO como parte de este panel de expertos. La académica señaló que estas guías obedecen al propósito de facilitar la transición de la población hacia patrones de dieta más saludables y sostenibles, con un impacto económico, nutrimental y social muy importante.
Estos proyectos dan fe de la calidad, experiencia, rigor académico y del sentido de responsabilidad del cuerpo académico de la Licenciatura en Nutrición del ITESO, afirma Arellano Gómez. “No tenemos conflictos de interés, vamos en la misma línea del cuidado de las personas y no del bien económico, que al final se convierte en económico, pero no es lo que nos mueve principalmente”, dice.
Gracias a estas colaboraciones con instancias públicas y privadas, las y los estudiantes pueden acceder a información actual y de primera mano para estar al tanto de los últimos programas y políticas en torno al tema de la alimentación, apunta la catedrática. “Podemos involucrar a los estudiantes en los proyectos, evaluaciones e investigaciones a los que nos invitan. Es aprendizaje desde que reciben las capacitaciones para trabajar en investigaciones y proyectos de este nivel”, añade.
Sostenibilidad, el nuevo paradigma de la nutrición
A partir de Primavera 2023, el ITESO replanteó el plan de estudios de la Licenciatura en Nutrición para posicionar a los profesionales del área como actores con una importante injerencia en el bienestar de la población y del medio ambiente.
“Es otra forma de hacer nutrición: salirnos de esta idea de que la comida es contar calorías y nutrimentos, sino que tiene alcances, repercusiones y significados sociales y de otros tipos”, menciona.
Al respecto, Laura Arellano señala que este enfoque ha sido un claro diferenciador de la carrera en el ITESO, que obedece a las tendencias mundiales en la materia. La línea del nuevo plan de estudios coincide con las Guías Alimentarias.
Para la académica, el principal aporte de las Guías Alimentarias es la propuesta de una alimentación sostenible, “que sugiere que esta sea saludable no sólo para las personas, sino también para el planeta, a través de la disminución del consumo de carnes, embutidos y ultraprocesados, prefiriendo alimentos más frescos y naturales y procurando el consumo de agua”, menciona.
Sin embargo, advierte que “no es dejar de comer carne y ahora comer lechuga, sino comer frijoles, lentejas, habas. Se ve una considerable disminución de alimentos de origen animal versus de origen vegetal”.
A partir de estas recomendaciones, las guías buscan tener impacto en la producción masiva de alimentos y en el consumo y salud de las y los mexicanos. “Nos estamos saliendo de solamente fijarnos en los nutrientes y hablar de calorías, proteínas, carbohidratos. Es abordar la parte nutrimental, pero también en el impacto social, económico y ambiental que tiene”, comenta.
En resumen, las guías plantean consumir local y lo más fresco posible, disminuir el consumo de productos ultraprocesados y preferir lo agroecológico y orgánico, en la medida de lo posible.
“Otra cosa importante es el apoyo a la lactancia materna, que se ha estado perdiendo a pesar de que tiene un impacto muy alto: es bueno para los bebés, para las mamás, para las familias, para la salud y para el entorno”, añade.
Por último, la académica celebra que la última recomendación de las guías retome el aspecto social de la alimentación y refuerce la alimentación tradicional. “Procurar una alimentación rica, variada, fresca, colorida es la intención. Y que se busque compartir con los demás, es la cereza del pastel”, dice.