Pobladores de Mezcala de la Asunción y San Pedro Itzicán denuncian al Estado mexicano por la posible violación de sus derechos humanos al agua, al saneamiento y al medio ambiente sano. Con las pruebas resultantes de un trabajo de investigación multidisciplinar, el ITESO representará a las familias afectadas en la próxima audiencia del Tribunal Latinoamericano del Agua, que se realizará en la universidad del 22 al 26 de octubre.
Delia Magallón tiene una vista impactante desde su ventana. Todos los días convive con el lago más grande de México, Chapala. De él, su familia ha obtenido peces para su comida diaria y agua para uso y consumo cotidiano. Pero también obtuvo la Enfermedad Renal Crónica (ERC). Su hermano, su hijo y tres de sus nietos, uno de los cuales falleció por esta causa, también la han padecido.
El caso de la señora Delia Magallón se suma a las estadísticas que hacen de Jalisco la segunda entidad a nivel mundial con más casos de Enfermedad Renal Terminal (ERT), aún por arriba de la cifra nacional de países como Estados Unidos, Singapur y Japón, de acuerdo con información del Sistema de Datos Renales de Estados Unidos (USRDS, por sus siglas en inglés).
El deterioro de la calidad del agua de este lago, debido principalmente a actividades industriales, tienen afectaciones a la salud de los pobladores de las comunidades ribereñas de Mezcala de Asunción y San Pedro Itzicán. Esta es una de las conclusiones a las que llegó un equipo de investigadores del ITESO, coordinados por Carlos Peralta Varela, profesor del Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos (SOJ).
El caso de estas dos comunidades será presentado ante el Tribunal Latinoamericano del Agua (TLA), el cual realizará su XII Audiencia Pública Internacional en el campus del ITESO, del 22 al 26 de octubre. Los pobladores denuncian violaciones sistemáticas a sus derechos humanos fundamentales al agua, al saneamiento y al medio ambiente sano por parte del Estado mexicano, ya que este ha sido omiso, desde diferentes niveles en proteger y garantizar su bienestar a través de la aplicación y vigilancia de las leyes competentes.
Aunque el Tribunal Latinoamericano del Agua es una instancia de justicia alternativa no vinculante, “nuestra apuesta es hacer difusión social y política de la problemática, para evidenciar lo que está pasando y que haya una respuesta por parte del gobierno”, compartió el investigador.
Si bien, el caso no pretende afirmar que la causa de los males es exclusivamente por el agua del lago, sí busca mostrar el hecho de que la contaminación de Chapala tiene un efecto directo en la calidad de vida de las poblaciones cercanas.
Las consecuencias podrían no ser solo para las comunidades ribereñas. La Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) obtiene hasta un 60 por ciento del agua que consume de este lago. “Nada nos dice que no nos va a llegar a nosotros, porque la planta de tratamiento que existe no cubre todo el espectro de metales y otro tipo de desechos que presenta el agua de Chapala”, advirtió Carlos Peralta, líder de la investigación.
Problemas del riñón: enfermedad endémica
A la fecha, no existe un censo oficial de decesos o enfermos, pero pobladores de Mezcala reportan 23 muertes por insuficiencia renal, mientras que hay 11 personas con afectaciones varias al riñón, entre niños y adultos, tan solo en el último año. “Los más afectados son jóvenes de entre 18 y 26 años”, relata Carlos Peralta, de acuerdo con la investigación realizada.
“La Secretaría de Salud de Jalisco dice que hay alrededor de 600 personas con algún tipo de tratamiento por causas renales. De acuerdo a estudios conducidos por la Universidad de Guadalajara, prácticamente el 40 por ciento de los habitantes de la ranchería Agua Caliente, ubicada a tres kilómetros de San Pedro Itzicán, tuvo algún problema de enfermedad renal”, comentó el investigador.
La economía familiar de quienes padecen enfermedades del riñón también se ve afectada. Aunado a que la gente de la región es de escasos recursos, “cualquier enfermedad los saca de su estabilidad. En el caso de una enfermedad renal, tienen que hacer un desembolso muy fuerte y cotidiano para los tratamientos y traslados. Lo que ellos manejan es que ‘no es una enfermedad que mata, es una enfermedad que te mata cuando se te acaba el dinero’”, sentenció.
De acuerdo con la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ), en su recomendación 8/2018, un habitante de estas comunidades gasta aproximadamente 3 mil 375 pesos mensuales únicamente en transportarse a las unidades de salud en la ZMG, ya que no cuentan con los servicios necesarios en su lugar de origen. Debido a que este padecimiento no es cubierto por el Seguro Popular, a ello se suma un costo anual estimado de hasta 168 mil pesos por tres sesiones de diálisis por semana, según datos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
En el caso de San Pedro Itzicán, el agua que consume cerca de la mitad de la población proviene de un pozo de agua hipertermal, que como tal, puede contener elementos como azufre, sodio, arsénico y plomo, entre otros. El único tratamiento que se le da a esta agua, previo a su consumo, es un proceso de enfriamiento y cloro, que poco hace por potabilizar el líquido.
Un trabajo interdisciplinario
Para simplificar la interpretación de los datos provistos por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), vía transparencia, a través de un análisis estadístico, el equipo liderado por Carlos Peralta pidió apoyo de investigadores del Departamento de Matemáticas y Física (DMAF) del ITESO, que conformarán la nueva Maestría de Ciencia de Datos que la universidad abrirá en 2019.
El primer reto para el equipo fue, según Riemann Ruiz Cruz, profesor de DMAF, organizar la información de la Conagua. “Nos dieron una base de datos sucia, como se le conoce en Ciencia de Datos. Hay datos erróneos, duplicados y que no sabes si tienen coherencia o no”.
Y es que los investigadores encontraron que la dependencia no cuenta con una metodología confiable para llevar a cabo las mediciones de calidad del agua del lago de Chapala. De 2012 a la fecha, las 34 estaciones de monitoreo reportaron únicamente entre nueve y 12 mediciones, en temporadas indistintas
“También encontramos que no tienen una regla para el llenado de los datos. Alguna vez el resultado de la medición pudo haber sido 40 y a la hora de capturar pusieron ‘más de 20’. En la misma estación, diferente año, se capturó ‘más de 10’, que puede significar mil o puede significar 20”, señaló Riemann Ruiz.
Una segunda parte del análisis de datos fue comparar los valores reportados en el lago de Chapala con Normas Oficiales Mexicanas (NOM) y normas internacionales. “Ahí es donde empezamos a tener cosas interesantes. En algunos casos encontramos niveles de contaminantes muy por arriba de los parámetros tanto de las normas internacionales como mexicanas”, afirmó.
El equipo de Ciencia de Datos proporcionó también una interpretación espacial, para determinar la distribución de ciertos contaminantes en las diferentes áreas del lago y encontrar si era geográficamente relevante lo encontrado para las comunidades de Mezcala y San Pedro Itzicán.
“De los parámetros más críticos encontramos la presencia de coliformes fecales en todo el lago en general; principalmente la bacteria E.Coli (Escherichia coli) está muy por arriba de la norma. Hablamos de más del mil por ciento”, advirtió el profesor.
José Bernardo Cotero Ochoa, director del DMAF, recordó que estos son los únicos datos con los que se puede trabajar, ya que la legislación mexicana prohíbe que alguien ajeno a la Conagua haga muestreos de cuerpos de agua en territorio nacional. Sin embargo, señaló que existe la tecnología para establecer un sistema de monitoreo inteligente, que provea de datos certeros para tomar mejores decisiones, “aunque primero habría que reformar la ley”, asentó.
Ana Sofía Macías, egresada de Ingeniería Ambiental y Loreto Soto, estudiante de la Maestría en Derechos Humanos y Paz, fungieron como auxiliares en la investigación; en tanto, Agustín Verduzco Espinosa, abogado y contralor en aspectos normativos de la universidad, será quien actúe como representante de los pobladores en la audiencia que se realizará ante el Tribunal, cuya sentencia se conocerá el día 26 de octubre.
También contribuyeron con esta investigación, estudiantes, egresadas y egresados de licenciatura y posgrado, bajo la conducción de Susana Herrera Lima, profesora del Departamento de Estudios Socioculturales del ITESO, en el levantamiento de testimonios de aproximadamente 40 habitantes de ambas comunidades, haciendo de este un trabajo interdisciplinario.