Investigadores del ITESO, en colaboración con científicos de otros centros de investigación, trabajan en la creación de un dispositivo para detectar el VPH de una manera menos invasiva, rápida y confiable
Por Diana Alonso
Si bienel término biosensor puede parecer desconocido o distante, el uso de algunos dispositivos de este tipo es muy cotidiano, como las pruebas de embarazo, las de anticuerpos de Covid-19 e incluso los análisis de sangre. Un biosensor es un dispositivo de análisis, como los mencionados, que permite determinar la presencia de un elemento biológico.
El proyecto de investigación «Detección de VPH mediante biosensores de resonancia plasmónica», liderado por investigadores del ITESO en los departamentos de Procesos Tecnológicos e Industriales (DPTI) y Matemáticas y Física (DMAF), tiene como objetivo desarrollar una de estas herramientas aprovechando las propiedades del oro, cuyas nanopartículas cambian de color al detectar la presencia del virus del papiloma humano (VPH).
En principio, el proyecto buscaba crear otro biosensor para la detección del Covid-19, sin embargo, Luis Felipe Jave, académico del Centro de Investigaciones Biomédicas de Occidente (CIBO), institución que también colabora en la investigación, señaló los problemas existentes en el diagnóstico del VPH. «Se trata de un problema nacional que está a punto de volverse equivalente a la diabetes», afirmó David Mendoza, coordinador del Programa de Investigación del DPTI del ITESO.
Según diagnósticos recientes, hasta un 80 por ciento de la población del país está infectada con el virus y 90 por ciento de las mujeres mexicanas ha padecido alguna vez en su vida algún tipo de VPH. Existen diversos tipos, pero en nuestra región sólo hay dos de alto riesgo que pueden evolucionar a cáncer: el 16 y el 18. El biosensor desarrollado por el grupo de investigadores se enfoca en el VPH tipo 16, el más agresivo de todos.
El equipo del ITESO está conformado por los doctores Elsie Araujo, en el área de Ingeniería en Nanotecnología; David Mendoza (responsable técnico del proyecto) y Alejandro Arana, ambos de Ingeniería en Biotecnología, y como participantes externos están los doctores Luis Hernández Adame, del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor); José Antonio Ávila Niño, del Centro de Innovación y Desarrollo Tecnológico en Cómputo (Cidetec), y Luis Felipe Jave, del CIBO.
La investigación comenzó en otoño pasado y fue seleccionada como una de las acreedoras al Fondo de Apoyo a la Investigación (FAI) del ITESO. «Sin el FAI no habría proyecto (…), es una oportunidad para seguirnos desarrollando en ese ámbito, no sólo impulsa la investigación sino la formación de los propios estudiantes», resaltó.
La meta más inmediata del proyecto es el desarrollo de una prueba de concepto, es decir, una prueba analizada dentro de un laboratorio que pueda ser utilizada por el CIBO antes de presentarla al público. Se aplicará únicamente a mujeres con el propósito de identificar el VPH tipo 16.
Otro aspecto importante de este biosensor es que será una prueba endémica, lo que significa que la muestra genética con la que se desarrolla es propia de México. Actualmente las pruebas PCR para la detección del VPH adquiridas por el gobierno son de origen coreano. Las diferencias genéticas pueden llegar a producir falsos positivos o falsos negativos. Es por eso que el equipo de investigadores busca que el biosensor de resonancia plasmónica sea fiable y exacto.
El doctor Mendoza explicó que si se logra dominar la funcionalización de las partículas de oro, se podrán identificar más tipos de papiloma y también generar una prueba para hombres y mujeres. «La idea es que en un futuro sea algo que alguien pueda hacer desde su casa», comentó. De ser así, el biosensor será el método de detección del VPH menos invasivo, rápido y confiable.
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FOTO: Archivo