Aspirantes de preparatorias de Jalisco desarrollaron proyectos para responder a los retos sociales y ambientales de la actualidad

Un suplemento alimenticio para ganado bovino, harina de manzana de alto contenido nutricional y tostadas hechas a base de maíz azul, chía y harina de chapulín fueron las propuestas de estudiantes de preparatoria ante la segunda edición del reto “Alimentos que transforman el mundo”, convocado por la Ingeniería de Alimentos del ITESO. 

Este concurso, cuyo primer premio consta de una beca del 40 por ciento para cursar dicha carrera, busca incentivar en los jóvenes un sentido de compromiso social y ambiental basado en la innovación y desarrollo de productos y procesos en el área de los alimentos.  

Fátima Itzel Arzola Wario, estudiante del Instituto Laguense, ubicado en Lagos de Moreno, Jalisco, obtuvo el primer premio con “Tostichap”, una tostada de maíz azul, chía y harina de chapulín. La joven compartió que utilizar insectos en el producto permitiría mejorar la calidad proteica y de nutrientes de las tostadas. “Elegí el chapulín debido a su alto índice de proteínas y tomé la decisión de utilizar la chía para que fuese un alimento que tuviera proteínas, carbohidratos y lípidos. El maíz azul contiene varias vitaminas y minerales”, dijo. 

El proyecto fue acompañado por el egresado Misael De Alba y contempla beneficios ambientales como la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, la optimización del uso de agua dulce y el cuidado del suelo.  

“Creo que los insectos tienen mucho potencial a nivel nutrimental y de precio; me gustaría seguir trabajando con esto. Espero que esta carrera me permita conocer más, sobre todo de la estructura química la funcionalidad de los alimentos. Sabemos que todo lo que nos rodea está en constante cambio, por lo que nosotros también nos tenemos que adaptar a ello para buscar soluciones”, mencionó. 

En tanto, Danna Paola Ramírez y Melissa Castro, del Colegio Cervantes Costa Rica, trabajaron en el desarrollo de un complemento proteico para ganado bovino a partir del alga Asparagopsis taxiformis, bajo la asesoría de Itzia Zúñiga. Su proyecto consideró que este suplemento alimenticio en forma de polvo además redujera significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas con la industria cárnica y láctea. 

Valentina González, estudiante del Colegio Alemán Guadalajara, presentó una harina de manzana con alto contenido de fibra. La estudiante propuso dar un valor agregado a los frutos que no son considerados aptos para la venta (de entre un 15 y 20 por ciento del total de la producción anual nacional), reduciendo así las mermas económicas y promoviendo el consumo de alimentos con aporte nutricional importante. En el proceso fue acompañada por la egresada Paola González Rubio. 

En el contexto de la segunda edición de este concurso, Raúl Arturo García Huerta, director del Departamento de Procesos Tecnológicos e Industriales (DPTI), señaló que proponer una solución a una problemática social desde la concepción de la idea hasta su análisis y experimentación para materializarla, es el proceso que se vive en las ingenierías del ITESO, incluida la Ingeniería de Alimentos. 

“El contexto mundial ha hecho evidente la necesidad de transformarnos y cambiar las formas de funcionar como sociedad, pero también las formas de generar conocimiento y transferirlo. Hace evidente la necesidad de innovar, de pensar diferente, de proponer y naturalmente, de actuar. En el ITESO estamos convencidos que podemos ser parte de ese cambio y este concurso reafirma esta convicción”, dijo. 

Raquel Zúñiga Rojas, coordinadora de la carrera, compartió que tanto ella como los asesores y jueces del concurso quedaron muy complacidos con la calidad de los trabajos presentados, a la vez que destacó que todos los proyectos priorizaron el factor ambiental. 

Las estudiantes tuvieron acceso a los laboratorios de la universidad para el desarrollo de sus proyectos, acompañadas de asesores y siguiendo las medidas sanitarias correspondientes.  

Como jurados fungieron Jecsan Arteaga Hernández, Jessica De la O Keller, Marleby García González y Édgar Rodríguez Reyes. También estuvieron presentes en la presentación final Cristóbal Camarena Bernard, coordinador de la Unidad Académica Básica (UAB) de Innovación en Alimentos y Bioingeniería, Óscar Rojas Rejón, coordinador de la Ingeniería en Biotecnología y Karla Altamirano Gómez, asesora de la Oficina de Admisión de licenciatura. 

Fátima Itzel Arzola Wario obtuvo el primer premio con “Tostichap”.