Vivimos una etapa crucial en la historia de la humanidad y es justamente por la profunda crisis social que ha generado la pandemia que el valor de la formación de las nuevas generaciones es para las y los maestros una tarea ineludible. Gracias profesoras y profesores, por su capacidad de reinvención y por su resiliencia.

En memoria de Felipe Alatorre †, Carlos Castañeda †, Jorge de Obeso † y Claudia Silvia Sánchez Calderón †.

Hace un año, ante la reciente contingencia por la covid-19, profesoras y profesores del ITESO adaptaron su labor para continuar con la transmisión de conocimientos a sus estudiantes. Aprender a usar las nuevas plataformas, rediseñar clases y contenidos, lidiar con la frustración y la incertidumbre, mantener viva la esperanza y ser soporte emocional de sus alumnas y alumnos: en ese mar se navegaba el Día del Maestro del 2020. 

Atrás quedaron los meses de adaptación a la “nueva normalidad” que tocó todos los aspectos de la sociedad; ahora, pese a que la crisis aún no ha acabado, la mirada está fija en la esperanza de volvernos a encontrar y motiva a quienes integramos a las instituciones educativas, desde el preescolar hasta los posgrados. 

Le pregunté a dos personajes del ámbito docente, una maestra y un maestro: Además de un pronto regreso, ¿qué hace que las y los profesores no claudiquen en su misión por formar a más personas?  

“Formar personas es una tarea irrenunciable”, me afirma categórico el profesor emérito Luis Felipe Gómez López. “¿Cómo se puede renunciar a eso? Las universidades, las escuelas e instituciones se dedican a la transmisión de una cultura muy especializada, que ha llevado a la humanidad hacia horizontes más amplios que cuando estas instituciones no existían; también generan conocimiento útil que permite elevar la calidad de vida no solo de los universitarios, sino de la población en general”. 

Por su parte, la profesora Carmen Díaz Alba señala dos compromisos fundamentales en su vocación formativa. El primero radica en la importancia de generar comunidad y respuestas colectivas ante la crisis, y desde la solidaridad nace el segundo compromiso, que es entender que como profesora su labor es sostener los espacios de transmisión de conocimiento de la mejor manera posible, “y no como si no estuviera pasando nada, sino haciendo presente que estábamos en medio de una crisis que, si bien cada quién la vive de manera distinta, a todos nos ha pegado de maneras terribles”. 

Carmen explica que esta crisis fue también un llamado de atención para hacer un alto y hacerse preguntas como ¿estamos respondiendo de la mejor forma a las necesidades que tenemos como sociedad?, o ¿qué hacemos para generar conocimientos útiles para ponerlos en práctica al servicio de la comunidad? 

“Uno de los aspectos que me hizo a mí no claudicar fue esta responsabilidad y deseo de cuidarnos colectivamente, que en mi caso incluye el generar vínculos con las y los alumnos. Esto se hacía de forma más automático cuando estábamos en lo presencial, pero cuando te enfrentas a la pantalla tienes que hacerte de herramientas para generar esos vínculos que te permitan construir la sensación de estar en un espacio de discusión colectiva, aunque no veas a las otras personas todo el tiempo”, añade. 

Si bien en lo formativo la pandemia ha sido una tragedia, la reflexión de Luis Felipe finca más aliento y esperanza al ejercicio de quienes están al frente del proceso docente porque a través de sus estudiantes transforman realidades sociales. “Estamos comprometidos con la formación, una formación que se pueda traducir en mayor bienestar para la población, y somos muchos los que creemos en que lo que hacemos cuando formamos estudiantes puede redundar en un beneficio para otros, no solo para los estudiantes, sino más allá y a través de ellos”.  

Carmen comenta que ella y sus colegas han quedado conmovidos por las reacciones y avances de sus estudiantes durante su proceso formativo dentro de esta crisis pandémica. “Estamos muy gratamente sorprendidos de la capacidad de reflexión, de la capacidad crítica de estudiantes que a pesar de estas condiciones tan difíciles no han dejado de hacer preguntas muy importantes y trabajos muy buenos. Dejarte tocar por esa capacidad de adaptación y de resiliencia de las y los estudiantes me parece bien importante, porque ellos tampoco tiraron la toalla”.  

Luis Felipe resalta vigorosamente la conciencia histórica. Vivimos una etapa crucial en la historia de la humanidad, por lo que “detener la formación, renunciar a ella, sería quedarnos quietos ante los problemas que en colectivo enfrentamos”. Este compromiso de las y los profesores, que desde el entendimiento que “nadie se salva solo”, es el que ha hecho que, aun a través de una pantalla, aun sin condiciones técnicas de conectividad en casa, aun con múltiples canales y sin límites en horarios de atención, las y los profesores siguen inspirando a sus estudiantes a ser los mejores para el mundo.  

Ellas y ellos son las y los profesores promovidos este año a la categoría de titular: 

Centro para la Gestión de la Innovación y la Tecnología (CEGINT)

Celia Ortiz García

Centro de Acompañamiento y Estudios Juveniles

Diana Astrid Aguiar Aguirre

Elízabeth Santos Lozano González

Coordinación de Innovación, Desarrollo y Exploración Académica (CIDEA)

Ricardo Jr. Ríos Dávila

Elba Karina Vázquez Garnica

Centro Interdisciplinario para la Formación y la Vinculación Social (CIFOVIS)

Catalina González Cosío Diez de Sollano

Centro de Promoción Cultural (CPC)

María Guadalupe Lira Beltrán

Julia Alejandra Magaña Nájera

Nancy Sámano Velázquez

Centro Universitario por la Dignidad y la Justicia “Francisco Suárez, SJ”

Mariana Espeleta Olivera

Centro Universidad Empresa (CUE)

Adriana Baca Muro

Carlos Andrés López Romero

Departamento de Economía, Administración y Mercadología (DEAM)

Pablo Emiliano Arredondo Zermeño

Santiago Antonio Casillas Aceves

Lucía De Obeso Gómez

Isabel Fariña Martínez

Daniela Gómez Montemayor

Alejandro Guillén Lagunes

Carlos López Monsalvo

Montserrat del Carmen Moncada Navarro

Fernando Ortiz Cueva

Josefina Robles Uribe

Departamento de Lenguas (DEL)

Karina Decyré Rengifo Mattos

Pamela Sigala Villa

Departamento de Electrónica, Sistemas e Informática (DESI)

José Francisco Cervantes Álvarez

Alberto De Obeso Orendáin

Germán Franco Castellanos

Luis Enrique Garabito Siordia

Luis Enrique González Jiménez

Luis Fernando Gutiérrez Preciado

Leonardo Ochoa Martínez

Rodrigo Villalobos Manzo

Norma Isabel Villanueva Paredes

Departamento de Estudios Socioculturales (DESO)

Vicente Eduardo Addiego Fernández

Departamento de Estudios Sopolíticos y Jurídicos (DESOJ)

Claudia Corona Marseille

Adriana González Arias

Karina Anaid Hermosillo Ramírez

Jesús Rivera Fermán

Rosa Gloria Sides Mayoral

Guillermo Valle Ramírez

Departamento de Formación Humana (DFH)

Francisco Macías Medina

Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano (DHDU)

Fernando Casas de la Peña

Javier de la Torre Escoto

José Javier Gómez Álvarez Pérez

Jared Jiménez Rodríguez

León Leroy Zoeger

Emmanuel Luna Arellano

María Laura Marceira Ochoa

Adolfo Preciado Quiroz

Dirección de Información Académica (DIA)

Diego Noel Ramos Rojas

Dirección de Integración Comunitaria

Iliana Martínez Hernández Mejía

Departamento de Matemáticas y Física (DMAF)

Rocío Carrasco Navarro

Adolfo Gallegos Jiménez

Riemann Ruiz Cruz

Alberto Emmanuel Sánchez Hernández

Juan Diego Sánchez Torres

Ettore Ciro Vassallo Brigneti

Departamento de Psicología, Educación y Salud (DPES)

Christian Omar Grimaldo Rodríguez

Departamento de Procesos Tecnológicos e Industriales (DPTI)

Luis Edmundo Garrido Sánchez

Miguel Ángel Ramírez Guzmán

Luis David Rizo Decelis

Jaime Severino Romo

Dirección de Servicios Escolares (DSE)

Roberto Enrique Heria Covarrubias

Ilustración: Laura Maceira, profesora del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano