Daniela Guadalupe Herrán Guerrero, egresada de Diseño de Indumentaria y Moda lanzó, más que una marca o casa de modas, un laboratorio de experimentación abierta y compartida llamado NON Bio Fabrication Lab; sus prendas hasta podrían ser hervidas y re-moldeables, además de que son biodegradables

Desde que era pequeña, Daniela Guadalupe Herrán Guerrero decía que sería diseñadora de modas junto con su amiga de la primaria. Uno podría creer que lo decía como quien dice que quiere ser bombero o astronauta, pero Daniela realmente lo creía y lo deseaba. 

En la preparatoria (Tec Milenio Guadalajara), sin embargo, le llegó la inquietud por querer cambiar el mundo y poner de su parte para detener el calentamiento global y la contaminación, así que sintió que quizá Ingeniería Ambiental podría ser una opción más viable. 

“Estudié un semestre – de hecho, ni lo terminé – y no estaba feliz. En los últimos parciales, dije, ‘adiós, esto no es lo mío’, y me decidí a volver al plan original, y estudiar Diseño de Indumentaria y Moda porque vi que era la segunda industria más contaminante del mundo”, cuenta. 

“Así que dije, bueno, vamos a salvar el mundo desde ahí: desde la industria de la moda”. 

Algo que le encantó de sus primeros semestres y le confirmó que Indumentaria y Moda en el ITESO era la mejor opción para ella, fue la clase de Introducción a la Estética, impartida por Javier Lomelí Ponce. “Me gustó mucho que era un acercamiento filosófico al tema del diseño, preguntarse qué es algo estético, y creo que fue de las materias que más me marcó en mi carrera”. 

Algo que también disfrutó Daniela fue el experimentar en un ambiente de libertad y apoyo, y poder realizar proyectos e ideas que, llegaran o no a algún lado, le llamaban la atención para probar sus habilidades para diseñar algo desde cero a cien. 

“Y desde el segundo semestre pude hacerlo aquí. Y afortunadamente todos mis maestros fueron muy libres para dejarme hacer lo que yo quisiera, porque siempre siento que fui el bichito raro de la carrera”. 

¿Qué tan bicho raro? “Trabajaba con materiales fuera de lo común, o con conceptos distintos. Por ejemplo, uno de mis primeros proyectos fue hacer ropa unisex, pero que se ajustara a cualquier cuerpo, de hombre o mujer, y esto fue en 2017. Y fue padrísimo, porque fue mi primer acercamiento a hacer algo completamente de mis manos y mi creatividad. Fue muy padre explorar esa parte de mí”. 

“Bueno, vamos a salvar el mundo desde ahí: desde la industria de la moda”. 

En su siguiente semestre, hizo una prenda de ropa con alambres de púas recicladas. Esto, para hacer un comentario sobre la migración de mujeres por México para llegar a la frontera con Estados Unidos. 

“Yo era voluntaria en FM4, el centro de atención a migrantes, y estuve 1 año y medio conociendo historias. Si ser migrante por México es un peligro, es mil veces peor ser mujer y migrante”. 

Seis de cada 10 mujeres son violadas, y tienen mayor riesgo de caer en redes de trata, secuestros y desapariciones por parte de polleros, el narco o propias autoridades migratorias. Daniela diseñó una prenda de púas para plasmar el riesgo y la necesidad de protección a las migrantes. 

Las materias de Bioética e Interculturalidad le fascinaron por la oportunidad de complementar su aprendizaje como diseñadora de perspectiva ética y humanista, y la posibilidad de tener materias complementarias le dio la libertad de meter asignaturas enfocadas mucho más al arte. “Tomé Arte contemporáneo y Gestión de las artes escénicas, cosas de teatro que siempre me interesaron”. 

No se fue de intercambio porque prefirió tomarse un verano para ser becaria o practicante en alguna casa de moda. Gracias a los contactos de la coordinadora, Dolores Cortés Ceballos, consiguió el enlace con Francisco Cancino, diseñador chiapaneco que solía trabajar para Yakampot, y planeaba lanzar su propia línea en 2019. En 2020, fue galardonado con el Premio Diseño de Moda Textil y Complementos de la Bienal Iberoamericana de Diseño de Madrid, España. 

“Yo fui en el verano de 2019, y estuve 2 meses durante el lanzamiento de su primera colección, y en todo el desarrollo. Desde el patronaje hasta hacer las muestras, aprobarse y enviarlas”. 

También pudo experimentar la industria del diseño en su Proyecto de Aplicación Profesional “Diseño como factor de desarrollo sustentable con artesanos y pequeños productores en Tequila”, un proyecto de la Fundación Beckmann, en coordinación con el ITESO. Este trabaja en el reconocimiento, revalorización del contexto natural de los grupos de artesanas y el potencial de usar materiales tintóreos naturales de su comunidad. 

“Aprendí un montón sobre tintes naturales con Arcelia Julián, súper renombrada en pieza textil, y me tocó en el PAP solo con otras dos chicas y yo, así que tuvimos muchísima práctica y sentí que todo lo que no pude hacer de tintes naturales en la carrera, lo hice en este PAP, que fue justo antes de mi último semestre, cuando hice mi propia colección de biomateriales”. 

Los biomateriales son realizados con base en un elemento orgánico, sin procesos industrializados o uso de químicos (por ende, el algodón no cuenta como biomaterial). Daniela lanzó, más que una marca o casa de modas, un laboratorio de experimentación abierta y compartida llamado NON Bio Fabrication Lab (https://www.instagram.com/non.bio.lab/).

“Trabajaba con materiales fuera de lo común, o con conceptos distintos. Por ejemplo, uno de mis primeros proyectos fue hacer ropa unisex, pero que se ajustara a cualquier cuerpo, de hombre o mujer, y esto fue en 2017. Y fue padrísimo, porque fue mi primer acercamiento a hacer algo completamente de mis manos y mi creatividad. Fue muy padre explorar esa parte de mí”. 

NON es un laboratorio de bio-producción de materias 100% compuestas de elementos orgánicos, y trata completamente de experimentación sostenible. Su tagline, non-toxic, non-standard, non-allergic, resume su intención de crear piezas de moda, prendas o accesorios con invasión mínima en los materiales y ninguna restricción en los patrones y diseños. 

Según explica en su proyecto, los biomateriales y el diseño biofílico liderarán la innovación de productos y materiales en 2022 a medida que las marcas y los consumidores busquen soluciones a las crecientes preocupaciones por la biodiversidad y la sostenibilidad. 

“El biodiseño dará lugar a una nueva cadena de valor de materiales y procesos, con un enfoque en el trabajo con la naturaleza, en la naturaleza y para la naturaleza”, se lee en su manifiesto. 

Este verano lanzó su primer drop de prendas de biomateriales, hechas sobre todo de agar-agar, agua, glicerina y material tintóreo como palo de brasil, grana cochinilla, añil y jamaica. Son sobre todo tops, bodies y prendas sencillas que, además, al tener un proceso de cocción, Daniela explica que hasta podrían ser hervidas y re-moldeables, además de que son biodegradables.  

“En este proyecto, después de mucho experimentar, logré que el material fuera lo suficientemente resistente como para ser cosido y moldeado en un maniquí. Hice todo a mano, lo teñí, y es compostable”. 

Con esta tecnología, cuando ya no quieras usar esta prenda, podrías enterrarla en tus macetas o tu jardín. 

Cuenta que no quiere encasillarse solo en prendas y tiene planes y sueños de llevar a NON a muchos otros retos de indumentaria y moda. En este momento es autosustentado y trabaja para poder seguir experimentando con biomateriales, investigar más sobre mejores técnicas, y poder aplicar a becas para crecer el laboratorio y poder expandir NON a una venta comercial. 

Daniela se graduó en mayo de 2021, y considera que esta carrera es una muy buena opción para tener un panorama amplio de la industria de la moda. “Si se inscriben, aprovechen todo lo que puedan e involúcrense con los profesores y las facilidades que ofrece el ITESO”, afirma. 

“Si te ven activa e interesada, te van a apoyar un montón. Yo tomé varios cursos gratis y me abrieron muchas puertas gracias a que la coordinación vio que realmente me interesaba aprender. Si lo van a hacer, que lo hagan con la mentalidad de aprovechar todo lo que se les presente”. 

Quienes estudian esta carrera desarrollan su creatividad en aplicaciones textiles para responder a las necesidades sociales del entorno y fortalecer la construcción de identidad con una perspectiva centrada en las personas, su cultura y sus necesidades; e identifican oportunidades para innovar en el comercio local y nacional ponderando el impacto ambiental, social y económico de la producción de la industria. 

Ve aquí el plan de estudios: https://carreras.iteso.mx/diseno-indumentaria-moda

Para información de becas y financiamientos, da click acá: https://becas.iteso.mx/