Con la escalada de la violencia en esta parte del mundo, son prioritarios el respaldo y el fortalecimiento de la acción humanitaria, así como la atención al cese al fuego y la concreción de acuerdos con voluntades comprometidas que permitan generar nuevas condiciones para la paz
Por Guadalupe González Chávez, profesora del ITESO
A pesar de los grandes esfuerzos por encontrar una solución definitiva para el conflicto que más coloca en riesgo la paz internacional, y a pocas semanas de que se cumpla un año de que se conoció del agravamiento del conflicto que tiene lugar en Oriente Medio desde el 7 de octubre de 2023 entre Palestina e Israel, continúan la escalada y las diferentes tensiones y niveles del conflicto en la región —que también abarca el Mediterráneo, el occidente de Asia y el noreste de África—, y no se ha logrado una solución definitiva, a pesar de los esfuerzos tanto de la población como de diferentes instancias gubernamentales y no gubernamentales (en la región y otras partes del mundo).
“Que haya paz entre Palestina e Israel. No a la guerra, sí al diálogo”, fueron las palabras del papa Francisco el 5 de mayo de este año. “Que haya paz para que el diálogo entre ellos se fortalezca y dé buenos frutos”. Son palabras que representan el deseo de las poblaciones afectadas y de quienes han apoyado la búsqueda de una alternativa que asegure la convivencia permanente entre los pueblos que habitan la zona.
Ahora se han acercado las posiciones de la comunidad internacional para una solución con el apoyo de las comunidades de países vecinos. Primero en la Asamblea General de la ONU, que representa a los 193 países miembros de la organización. Sin embargo, ha sido más difícil lograr consenso en el Consejo de Seguridad de la ONU, el órgano permanente responsable de abordar en primera instancia los problemas urgentes de la paz y la seguridad internacionales.
México y la gran mayoría de países de la comunidad internacional se han pronunciado reiteradamente a favor del fin de la confrontación militar y de una solución definitiva que atienda la ejecución de lo planteado por la ONU desde hace más de siete décadas, que busca garantizar el derecho a existir tanto de Palestina como de Israel.
La pérdida de vidas y del hábitat al sur de Palestina, en Gaza, se ha agravado y son ya más de 30 mil personas, la gran mayoría civiles, que han muerto a causa del conflicto desde el recrudecimiento de la confrontación entre el Estado de Israel y el grupo palestino Hamás, que asaltó a civiles israelíes y de otras nacionalidades, capturando rehenes y dejando muertos y heridos en la región fronteriza con Gaza en octubre del año pasado.
En abril de este año, el secretario general de la ONU, António Guterres, instó a la máxima moderación en una región que identificó como al borde del abismo, alertando ante acciones que pudieran conducir a grandes enfrentamientos militares en Oriente Medio. La organización se ha manifestado en favor de que se hagan investigaciones exhaustivas e independientes ante la información creciente de personas afectadas y las noticias de lo que está ocurriendo en medio del conflicto.
Según ha indicado ONUSAT, el Centro de Satélites de la ONU, más de la mitad de las estructuras de la ciudad de Gaza se encuentran destruidas o dañadas desde principios de mayo. Este julio, Naciones Unidas ha llamado la atención sobre el desplazamiento de 84 mil personas por las escaladas de bombardeos israelíes, así como por el aumento del riesgo de una inminente hambruna y las dificultades para las actividades de ayuda humanitaria, así como para el acceso a agua, alimentos, combustible, atención médica.
De acuerdo con lo reportado por Louise Wateridge, vocera de la Agencia de Ayuda de Naciones Unidas para Refugiados Palestinos, continúa creciendo el número de desplazados. Por su parte, Volker Türk, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, ha sostenido que las matanzas, la destrucción y las violaciones generalizadas de los derechos humanos son inaceptables y deben cesar de inmediato. Destaca, además, que en la región palestina ocupada por Israel en Cisjordania han ocurrido más de 500 muertes de palestinos desde octubre del año pasado.
México se ha unido a la comunidad internacional en favor de una solución permanente y duradera del conflicto que respete el derecho de ambos pueblos, y ha apoyado a los mexicanos en situación de riesgo en la región. Somos un país de recepción y apoyo humanitario ante las diferentes situaciones de conflicto en diferentes regiones del mundo.
En la última semana de mayo, el gobierno de México expresó, en voz de la secretaria de Relaciones Exteriores, sus condolencias y solidaridad a la madre y al padre de Orión Hernández Radoux, ciudadano mexicano francés que perdió la vida entre los civiles afectados que se encontraban en el festival musical “Nova”, en Israel, cuando ocurrió el ataque terrorista perpetrado por Hamás el 7 de octubre de 2023.
Desde el principio del conflicto, y durante todas las décadas que ha durado, México se ha pronunciado en favor del diálogo y la solución política, de conformidad con las decisiones de la ONU. Con Chile, en enero anunció la decisión de acompañar los procesos de investigación de la Corte Penal Internacional de La Haya sobre posibles crímenes de guerra perpetrados por las partes en los territorios palestinos. En mayo de 2024 presentó una declaración en la Secretaría de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), también en La Haya, respecto al caso presentado por Sudáfrica sobre el cumplimiento de la Convención de Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948, con base en los compromisos internacionales en materia de derecho internacional.
Por genocidio se entiende, según el artículo II de este importante instrumento del derecho internacional, “los actos perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal: a) Matanza de los miembros del grupo; b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; c) Sometimiento internacional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo; e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo”.
La comunidad internacional está a la espera de la concreción de acuerdos que reflejen la voluntad política necesaria para encontrar una solución definitiva, ante la dolorosa situación que vive la población de la región: una solución que responda a las aspiraciones de los pueblos de la región en el marco del derecho humanitario y el derecho internacional para la construcción de una paz definitiva. Son de la mayor prioridad el respaldo y el fortalecimiento de la acción humanitaria, así como la atención al cese al fuego y la concreción de acuerdos con voluntades comprometidas que permitan generar nuevas condiciones para la paz.
FOTO: Humphrey Muleba para Unsplash