Sean Nicolas González, profesor de posgrado en el ITESO, desarrolló un modelo matemático que genera estrategias de inversión basadas las características del mercado bursátil mexicano, con el fin de guiar a pequeños inversionistas y asesores financieros  

Por Diana Alonso

Invertir dinero no sólo representa la posibilidad de hacerlo crecer, también puede ser un recurso para asegurar un retiro digno, un fondo de emergencias, apoyar al desarrollo de empresas y conseguir cierta libertad financiera. No obstante, sólo alrededor del tres por ciento de los mexicanos tienen una inversión bursátil, a diferencia de Estados Unidos, donde aproximadamente 55 por ciento de la población invierte en la bolsa 

Esto se debe a diversos factores relacionados con la cultura financiera del país. Muchas personas temen perder sus inversiones, desconfían del sistema económico o enfrentan barreras estructurales. También se tienen hábitos de ahorro tradicionales, con enfoque a corto plazo. Según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, tan sólo el ocho punto dos por ciento de los mexicanos tienen su dinero en instrumentos formales de ahorro.  

Sean Nicolas González profesor de la  Maestría en Ciencia de Datos y de la carrera de Ingeniería Financiera trabajó en una fintech dedicada al fomento del ahorro y a diseñar portafolios de inversión. A partir de esta experiencia y en colaboración con su asesor de tesis Juan Diego Sánchez, coordinador de la carrera en Ingeniería Financiera, desarrolló un modelo matemático que optimiza la asignación de activos financieros a través de la simulación. En términos simples, el modelo busca identificar las opciones de inversión en base a la liquidez del mercado mexicano sin sacrificar un buen rendimiento ajustado al riesgo. 

“El problema es que todo lo relacionado con finanzas (en cuanto a modelos de matemáticos), se planteó a partir de la bolsa de Nueva York, que tiene características muy diferentes con respecto a la mexicana, en la que hay menos acciones, menos empresas, por lo tanto, menos inversionistas. Todo eso desemboca en un problema de menor liquidez”, menciona.  

La investigación, titulada Liquidity-Adjusted Sharpe Ratio, retoma la asignación de activos (asset allocation), que comúnmente se ha enfocado en el rendimiento y el riesgo de mercado, e incorporó la variante de la liquidez, es decir, la facilidad con la que un activo puede comprarse o venderse. Un elemento determinante en el mercado bursátil nacional. González sugiere que además de pensar en el rendimiento y los riesgos de una inversión, en este contexto, también se comience a pensar “¿Cuánto se puede llegar a perder por la dificultad de vender un activo?”.  

“Mi idea es implementarlo en más mercados […] también hay mercados que no son tan líquidos: como el europeo, el japonés o el chino”, añade González, quien además de la investigación lidera el Proyecto de Aplicación Profesional (PAP), Programa de Inversión en Intermediarios Financieros, en colaboración con Luis Felipe Gómez, que apoya a instituciones financieras pequeñas y asesores en inversiones independientes con el objetivo de brindarles herramientas para que puedan ofrecer servicios de inversión a personas con menor capital, fomentando así la cultura del ahorro.  

El PAP ha trabajado con fintechs, instituciones gubernamentales y asesores patrimoniales. Uno de los primeros aliados fue una firma enfocada en mujeres inversionistas, logrando una participación del 60 por ciento femenina, cifra poco común en el sector. “El ámbito financiero es muy machista. Normalmente la mayoría de los clientes son hombres. Estamos hablando de 80 hombres por 20 mujeres”, explica.  

Actualmente, el proyecto ha ampliado su alcance mediante la colaboración con el Centro Interdisciplinario para la Formación y Vinculación Social (CIFOVIS), en el proyecto San Juan Sustentable, una iniciativa enfocada en automatizar procesos financieros desde una perspectiva comunitaria. También se ha sumado Impulso Patrimonial, asesor independiente en inversiones, registrado ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), para quien se desarrolla un dashboard interactivo que facilite el monitoreo de los mercados. De igual forma, se inició una colaboración con la Comisión Nacional de la Industria Tequilera y la Secretaría de Desarrollo Económico, con el mismo objetivo: automatizar procesos financieros para incentivar el desarrollo económico-financiero del país. 

 

FOTO: Zyan André