El horror, la indiferencia y las injusticias que enfrentan las mujeres en tiempos de guerra –y también de paz– fueron expuestas con todo detalle por Julissa Mantilla, experta en el tema y asesora de ONU Mujeres.
Julissa Mantilla, experta en perspectiva de género y derechos humanos, lleva años enfrentándose cara a cara con la atroz violencia que sufren ingentes cantidades de mujeres alrededor del mundo, algunas inmersas en el conflicto armado colombiano, otras en el peruano, otras en la guerra contra el narco en México, otras en la dictadura argentina o chilena, otras en sus ciudades y comunidades supuestamente “en paz” o en la intimidad de sus hogares, escuelas o la vía pública, siendo víctimas de parejas, familiares, profesores, acosadores, tratantes de blancas o violadores.
La confirmación de que la violencia sexual contra las mujeres es un asunto preocupantemente generalizado llegó pronto: ninguna de las mujeres presentes en la terraza de la biblioteca levantó la mano cuando Mantilla les pidió que señalaran quién no había sufrido jamás un acto de agresión sexual, desde una violación hasta una agresión verbal, pasando por insinuaciones o acoso. De las presentes, únicamente dos hicieron una denuncia formal.
“En el caso de la violencia sexual, la impunidad es una regla. Si esto pasa a nivel universitario… ¿Qué pasará en caso de guerra en una comunidad campesina? ¿Qué pasará en las casas donde una niña o una adolescente es violada por el papá o el padrastro?”, preguntó la asesora de ONU Mujeres y profesora de la Pontifica Universidad Católica del Perú, quien la semana pasada impartió en la Biblioteca del ITESO la conferencia “Violencia sexual y conflictos armados”, brindó un taller a profesores y habló en el Auditorio Pedro Arrupe, SJ sobre estos mismos temas.
La violencia sexual contra las mujeres no se denuncia, subrayó la experta, y en los pocos casos que se hace ellas son invisibilizadas, ignoradas por los sistemas judiciales de América Latina, que por regla general carecen por completo de una perspectiva de género. “El feminicidio es una muerte evitable”.
Mantilla recordó unas frases tristemente conocidas en los contextos latinoamericanos:
“Usted mijita no salga sola a la calle. Que tu papá te espere. Que tu hermano te lleve, si no, no sales… Vivimos en una sociedad en la que a las mujeres se nos cría para protegernos de la violación o el feminicidio”, lamentó quien ha sido integrante de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de su país natal y perita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
“Una sociedad que cría a sus mujeres para protegerse de la violación es una sociedad que acepta que la violación es inevitable ¿Por qué no empezamos a construir una sociedad en la que a los hombres se les diga: ‘oiga hermano, violar está mal; oiga, tomarle esa foto a la niña y colgarla [en Internet] no lo hace más macho’?”
En las guerras y conflictos armados, recordó, las mujeres son un botín; los combatientes las violan para vengarse y enviar un mensaje al enemigo, por ejemplo, los aliados que vejaron a cientos de alemanas en la Segunda Guerra Mundial.
La presencia de Mantilla en el ITESO (su correo es julissamantilla@gmail.com) fue posible gracias al trabajo de diversas instancias de la universidad, como la Semana de Relaciones Internacionales, el Programa de Derechos Humanos y Paz o el Colectivo CLIT. Texto Enrique González Foto Roberto Ornelas